NADINE [TERMINADA]

13: Nadine

—¿Quién en su sano juicio me postuló para ser reina? —Maca hablaba y hablaba, la cabeza ya me dolía de tanta palabrería, estaba insoportable desde que se enteró. La traje a casa para tratar de tranquilizarla y hacerla olvidar un momento eso, pero fracasé. No dejaba de hablar de lo mismo —. Es más creíble que tú fueras una candidata, incluso Raquel, pero yo, ¿es acaso una broma?

—No es para tanto.

—Sí lo es, Nadine. Siento que esto es una burla hacia mi persona. Has visto la cara de todos, tampoco se lo creían. Es humillante.

—Tienes que respirar, cariño —digo ya aburrida.

Me dejo caer de espaldas en mi cama cerrando unos segundos los ojos, Maca está a punto de arrancarse el cabello. La situación es divertida, pero al mismo tiempo quiero que deje de lloriquear, no puede cambiar nada, lo hecho, hecho está.

—Es que es difícil de procesar ¿sabes? —Suspira —. Es obvio que alguien se está burlando de mí, nadie en su sano juicio me postularía.

—Maca, deja de menospreciarte, es patético. Eres preciosa y si te postularon fue por algo, el autosabotaje no te queda, amiga. Por favor, ya para, y recuerda que no estás sola en esto, cuentas con mi apoyo.

—¿No estás molesta?

—¿Por qué lo estaría?

—No eres una candidata.

Chasqueo la lengua, lo último que quiero es ser candidata, estoy satisfecha con el hecho de que Raquel tampoco lo es, fue muy satisfactorio verla rabiar.

—No me importa nada de eso, Maca, pero tú debes estar contenta, es una forma de salir de tu caparazón y ser la reina que ya eres —Suspirando, sujeto su mano y la jalo a mi lado, ambas quedamos sobre nuestras espaldas mirando el techo —. Odio mucho tu falta de seguridad, eres preciosa lo sabes, ¿no?

—Nadine, mírame y luego mírate —Inclina su cabeza a un lado, me quedo viendo sus ojos y luego sus pecas, es preciosa maldita sea —. Además, estoy gorda.

—No, no lo estás. Solo porque no eres flaca no te hace gorda, tienes unas curvas que más de una quisiera. ¿Has visto tu culo? Mujer, hasta a mí me cuesta quitar la mirada. Lo único que necesitas es tener confianza en ti misma, una vez que la tengas las cosas comenzarán a cambiar para ti. Si no proyectas seguridad, nadie lo verá. Necesitas creértelo para que los demás se lo crean —Sujeto un mechón de su cabello —. Te voy a ayudar a ganar, pero necesito que pongas de tu parte, ¿sí?

—Pero...

—Vamos, sé que podemos hacerlo. Puedo conseguir votos pateando el trasero de las personas —bromeo. Una bonita sonrisa se abre paso en su rostro y tengo que contener un suspiro —. ¿Vas a poner de tu parte?

—Está bien, solo porque te tengo a ti y a Demian cuidando mi espalda —Se resigna —. Hablando de Demian, ¿todo bien entre ustedes?

Demian, mi Demian. He pensado tanto en qué hacer con él, cómo sobrellevar lo que sea que es lo nuestro, estoy asustada.

Guardo silencio y pienso en lo que diré a continuación.

—Estoy un poco aterrada —Odio admitirlo, rara vez admito cuando algo me aterra, pero sé que puedo confiar en ella —. Y confundida.

—¿Por qué?

—Me gusta, pero de alguna forma los sentimientos son nuevos para mí y no sé cómo sobrellevarlos. He salido con unos cuantos chicos antes, pero nada serio, nunca me di la oportunidad de profundizar, ¿sabes? Mi padre tiene que moverse constantemente de ciudades, incluso de país. Me aterra que Demian y yo nos involucremos tanto en nuestra relación o lo que sea que es y luego tengamos que terminar porque papá fue cambiado de ubicación. Ambos terminaríamos destrozados —Parpadeo con la intención de eliminar las lágrimas que rozan la esquina de los ojos —. No quiero lastimarlo, Maca.