Capítulo 3

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Ciertamente JiMin estaba acostumbrado a vivir dos a tres meses en cada lugar que su mamá lo llevara...

—Hijo, nos quedaremos aquí—

Dijo la mujer sin prestar atención a lo que su hijo había dicho anteriormente.

—Esta bien mamá, no tengo problema—

—Me alegra que aceptes hijo— la mujer lo miro con ternura y sus ojos levemente desapareciendo— Bueno y con quedarnos aquí significa que podrás ingresar normalmente a la universidad—

Eso era una buena noticia.

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El lindo rubio estaba en la calle, transitando para poder hacer todos los trámites de su ingreso a la universidad sin saber nada sobre su carrera, solo quería bailar.

Una noche sombría.

Fría y sin vida, pero a JiMin le agradaba recorrer las calles de esa manera mientras lloviznaba, le gustaba en cielo oscuro, las nubes, el silencio...

—Ey preciosura, cuidado—

Bien por él, apenas se dio cuenta que estaba cruzando por una calle sin personas y en la noche, que inteligente. Decidió ignorarlo.

—No temas lindo, solo divirtámonos un poco—

—No me interesa— siguió caminando mostrándose seguro pero aún con temor.

—Oh, piensas que te pregunto—

Rápidamente lo agarro del brazo y todo lo que hizo fue provocar a JiMin.
La "ternura" de mami, cómo le decían siempre, siempre se metía en peleas callejeras, ya estaba acostumbrado.

—Ni te atrevas a tocarme más ¿entendiste?—

—¿Y que piensas hacer si te tomo aquí? —olfateó un poco el aire—Me sirves más, no estás presentado.

—Eso no te importa—

—Mmm...te crees muy valiente—

El desconocido empezó a intentar besar a JiMin a la fuerza.

—Ocúpate en tus cosas ¿quieres?—Otra voz de escucho.

—Largo —seguía sosteniendo a JiMin del brazo, ahora aprisionando su cintura y el rubio no evitó sentirse asqueado— No te interesa.

—Te metes con quien nada te ha hecho, déjalo.

Y con ese acto de distracción JiMin hizo un movimiento rápido para poder liberarse del agarre que lentamente se estaba haciendo débil por la falta de atención a su persona.
Al liberarse llegó hasta el azabache que interrumpió las acciones del abusador.

—Tú corre, deben estar esperándote—

No agradeció eh hizo lo que le dijeron.

—Estupido solo quería divertirme un poco— dijo el tipo golpeado en el piso—

—Estupido tú, meterte con una persona inocente en medio de la calle—

—Es lo que hago siempre ¿no?—

—Bueno, con el nunca lo vuelvas a hacer—

—Entendido mi respetadisimo jefe Min—

—Vete, no quiero verte—

¿Promesa? // Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora