Ni-ki y Sunoo se conocieron en la escuela el primer día de clases. A los dos días de amigos, ambos cayeron enamorados uno del otro, con la condición de que Ni-ki le hablara primero a Sunoo todos los días.
A la mañana siguiente, Ni-ki despertó en su cama con un dolor de cabeza gigante, de milagro no tenían clases al día siguiente, pero desde ayer tenía aquel nudo gigante en la garganta que le impedía hablar bien.
— A la verga, ¿pues qué paso?— Se dijo a sí mismo al ver a todos sus amigos tirados en el suelo de su cuarto, tapándose con todas las cobijas que tenía Ni-ki ahí.
Ni-ki se levantó y caminó entre los espacios vacíos entre sus amigos, intentando no despertarlos ni pisarlos. Una vez ya afuera de su cuarto, fue a la cocina a hacer desayuno para todos los 7 muchachos quienes ya estarían por despertarse.
Después de poner todos los platos con el desayuno en la mesa, Ni-ki fue a su cuarto y uno por uno comenzó a levantar a los demás, levantando las cobijas y tirándolas en su cama.
— Ya hice su desayuno, ustedes vayan comiendo en lo que yo doblo acá.— Dijo un Ni-ki algo dormido, pues recién se había levantado y ya estaba arreglando todo.
— Si quieres yo te ayudo para que no tardes tanto.— Dijo Sunoo, tallándose los ojos para después agarrar una cobija y empezar a doblarla.
— Gracias.— Dijo Ni-ki con una sonrisa.
Después de unos 3 minutos Ni-ki y Sunoo iban riendo y platicando hacia la cocina, donde casi todos estabam terminando de desayunar.
— Te la rifaste Ni-ki, cocinas bien cabrón.— Dijo Jake mientras se tapaba la boca, pues todavía seguía masticando.
— Si para eso vivo solo, hasta crees que voy a cocinar mal.— Todos ríeron y Sunoo y Ni-ki se pusieron a comer.
Cuando todos terminaron de comer y uno por uno se comenzaban a arreglar, Ni-ki salió a ver cual de sus miles de carros podría usar para salir con sus amigos una segunda vez.
— A la madre, no sé cual usar hoy... De tin marin...—
Después de muchas rondas de tin marin, Ni-ki por fin se decidió por usar su ferrari 488 spider azul, abrió el portón de su garage y con un fuerte rugido, prendió su carro, asustando a los demás muchachos dentro de la casa.
SH— Ni-ki, un carro sonó bien recio, ¿todo bien?— N — Si, todo bien, nomás prendí mi carro.— SH — No mames como que tu carro.— N — Pues si, ahorita que salgan lo van a ver.—
Ni-ki colgó la llamada y manejó afuera de su garage, estacionándose en frente de la grande y lujosa reja de su casa mientras veía como los demás salían rápidamente.
— Ni-ki no chingues me sacaste un pedo casi casi, cabrón.— Quejó Jungwon mientras abría la puerta del asiento trasero del carro, viendo que casi no cabrían ahí dentro.
— Ey, nomás aviso que alguien se va a tener que venir en frente conmigo.— — Sunoo y quiere ir.— Dijo Jay de una mientras se comía un chocolate y se guardaba la basura en el bolsillo del pantalón. — Ándale pues, Sunoo, vente pa' acá pa.—
Sunoo solo le rodó los ojos a Jay y sin quejarse, abrió la puerta del del copiloto y se sentó en el asiento. Ni-ki sólo sonrió y se volteó a ver al retrovisor mientras veía como los demás se acomodaban en el carro.
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