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si algo ha aprendido jughead luego de ser hermano de una adolescente los últimos ocho años (pues a demás fue prematura, porque le bajo a los diez) es que tener el periodo no es solamente molesto, si no, también doloroso. Hace dos años, cuando salió de su casa para ir a la universidad, de verdad pensó que se había librado de ser agarrado como juguete para aplastar cuando los cólicos dolieran, pero entonces se le ocurrió ponerse de novio.
con una mujer.
si, de esas que les baja el periodo y que, por si fuera poco, les duele y les cambia el humor.
hubiera preferido ser gay, pero la verdad es que su chica, rubia, esbelta y con carácter de un perro chihuahua al que se le metió el mismísimo demonio, lo tiene totalmente enamorado.
a veces se arrepiente de haber caído tan fácil ante sus encantos naturales. Es decir, si, la chica es bella, demasiado, es tan guapa que el, desde el momento en que la vio, no pudo voltear a ver a nadie mas(es verdad, se le había quedado viendo y no vio cuando iba a chocar con un poste), pero nadie le advirtió lo que se le avecinaba cuando el periodo le llegaba, una vez al mes, durante los siguientes veinte o treinta años mas.
con cuidado, pone la taza humeante en la bandeja de plástico e intenta alzarla sin que se tambalee.
no lo logra, el contenido caliente y peligroso se retuerce dentro de la taza de vidrio transparente con el logo de Coca-Cola ya casi borrado.
decide, resignado a tener que dar mas vueltas, que primero llevara el te y unas pastillas
Betty, su querida, amada, adorada y venerada novia tiene cólicos.
lo que hace el amor.
toma la taza con una mano y con la otra la caja de pastillas que su bella rubia le pidio hace rato y que se le habia olvidado buscar. Agradece el hecho de vivir en un departamento pequeño y de un solo piso, es tan torpe que deseguro hubiera tropezado con las escaleras.
Entra a la habitación, con cuidado minucioso de no tirar nada al abrir la puerta. Su novia, Betty, lo observa desde la cama.
-¿Tanto tardaste en hacer un té? -sus mejillas se sonrojan un poco cuando ella alza una ceja.
Vale, ese es uno de los efectos que tiene en él. Odia realmente el hecho de que, de por sí, sea una persona facil de sonrojar.
-Se me había olvidado que, para hacer un té, tengo que ponerle una bolsita de té.
La expresión de la rubia se suaviza, sabiendo lo despistado que es.
-Eres horrible en esto. -jughead le regresa la sonrisa, tan inocente como puede, y algo apenado aún deja la taza a un lado de ella, en la mesita de noche.
-Está caliente, y sé que no te gusta tomar caliente, así que.. ¿Qué te parece si me echo a tu lado para enfriarlo un poco?
Betty, al igual que jughead, no puede decir que no, jamás, a esos bonitos ojos.
