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Ni-ki se había retirado de la casa de Heeseung, pues justo llegaba su novio Jake del trabajo y supuestamente debía atender a su cansada y ocupada pareja

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Ni-ki se había retirado de la casa de Heeseung, pues justo llegaba su novio Jake del trabajo y supuestamente debía atender a su cansada y ocupada pareja. 

Para su suerte, pudo recibir el "consejo  personal" de Heeseung para hacer caer a Sunoo bajó las sábanas tal como el quería. Solo esperaba que pudiera funcionar porque no estaba dispuesto a pasar por otra verguenza con Sunoo, o en el peor de los casos que la rechace crudamente. 

El solo recordar la escena del día de ayer en el parque con ese algodón de azúcar le ponía los pelos de punta, tanto por la pena que se sentía por el mismo, con el hecho de pensar de forma descarada en que ese dulce podría ser algo más en la boca de su adorable novio.

—Amor... —Sunoo volteó con una sonrisa y el leve movimiento de sus labios al saborear el algodón dentro de su boca. Ni-ki tragó en seco al posar sus ojos en aquella zona. 

La calentura realmente le estaba  afectando, pues una corriente le recorrió la espina al darse cuenta de que sus pantalones comenzaban a sofocarlo más de lo normal. 

— Si, dulzura, dime —Incitó el mayor  cuando el dulce terminó por esfumarse de su boca. 

Ni-ki con los pocos sentidos en la tierra y casi consumido por el deseo, soltó la petición más descarada y poco  conveniente. 
— Me gustaría que dejes a un lado ese algodón de azúcar y atiendas la erección que cargo debajo de estos pantalones. 

La sonrisa del rostro de Sunoo desapareció y en un su lugar una clara expresión de incomodidad se hizo notoria así como el característico sonrojo en este. Las palabras sin pudor alguno que soltó su novio fueron tan inesperadas, pero lo suficientes para llenarlo de vergienza. 

Muy pronto Ni-ki se daría cuenta de lo vulgar que había sonado y como su novio estaba hirviendo en rojo de la pena. 

— En qué cabeza se me ocurrió  decirle esa mierda —Se dijo a sí mismo metiendo la llave en la chapa para abrir la puerta. Entrando así a su hogar.

 Entrando así a su hogar

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 Candyfloss | Sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora