El ambiente de la habitación de Tomura era realmente increíble.
Era tan cálido.
y es por esto el porque de por que a Dabi le gustaba tanto.
Era atravesar esa puerta y sentirse como en casa, cosa que hace muchos años no sentía.Ugh. Que cursi, como se nota que esta cerca de sus 30.
- Dabi.
escucho que lo llamaban y giro su cabeza para poder ver de donde viene la voz.
Obviamente, era su jefe. Acostado en su propia cama.- Hola.
Saludo, caminando hacia él.- hola. ¿a que vienes? ¿necesitas algo?
nego con la cabeza, riendo levemente, recostandose sobre su jefe. Quien gustosamente abrazo su cuello.
suspiró gustoso y abrazo las caderas de Tomura.cerro sus ojos, dejándolos descansar. y empezo a pensar: ¿cómo llego a este punto?
estar recostado sobre su jefe, el chico caprichoso que había conocido hace meses, mientras este mimaba sus cabellos.No sabia en que momento se volvió tan loco por ese hombre, pero le encantaba y tambien le encantaba que el otro hombre este igual de loco por él.
escuchó unas risitas rasposas y miro hacía arriba
- ¿qué?- No es nada, solo me encanta cuando estas asi. Pareces un cachorro. - Las risitas rasposas volvieron, acompañada de un abrazo apretado a su cuello
acerco su rostro al cuello del contrario y empezo a besarlo - Touya.. tienes los labios fríos.suspiro divertido
- me encanta cuando me llama por mi nombre, liderTomura bufo, nervioso - Deja de llamarme lider y tratarme de usted. Es estúpido.
dijo para después empezar a jugar con el cabello negro de su acompañante- ¿como te gustaría que te llame entonces? - dejo un beso en su clavícula - ¿Tenko o Tomura?
- Cualquier cosa menos, lider. Al menos cuando estamos solo, no me llames lider.
dabi asintió - "jefe", ¿esta prohibido tambien?
Tomura alzo los hombros - Me da igual. Pero me gusta mas cuando lo usas en momentos especiales.
Dabi alzó las cejas, divertido. - se quedará para esos momentos entonces.
dejaron de hablar y empezaron un concurso de miradas.era un ambiente calido, que ninguno de los dos sabían en que momento nació, pero que no les desagradaba para nada.