𝙷𝚒𝚜 𝚐𝚊𝚣𝚎

259 32 3
                                    

Hacía un buen tiempo en el campo de Anakt Garden. Ivan se recostaba en la sombra de un árbol mirando a Till, quien parecía practicar la guitarra con el aire a unos metros delante de él. Sonrió inconscientemente. Sin embargo, no pasó mucho para sentir un incesante malestar que se extendía por su estómago hasta su boca. Sin evitarlo vomitó sangre con pequeños pétalos violeta en ella, pero no lo suficiente como para llamar la atención. La primera vez que le había sucedido, reconoció que eran violetas de Parma y rosas lavanda.

«Me alegra que nadie me preste atención», pensaba el pelinegro. Ante esta vista, creía que lo mejor sería enterrar aquella evidencia y limpiarse la boca, y así lo hizo. Era algo a lo que ya estaba acostumbrado, para su desagrado. Intentaba no pensar en ello la mayoría del tiempo. Estando con Till, sus pensamientos intrusivos y vomitos se reducían considerablemente, pero, cuando menos lo deseaba, volvían a atormentarlo.

Cuando creyó que podría aprovechar para dormir debajo de aquel árbol, una agradable y preocupada voz lo hizo despertar. Era ese chico que tanto le gustaba mirar.

—Ivan... —soltó, dubitativo de si seguir o no. Luego de unos segundos, se armó de valor— ¿Qué... te pasó en el antebrazo?

Como si le hubiese hablado en otro idioma, el ojinegro al principio no entendía lo que quería decir. Bajó su mirada a sus brazos cruzados sobre su pecho y lo entendió. Era la sangre que anteriormente había limpiado de su boca.

—Uh —rápidamente pensaba excusas, pero sonaban estúpidas. Finalmente, se decidió por la que sonaba más creíble a su gusto—. Me encontré con un alien allá atrás. ¡Era gigante! Al correr de él, tropecé con una piedra y caí en mi mano..., ¡pero me siento bien, fue solo un rasguño! —Aclaró antes de más preguntas.

El menor parecía no creerlo del todo, pero decidió dejarlo de lado. En su lugar, lo regañó.

—Deberías tener más cuidado. —Ivan le regaló una vigorosa sonrisa mientras se acercaba al contrario. Pensar que se preocupó por él, al menos un poco como para preguntar si algo le había pasado, le hizo olvidar el mal rato que acababa de pasar.

Till, dándose cuenta de su repentino acercamiento, le tendió una corona de flores. Ivan estaba a punto de tomarla pensando que se la quería obsequiar, pero sus esperanzas fueron desechadas.

—¿Crees que a Mizi le gustará? ¡Lo hice especialmente para ella! Como eres el más cercano a ella de nosotros dos..., uhm..., quería saber qué pensabas. —Un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas mientras desviaba su mirada. El rostro de Ivan, ahora con un semblante un poco depresivo, mantenía una sonrisa nostálgica.

—Creo que le gustará. Confía en mí~

Su expresión, concisa pero segura, hizo que Till se sintiera dichoso. Asintió con felicidad, se levantó y corrió hacia donde Mizi y Sua jugaban tranquilamente.
Till le ofreció la corona de flores a la pelirosa y se quedó jugando con ellas un breve rato. Todo bajo la mirada cristalina de unos ojos bellamente oscuros.

Desde que Ivan tiene memoria, la mirada de Till se ha posado en Mizi. Mizi, por su parte, mantiene toda su atención en Sua, incluso desde antes de que comenzaran a salir.

If I wasn't in love with you [IvanTill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora