la inocencia de un menor

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Contexto: Rokuta, un héroe sin capa

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Hace unos meses el más joven de los Agatsuma inició su nuevo ciclo universitario. Estaba orgulloso de lo lejos que ah llegado gracias a su beca y de poder trabajar en un futuro como profesor de artes específicamente como profesor de las artes musicales, era su mayor sueño debido a su pasión por la música y su abuelo le apoyo en todo momento, su hermano mayor por otro lado le repetia todos sus posible fracasos y que terminara bajo un puemte, pero a pesar de todo fue el mismo el que le regalo un departamento que quedaba cerca de su universidad. Pero eso no es lo relevante en esta historia...

Ahora el joven rubio iba de camino a su departamento, la distancia entre su pequeño pero querido departamento y la universidad no era muy tardada así que solamente volvía caminando (así ahorraba dinero en transporte) pero hace poco tuvo un examen en el que le fue de maravilla y quería darse un gustito comprándose un helado en el camino

Opto por comprar un helado de vainilla con salsa de caramelo, al ya tener su preciado helado decidió dirigirse a una pequeña plaza y decidió reposar en el banco bajo la sombra de un gran árbol inhalando la fresca brisa sintiendo finalmente su mente en paz olvidándose de todas sus responsabilidades y dedicándose a saborear su helado sin pensar en nada

Pasaron unos dos tres minutos cuando escucho los suaves y algo torpes pasos de un ser acercándose a su persona, el ojimiel supuso que se trataba de alguien que se quería sentar en la banca así que solo se hizo a un lado dando un espacio prudente. Sin embargo no sintió el peso ni la madera crujir sobre la banca, curioso alzó la mirada y no pudo ver nada, bajo levemente la mirada y ahí pudo ver a un pequeño niño de cabellos azabaches algo mal cortados, con ojos rubí y brillantes, mirándole con una sonrisa emitiendo un sonido extrañamente emocionado

El rubio permaneció en silencio y solo le saludo con la mano algo incómodo pero también enternecido por la mirada tan bella e inocente del menor, decidió simplemente ignorarle y mirar a otro lado

—usted le gusta mucho a mi hermano— soltó aquel niño de un momento a otro con una sonrisa

El rubio de la sorpresa casi se atraganta con su helado enderezandose en la banca con los ojos abiertos como platos dudando de sí haber escuchado bien la declaración del menor. El mayor miro confundido al más bajo y pudo percatarse que este estaba siendo acompañado de otro azabache quien le miraba enojado y corrió hacia él, pudo calcularle unos 16-17 años más o menos. El ojimiel rió algo enternecido al percatarse que solo eran dos menores inocentes y nada más se dirigio hacia ambos y les sonrió divertido

—enserió? Bueno, lamento decirles que yo soy demasiado mayor así que simplemente no se podrá, pero me cayeron demasiado bien así que les puedo dar dinero para que se compren un helado— mencionó sonriente sacando unos cuantos billetes para ambos

El más alto entre los dos hermanos le miraba confundido y al procesar las palabras un leve tono carmesí invadió sus mejillas y nego rápidamente completamente avergonzado por la confusión

—no! No es lo que usted cree!!— aclaro rápidamente el azabache alzando fuertemente la voz

—pero si es verdad...— el menor murmuró sin comprender la vergüenza de su hermano

El rubio no podía estar más confundido, miro a ambos chicos con una ceja arqueada y una sonrisa incomoda, a este punto solo quería que aceptaran su dinero y él simplemente irse de la confusa pero graciosa escena

—Rokuta, Takeo! Que creen que están haciendo!?— apareció detrás de ellos un chico mucho más alto y mayor que los anterior mencionados, el joven era de cabellos burdeos pero tenía esos característicos ojos rubí

El burdeo miraba con regaño a ambos menores, Zenitsu pudo percibir el sonido avergonzado y ligeramente ansioso del joven de aretes, sin dudas esa familia era rara

—¿ese es el chico de la universidad que te gusta no?— preguntó sin pena alguna el menor con una completa inocencia en su tono de voz

El rubio al comprender la situación se sorprendió y miro de reojo al mayor, no había mentiras en las palabras del menor y pudo notar como el pelirrojo permanecia estático y su cara estaba completamente roja. El ojimiel escuchaba el latir rápido e intenso del contrario y como este comenzaba a sudar frío notando una inmensa vergüenza y nervios

El rubio no iba a mentir, el joven de aretes era atractivo, recuerda haber topado con él entre medio de los pasillosny a decir verdad había llamado su atención, su sonido sobre todo, recuerda que la primera vez que lo escucho le cautivo tanto que lo logró memorizar al instante confiando en dicha melodía para una de sus presentaciones, terminando siendo el de mejor calificación, lo cual no era ninguna sorpresa con esas notas tan suaves y relajadas, que transmitían firmeza y una paz indescriptible

Ahora podía verlo mejor, sus facciones eran atractivas y le hacían tener una apariencia bella, su físico no quedaba atrás, el chico llevaba una camisa ajustada en estos momentos, dejando notar su buen físico, ni muy musculoso ni poco formado...coincidía bastante con sus gustos personales a decir verdad

—l-lamento la incomodidad!—expresó el burdeo tratando de salir corriendo junto a sus dos hermanos, el chico no podía estar más avergonzado en estos momentos

El ojimiel rió ligeramente y detuvo al ojirubi en huir tomándole del brazo y sonriendole

—ey espera...si lo que dice tu hermanito es verdad, quiero que sepas que también te me haces interesante— mencionó con un tono calmado para tranquilizar al burdeo quien se quedó recalculando lo que acababa de escuchar

—¿podríamos presentarnos no crees?—

—por supuesto! Soy Tanjiro, Kamado Tanjiro, es un placer conocerte! Y disculpa las molestias...— mencionó alzando y bajando la voz en su oración tomando las manos del rubio con vergüenza y haciendo una pequeña reverencia

—el placer es mío, yo doy Agatsuma Zenitsu, y no me causas ninguna molestia— se presentó igualmente el rubio ruborizandose levemente por el agarre repentino pero no quiso alejar al de pendientes y en lugar de eso le sonrió

—podrías pasarte mi número para que hablemos más— propuso el burdeo, podía jurar que sus ojos se dilataron de solo ver la sonrisa del pequeño rubio

—por supuesto, estoy muy emocionado de finalmente poder tener alguien con quien pasar el rato en la universidad— el rubio gustoso le mostró su número de teléfono y también le paso su cuenta de instagram al ocupar más esta red social para platicar

Intercambiaron números y usuarios de instagram y el rubio antes de irse le dio algo de dinero a los menores que miraban con algo de confusion la escena que aramaron ambos chicos como forma de "agradecimiento". El menor de todos no comprendía lo que había pasado pero esta feliz por poder comprar un helado, por otro lado Takeo sonreía incredulo regañando a su hermano con la mirada por ser tan nervioso pero a su vez estaba contento de que haya logrado conseguir el número del chico que no paraba de mencionar desde que ingreso a la universidad

El rubio se fue con una sonrisa de emoción, era la primera vez en que alguien se veía interesado hacia él, y a decir verdad el chico no le desagradaba en lo más mínimo, tenía que admitir que de un solo latir puro y una sola mirada su corazón se cautivo y cayó rendido por completo

Por otro lado estaba el burdeo que al percatarse que el rubio ya estaba lo suficientemente lejos como para no verlo. Se sentó en el pasto y llevó sus manos a su cabeza viendo de reojo su celular donde estaba el perfil del chico. Decir que tenía una sonrisa tonta sería poco, estaba demasiado feliz y miraba su celular con ilusión como si le revelará los secretos del universo

Takeo y Rokuta consiguieron un helado y un pequeño video juego de a gratis ese día

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•una historia algo corta a decir verdad jsks

One-shots [TanZen] 💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora