Primer ⁕ Fragmento

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"Who could ever leave me, darling?But who could stay?"


En medio de montañas y bosques, se encuentra un reino entristecido, llorando por su fallecido Rey, Camelot, un Reino que era brillante que hoy en día lloraba por su Rey, ¿Qué ocurrió? Se merodeaba en las tiendas del Reino, los pueblerinos decidieron arreglárselas en su luto para despedir a su tan adorado Rey, quien dejaba a su hijo, un joven príncipe de 16 años, celebraba sus 17 años en un luto profundo, su padre aquel hombre que siempre admiro y respeto, ya no se encontraba a su lado, su deceso lo volvió un erizo fuerte, alguien que debía guiarse a sí mismo, no solo a él, todo un legado de hermandad y prosperidad que había dejado en todo su mandato, o al menos fueron los cuentos que siempre escuchaba de parte de su mentora difunta, su eterna madre La Reina de Camelot, una eriza que ayudó a realizar mandatos de prosperidad y paz junto a su Rey, actualmente, Arturo/Sonic se encontraba junto a los aldeanos de Camelot enterrando en santa paz a su Rey, aquel hombre que luchó siempre por el bienestar de Camelot, descansa ahora junto a su sagrada esposa.

Las palabras grabadas en la tumba del difunto, hizo que Arturo solo suelte ligeras lágrimas de tristeza y amargura.

— Fuiste un gran guerrero, padre mío — fueron las últimas palabras que dijo el erizo cobalto a su padre, su espalda curvada por la melancolía que sentía al perder a alguien que amaba tanto. —

Finalizada la santa misa de despedida del Rey, los aldeanos de Camelot regresaron de manera desconcertada, triste y sollozos hasta sus cabañas, por la pérdida de un Rey tan querido. Después del respectivo entierro, Camelot se vió sumida en una eterna tristeza, no había una luz clara al final de esta tormenta, el reino que por años se había proclamado como el reino resplandeciente, hoy estaba cubierto de nubes que anunciaba prontamente la gran lluvia que vendría.

Las horas pasaron lentamente, Sonic se encontraba en su aposento observando su gran ventanal esté cubierto por las gotas del diluvio que consumió a Camelot desde el primer día que perdió a su figura paterna, los pensamientos del joven príncipe se derivaron más en satisfacer un legado que había quedado marcado por su difunto padre viendo a su reino un hogar grisáceo, observó que devolver la alegría y resplandor que existió una vez en dicho Reino sería su cometido de arduo trabajo.

La Sangre de un Rey | ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora