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Bangchan:

Bangchan era de esos chicos de una típica familia millonaria, pero no era malcriado, no claro que no. Era un ser empatico y sociable, su madre no estaba convencida de lo último pero debía quererlo por ser su hijo.

Eran las 6:30 de la a.m, el rubio se dió una ducha y se había puesto su  uniforme aunque faltará media hora para que salga de casa y vaya al colegio. Se encontraba fijamente viendo desde el balcón de su habitación un pequeño bosque, no parecía peligroso, había niños; pero no de su misma clase.

Eran perteneciente a un barrio humilde que hay cruzando aquel bosque. Entre aquellos niños se destacaba uno haciendo que Bang prestara mucha atención de él, era de estatura mediana con cabello marrón y algo particular, su hermosa sonrisa.

"Debe ser muy lindo jugar con aquel chico"—decía Bang en su mente.

Sus ojos seguían enfocados en el niño, tenía la mirada perdida.

—¡Christopher Bang!—reaccionó al grito de su madre—¡Se te hace tarde para ir al colegio!

—¡Ya voy, madre!

Seungmin:

La mañana había pasado rápido para Seung, ya jugó demasiado con sus amigos del barrio, ahora solo faltaba ir al centro a conseguir un poco de plata para poder aunque sea llevar algo de comida a su casa. Con él siempre llevaba un lindo y pequeño cachorro, no tenía nombre pero lo había encontrado en una calle abandonado y como buena persona quiso adoptarlo.

Cada vez que el semáforo se ponía en rojo los autos paraban y los niños aprovechaban para pedir monedas o limpiar autos; Seungmin pasaba auto por auto su cajita vacía, nadie le había dado aunque sea un peso, todos le negaban. Sin esperanza alguna miró hacia el cielo y esperó a que pudiera cumplirse un milagro de conseguir aunque sea un poco de dinero.

El sol se puso hasta que llego la inmensa oscuridad, todos los niños corrían para llegar a sus casas porque se había largado una lluvia, todos estaban mojados temblando del frío.

Min protegía con su pequeña manito al cachorro y con la otra las sobras qué había podido conseguir en algunos restaurantes. Se escondió de la lluvia en un lugar que estaba techado temblando del frío.

Por otro lado su abuela sentía demasiado frío y estrés al no saber donde estaba Seungmin.

—¿Dónde se habrá metido este mocoso? Chae, por favor tráeme una manta para taparme.

—Si abuelita.

—Abuela, yo también quiero taparme—habló Sunoo.

—¿¡Cuántas veces te dije que no me llames abuela!? Pequeño mocoso... Mi única nieta es Chaewon.—le pegó—Dios mio... ¿Cuándo va a volver ese maldito idiota?

Seungmin seguía en el mismo lugar con miedo de llegar a la casa y ser pegado—"No pienses en eso Seung, ahora voy a entrar y si esa señora me pega, que me pegué total ya estoy acostumbrado"

El pelimarrón caminó hacia la puerta y tocó dos veces, su abuela se levantó rápido y abrió la puerta de un golpe. Agarró de los brazos a Seung y lo adentro a la casa.

—Dime, ¿Cuánto dinero me has traído?

—Yo, señora, no me dieron nada...

—¡Mentiroso! De seguro te lo gastaste todo tu sólito—lo jaló de los pelos

—No señora, ¡le juro! No me lo he gastado en nada.

—¿Y la comida? Ando muerta de hambre.

—Solo conseguí esto...—le mostró las sobras.

—¡No quiero sobras! Quiero comida, idiota.

Siguió tirándole el pelo a Seung cada vez más fuerte y lo arrastró a la puerta y lo sacó de la casa.

—Si tan solo hubieras salido hermoso como tu madre, no estarías haciendo esto.

Con lo último dicho le cerró la puerta en su cara.

—¡Señora déjeme entrar por favor! Estoy mojado y tengo mucho frío, ¡Déjeme pasar, se lo suplico!

Seung seguía gritando y golpeando la puerta para que le dejen entrar de nuevo a la casa y poder refugiarse, su abuela solo hacía caso omiso y se fue a dormir junto con Chaewon, mientras Sunoo escuchaba las súplicas de su hermano.

El pelimarrón al no tener opción encontró un pequeño lugar acogedor con techo, él lloraba mientras abrazaba calidamente al cachorro para protegerse del frío aunque fuera un poco.

★*☆♪

Una nueva mañana había comenzado, Seungmin y sus amigos fueron a aquel bosque como de costumbre, a jugar.

—Lo siento, no podré jugar, estoy llegando tarde al colegio—dijo Jeongin.

—Ay, el colegio, que estupidez—opinó Jay—Solo es para millonarios.

—No le hagas caso Innie, Jay no tiene ni idea de lo que es, tu ve y estudia.—respondió Seungmin.

—Deja de defenderlo Seung, pareces ya hasta su no-

—¡Hola! Soy Bangchan, pero me dicen Channie—sonrió.—¿Cómo estás?

—Y tú... ¿De donde saliste?—preguntó Jay.

—Ah si, vivo justamente aquí al frente, solo quería venir aquí a amigarme con ustedes.

—¿Un niño rico? ¿Tratando de ser nuestro amigo? Ja... que chiste.—empuja a Bang.

—Oye, solo trato de ser amigable contigo.—le devuelve el empujón.

El pelinegro no soportó y de pronto los dos comenzaron a agarrarse a golpes mientras Seung le gritaba a Jay que pare con lo que estaba haciendo.

—¡La policía!—gritó Sunoo señalando.

Jay al escuchar se paró y se fue corriendo junto a Sunoo para que no lo viesen, mientras que Seungmin ayudó a Bang. —¿Estas bien, mocoso?—dijo el pelimarrón.—Menos mal la policía pasó de largo....

—Yo, eh, si. Un gusto soy Bangchan—le extendió la mano a Seung.—¿Cómo te llamas?

—Ah si, yo soy Seungmin—dijo de mal aspecto.

—¿No tienes modales o que te sucede?

—Pues, discúlpame. No soy de la misma
clase que tú, gruñón.—Seung le dió la espalda al rubio.

—Bueno... Se que empezamos con el pie izquierdo, pero me gustaría invitarte a un vaso de leche y un pastel, en mi casa, obvio.—El menor al escuchar eso se volteó sorprendido.

—¿¡En serio!?—Chan asintió.

—Ven, sígueme...

★*☆♪

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⏰ Última actualización: Jul 13 ⏰

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