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-D-detente.-confiesa desviando la mirada.

El peli verde la mira, su aliento choca con ella. Apenas se ah movido, pero siente su cuerpo al máximo, esto es demasiado para el.

Se acerca al oído de la mujer y le susurra, aparta la cabeza para que vuelvan a mirarse.
Conectan las miradas y ella es la primera en rendirse, otra vez cede para mover su vista a la madera debajo de ellos; luego a su escritorio y al final a las catanas en el.

Apenas abre la boca, es silenciada por unos labios: algo secos, firmes y para ella tan misteriosos.
Sus brazos se sacuden, tiran para abajo. Aun así, no son capaces de librarse del agarre qué los puso hasta arriba en primer lugar.

Una mano del peli verde traza un camino desde arriba hasta aquella descubierta cintura.

Ella tiembla y se le eriza la piel.

Agarra su pequeña cintura y la atrae más a él, ella no puede más... Es salvada en el último momento cuando sus labios son liberados del beso.
Esta agitada, sus mejillas se tiñen de un rojo que comienza a atenuarse.

Sus labios le pican, no... Le duelen.

-Zoro... .-pronuncia letra por letra el pequeño nombre.

-Nami yo... .-habla mientras libera su agarre y se inclina para atrás.

Las manos de la navegante se apresuran a agarrarlo por la nuca y llevarlo de nuevo a ella.

El beso es agresivo, aun más que antes, los brazos del espadachin la apresan y juntos se mueven por el lugar. Libros, papeles, tinta; todo cae al piso mientras luchan por ser el ganador.

A tropesones ella logra que el cazador choque contra la mesa. Al separarse vuelven a mirar los ojos del otro, y es ella quien hace el primer movimiento. Primero la vista y luego comienza a agacharse, bajando sus manos desde los hombros hasta los pantalones.

El cazador agarra la mesa al sentir su miembro ser masajeado por sobre la tela. Nami agarra la silueta marcada, con su boca y comienza a moverse desde la base hasta la punta.
Su aliento comienza humedecer la ropa y le regala una sensación que hace temblar el cuerpo del espadachin.

-¡Nami!. -gruñe hechando su cabeza atrás.

-Calmate, aun falta la mejor parte.

El peli verde suelta un quejido con el rose piel con piel, de su miembro y la mano de la navegante. El agarre es firme, la piel un poco rasposa. Cada movimiento le saca un quejido, la humedad de antes apenas ayuda. Aún así el desea más, la cadera le tiembla. En su agarre de extremo a extremo es casi inperceptible lo duro que lo vuelve.

-Vamos, quiero ver todo lo que puedes dar. -su mano apura sus movimientos. El toma una gran bocanada de aire al sentir como sus testículos son atrapados por la boca de su compañera. La mesa se sacude y el sigue tomando cortas inhalaciones mientras la boca de Nami va subiendo por su falo. -Es tan caliente.... -habla la mujer mientras se retira y agarra el miembro húmedo completamente endurecido.

El agarre ya no le causa dolor, el agarre firme y la saliva entre ambas pieles le regalan algo nuevo.

-Nami... estoy... .-se calla soltando un quejido al sentir su falo apresado con fuerza.

-Aún no .-le ordena mirándolo a los ojos- lo quiero en mi boca.

Suelta su agarre para dar paso a su boca, quien toma toda la longitud de un solo movimiento. El espadachín siente que su punta choca con algo antes de que la navegante eche su cabeza para atrás y termine tosiendo.

El la mira pero antes de que diga algo ella vuelve al ataque, y con esto el comienza a estremecerse mirando arriba.

Sus labios se pegan a el y los aprovecha para recorrer toda su extensión desde los lados. Lo suelta y retrocede, lo observa por un momento y regresa a tomar todo el diámetro.
Avanza hasta la base del falo y se detiene antes de de llegar, de ahí vuelve a repetir sus movimientos: atrás y adelante. Un vaivén de movimientos, sonidos y pensamientos.

Cada que llega a la punta se detiene, contrae las mejillas con la succión que realiza y estimula aún más.

Estando con la boca llena se detiene, el la mira y vuelven a conectarse. En medio del silencio ella logra que se encorbe usando su lengua para estimularlo. Se separa, pero mantiene la estimulación con su mano.

-¿Lo hago bien?. -desvía la mirada- Es la primera vez que lo hago...

Aunque el desvía la mirada, ella se mantiene atenta.

-Yo... No lo se.-corta el silencio.

Una corta carcajada cubre el ambiente, sin decir nada ella vuelve a atrapar su diámetro con la boca. Sus movimientos son lentos y de vez en cuando hace que choque contra sus mejillas. Rara vez usa su lengua, pero se detiene cuando el espadachin comienza a moverse.

El tiempo pasa y los movimientos se vuelven más rápidos, los ojos del cazador de piratas solo pueden ver como esa cabeza va de atrás adelante con pequeños cambios a los lados.

Nami quien estaba agarrada de las piernas del espadachin siente como estas se tensan. Siendo el aviso para que vaya más rápido, en el último segundo ayudada de su agarre llega hasta la base del miembro y se llena la boca mientras lagrimas brotan de sus ojos.

Fue quitándose con lentitud, chupando en el camino cualquier rastro de esa esencia que se haya quedado en el falo. Termino y observó como el espadachin se esforzaba por respirar y aun permanecía duro.

-¿Zoro?. -pregunto cuando este le agarro por los brazos.

De un movimiento la levanto y dejo apoyada contra las manos en la mesa. Agarro su cintura y levanto un poco su culo, bajo sus manos acariciando esos muslos en el camino.

Nami no evitó gemir con el toque del espadachin sobre ella y como apretaba sus muslos. Tomo una corta inhalación cuando su falda fue levantada y su bikini era bajado.

-¿Q-que estas haciendo?.-cuestióno cuando su ropa está a medio camino de dejar su trasero.

El peli verde se levantó y se acercó por su espalda, dejo un beso en el cuello y termino por estar al lado de su oreja.

-No grites. -musito y aprovecho para quitarle subir la parte de arriba de su bikini y destaparle uno de sus pechos para estrujarlo.

Volviendo abajo termino por bajar la tanga de nami quien se mordía el labio al sentir como su ropa quedaba al nivel de sus rodillas y su entrada chocaba con algo caliente.

El espadachin tomó un leve suspiro al ver ese trasero perfecto y como su falo se posicionaba para entrar.

-¡Nami!. -fueron detenidos por alguien.

Y desde la puerta un chico con sobrero de paja los miraba.

-¡¿Luffy, pero que haces?!. -grito la navegante arrojandole algo a su capitán.

-Yo solo quería ver si Sanji estaba aquí. -se quejo- ¿Qué hace Zoro acá?. -pregunto al ver como el cazador le daba la espalda.

-¡Eso no importa!. -concluyó la navegante quien tenía algo mál puesto su bikini.

Su capitán torció la mirada-¿Qué está en tus rodilla...?

-¡Fuera!. -termino y le arrojó otra cosa haciendo que Luffy se fuera.

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Creo que eso sería todo, no se si haré más de esto. Pero quería sacarme la idea de la mente.
Con respecto a mis otras historias, ya veré cuando publicar caps nuevos. Aunque no se si alguien sigue esperando xd.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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