Extra -4to año

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Dereck, de cinco años, alzó la mirada para poder apreciar la gran casa frente a él. De sus labios de inmediato salió algo de vaho lo que ocasionó que la expresión de algunos familiares se arrugara en desaprobación de forma inconsciente e inmediata.

Tenía cinco años, su mano derecha tenía fuertemente agarrada la de su madre y era uno de los muy pocos "semi-vivos" entre todos esos Addams.

Entre los Addams y sus familiares mágicos.

Un ser robusto que triplicaba su tamaño le empujó un poco al ir pasando a su lado. Su piel era rugosa y seca, de un tono café verdoso, se miraba como un tipo de simio sin pelo, aunque sus garras eran demasiado grandes para lo que cualquiera consideraría necesario. En un momento el ser giró de forma lenta la cabeza hacía él, pero antes de poder ver el rostro de esa cosa Infernus Gates tapó los ojos de su hijo y lo jaló hacia otro lado.

Lo usual, y normal, es que todos los Addams tuvieran a su familiar.

Sobre sus hombros Chimuelo se mantenía alerta, tan curioso como ansioso, podía entenderlo, él se alimentaba de magia oscura y la casa principal Addams estaba llena de esta. Al otro lado de su madre estaba el familiar de esta, el ser usualmente no se sentía así que nunca sabía cuándo estaba presente a menos de que esta misma lo quisiera; la silfide oscura se movía como si caminara, pero sus pies no llegaban a tocar el suelo, tenía la apariencia de una chica de quince años si no fuera porque sus ojos eran todos negros, sus dientes filosos alcanzaban a sobresalir de su boca y su cabello negro se confundía con la neblina oscura que la rodeaban como un vestido. Era elegante, preciosa, llamativa, pero principalmente mortal.

El tintineo de unos huesos colgando y siendo movidos por el viento para chocar entre ellos, como si fueran carillones, llamaron del niño atención de vuelta a la casa y su lúgubre apariencia.

Las paredes negras tenían varios hongos brotando de ellas, eran alargados, como si miles de manos zombie estuvieras brotando queriendo escapar de la casa, la mente del menor de inmediato las reconoció como "hongo manos de muerto", y no pudo evitar observar con fascinación lo macabramente decorativo que quedaban.

Cuando finalmente alcanzaron la puerta, Infernus tapó con sus manos los oídos de su hijo un segundo antes de que un grito agónico sacudiera a los invitados que iban entrando, una fuerza que los empujaba fuera sin verdadera intención de sacarlos. El olor a ceniza, azufre y putrefacción llenaba la instancia, la contradicción hizo que Dereck se tensara un poco, pues sentía algo de asco, pero a la vez su boca se hacía agua, tan muerto pero tan vivo que se sintió algo molesto consigo mismo, pues de hacer notorio algo de ello sabía que iba a ser más y más apartado por su familia materna.

—Padre, madre. -Saludó Infernus volviendo a capturar la atención de su hijo. El pequeño de ojos oro observó a dos personas acercarse, no parecían tener más de 35 años por mucho, pero el menor sabía que en realidad tenían mucho más.

El primero en posar sus ojos sobre él, fue su abuelo.

Azrael Addams era alto, casi llegando a los dos metros, algo que no había heredado a su hija. Pero su apariencia delgada si, alargado como si fuera un saco de huesos apenas cubierto por carne. Siempre te observaba con unos ojos fríos y un gesto vacío. Luego alargaba una mano hacia ti, sus dedos casi parecían garras a punto de arrancar tus ojos, pero solo tocaba la frente de su nieto haciéndolo estremecer un poco ante el repentino frío que alberga de golpe al pequeño, luego hacía un gesto entre incómodo y frustrado para finalmente soltar las mismas palabras que había dicho la primera vez en verlo.

—Muy vivo. -Sisieó el hombre quitando finalmente su atención de Dereck. Poe Addams, la abuela del menor, tan solo le daba una mirada triste antes de volver a centrar toda su atención en su hija.

Yellow Curses -[Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora