31: Él se casó con otra mujer.

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31: Él se casó con otra mujer.

“Jamás podré olvidar esta humillación, aunque muera y reencarne, la macha quedará para siempre. Mi esposo se casó con otra mujer”.

La cabeza de Maissa estaba dada vuelta, no podía creer lo que ocurría a su alrededor, ¿en serio contrajo matrimonio con ese desquiciado joven que le robó por completo el corazón? Y no solo eso, ahora tenía un hijo el cual llevaba la sangre de ambos mezclada corriendo por sus tiernas venas, pensando en ello le dió un beso en la mejilla a Aeron, a quien su padre insistía en llamar Willem, en lo personal no deseaba nombrar a su hijo con tal nombre ya que pudo ver al difunto Lord Willem y era aterrador, Aeron no es aterrador sino brillante y amable.

Apenas ambos habían emprendido rumbo al castillo Blackwood él se mostró como un fiel guardia guiando su rumbo, Maissa no quiso ilusionarse y quitó las ideas ingenuas de su cabeza, aunque no lo haya podido ver sabía que él iba con una mano prácticamente en la puerta de su carruaje los primeros tramos hasta asentarse de nuevo descansando en breves ocasiones, sin embargo esa noche que la llamó al bosque algo cambió, apenas lo vio pudo apreciar una luz brillar en sus ojos y la más profunda sinceridad.

«Creció demasiado», Benjicot se paró entre los árboles con varios hombres a su costado, se vistió de negro completamente con su capa de costado, él no tiende a ser tan meticuloso con respecto a su apariencia, ya tiene una nariz chueca y una herida la cual le atraviesa el labio hasta subir a su mejilla, eso tampoco le importó.
Maissa se había visto a sí misma con vergüenza, solo se ponía una túnica por los diversos cuidados que debía tener en su intimidad estos días, además sus pechos le dolían al contacto con telas ásperas y apretadas.

Nos casaremos”, le confesó no como una pregunta, sino una afirmación, no aceptaba un “no” ni en sus peores sueños.

Las emociones estallaron y por fin cayó rendida entre sus brazos, él era suyo, completamente suyo, el hombre que creía jamás poder tener se entregó a sí mismo en cuerpo y alma: «Siempre te creí un cuervo salvaje custodiando un árbol, pero no, tú eres el árbol fuerte e inquebrantable, con sus raíces profundamente clavadas. Ninguna tormenta o viento te puede derribar, mi noble roble», nadie manda en su vida o su corazón, él eligió con quién se casaría y esa noche lo hizo.

El alma de Maissa se hallaba más feliz que nunca, al vislumbrar el castillo se emocionó por las energías espirituales que desprendía, Aeron en sus brazos agitó sus manos desesperado. Aeron no es un bastardo y ella no es una amante, ello iluminó a madre e hijo.

—Tu padre te ama —le dijo a Aeron apenas se bajaron del carruaje después de un largo viaje, se esforzó por verse lo más presentable posible y no flaquear ante lady Blackwood, Benjicot Blackwood no es un hombre con el cual tuvo una aventura sino su esposo y señor, él es un duro roble capaz de soportar cualquier vendaval, ella debe ser su enredadera gentil protegiéndolo del frío y acunando al fruto de su unión: un pequeño cuervo deslumbrante.

Al ingresar por los pasillos de inmediato notó la mirada de las personas inquisitivas y murmurando, endureció su semblante y los ignoró, toda su vida hablaron de ella de espaldas y de frente, eso no le interesó nunca, quizás fue el volverse madre lo que la puso sensible. También notó una cabellera roja agitarse en el aire y supo que Bronhild corría hacia ella, su fiel arquera le dio la bienvenida y la acompañó detrás suyo, la pelirroja parecía inmensamente dichosa por volver al cuidado de su legítima señora.

Cuando el cruce que esperó que sucediera sucedió no podía estar más nerviosa, pero una madre no puede temblar.

—¿Estás aquí para conocer a mi hijo? —En ese momento Benjicot le pidió al niño y ella lo entregó sosteniendo la mirada furiosa de lady Alysanne.

La Bruja de Bronce (Benjicot Blackwood) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora