7.

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Cuando entre a la cafetería, no pensaba en nada más que su hermosa mirada.
Jamás en mi vida habia sentido esa sensación de un hueco en tu panza.
Creó en las casualidades, y creó que ese día me esperaba algo genial. Casi nos sentamos en la misma mesa, el se sentó enfrente de mi; como era de esperarse no dejábamos de vernos.
Me quede tan acostumbra a su mirada penetrante, su olor a perfume y su piel morena, que cada que iba a la cafetería me sentaba en el mismo lugar con la esperanza de verlo. El acabó de comer y se desapareció, en un abrir y cerrar se fue, llevándose un pedazo de mi corazón.
Despues de ese encuentro pasaron días y días, horas y minutos, sin que yo lo pudiera ver; me sentia desesperada, angustiada e incluso fatigada.

Enamorada de un extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora