❝Estoy empezando a olvidarme de lo que antes amaba y eso me asusta ❞
Emiko Matsura reencarnó en el mundo de sus sueños, su mundo ideal, al principio le encantó la idea de reencarnar pero al pasar el tiempo meditándolo sintió miedo a causa de los dem...
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【EMIKO】
Después de la demostración que me dio el tipo que ahora es mi hermano, me mando directo a dormir y yo muy obediente obedecí solo por que tenía mucho que asimilar. Ahora me encontraba acostada en el cómodo futon y con la mirada fija en el techo.
—"Aún no puedo creerlo... !Estoy en el mundo de Kimetsu No Yaiba! ¡Que emoción! " —Chille emocionada en mi mente mientras daba vueltas en el futon —"¡Mi sueño se hizo realidad! ¡En tu cara Akane! —Sonreí victoriosa visualizando a Akane deprimida —"Pero ahora ¿que debería hacer?" —Suspire decepcionada —"Bueno ya pensaré algo mañana" —Bostecé —"Ahora es hora de dormir" —Cerré los ojos hasta que perdí la conciencia.
[...]
—¡Emiko! ¡Despiértate ya! —Gritó una voz de mujer. Aún tenía los ojos cerrados y no quería abrirlos —¡Emiko! —Siguieron los gritos pero no hice ningún movimiento hasta que no se escucharon más.
—"Al fin paz" —Sonreí inconscientemente hasta que sentí agua fría en mi cara que hizo levantarme.
—Al fin te levantas —Vi a la mujer que ahora sería mi madre, tenía una cubeta de madera en su mano derecha.
—Señora...por favor intente calmarse.
—¡Calmarme! ¡¿Cómo quieres que me calme si mi única hija es una floja! —Gritó viéndome enojada?! —¡¿Porque sigues ahí sentada?! ¡Cámbiate y después ves a la cocina! —Cerró las puertas con fuerza.
Lo único que pude hacer fue suspirar, al pasar el tiempo me aliste con un kimono azul que encontré en un armario y después de arreglarme salí de la habitación directo a la cocina. Al llegar vi a muchas personas que trabajaban en estaciones distintas.
—¿Te vas a quedar ahí observando? —Dijo mi madre viéndome con el ceño fruncido.
—¿Qué tengo que hacer? —Pregunté con miedo. Por una razón ver a esa mujer me daba escalofríos.
—Ayuda a Hana a cortar verduras —Dijo dándome la espalda mientras salía de la cocina y suspire de alivio al ver que no se quedaría. Me acerqué a la mesa donde estaba una niña mayor que yo y estaba cortando pepinos.
—¿Tú eres Hana? —Le pregunté pero no me contestó, solo asintió —Bien —Tome un cuchillo mediano, agarre un pepino y lo empecé a cortar como lo estaba cortando Hana —¿Trabajas aquí mucho tiempo? —Pregunté intentando hacer una conversación.
