Ni-ki y Sunoo se conocieron en la escuela el primer día de clases. A los dos días de amigos, ambos cayeron enamorados uno del otro, con la condición de que Ni-ki le hablara primero a Sunoo todos los días.
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Después de unos cuantos meses, Sunoo y Ni-ki ya habían hecho más que pública su nueva relación, pues se iban conociendo mucho mejor y cada día iban aprendiendo cosas nuevas del otro. Por el otro lado, con Haerin y Taesan las cosas no iban tan bien que digamos, ambos tenían muchas peleas seguidas y Haerin siempre se la pasaba haciéndole berrinche a Taesan, cosa que lo hartaba.
— ¡Mi amoor!— Gritó Sunoo mientras corría a los brazos de Ni-ki, sosteniéndose el uno al otro en un fuerte abrazo para después darse un beso.
— ¿Cómo estás, corazón?— Dijo Ni-ki, acariciando el pelo de Sunoo mientras el menor lo abrazaba.
— Bienn, mira lo que compré.— Sunoo sacó de los bolsillos de su mochila unas pulseras iguales, abriendo el paquete, sacando una pulsera y poniéndosela en la muñeca a Ni-ki.
— Muchas gracias mi niño, ahora me miro di-vi-no.— Sunoo y Ni-ki rieron fuertemente y luego entraron a su escuela agarrados de la mano, yendo a su salón donde todos sus amigos los saludaron con varios abrazos. Haerin solo miraba como Ni-ki era feliz, y eso la hacía enojar.
— Ey Ni-ki, ten cuidado porque me he estado enterando de las amigas de Haerin que quiere vengarse de ti, nomás te aviso para que le digas a Sunoo.—
— Ándale pues, gracias.—
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— Amor, cualquier cosa con Haerin, tu solo ignóralo, me dijeron que quiere hacerme la vida imposible en sí, asi que cualquier cosa yo te aviso, ¿va?— Dijo Ni-ki mientras le acomodaba el pelo a Sunoo, viendo como el menor asentía y sacaba su celular.
— Si sé... Igual me quiso amenzar anteayer o ayer, ve.—
Ni-ki al ver tal conversación, no pudo evitar enojarse, volteando a ver a Haerin quien solamente se retocaba y sonreía al ver el rostro frustrado de Ni-ki.
— No te preocupes, mi niño, yo me voy a encargar de eso.—
Sunoo sonrió y asintió una vez más, abrazando a Ni-ki y recargando su cabeza en su hombro. — Amor, ¿tu tienes muchas cosquillas?— Preguntó Ni-ki, confundiendo a Sunoo.
— Si, por- ¡Ey, no hagas eso!— Sunoo reía fuertemente mientras Ni-ki lo atacaba con cosquillas infinitas, haciendo que el menor casi se cayera de su silla de tanto intentar irse del agarre de Ni-ki.
— Perdón.— Dijo Ni-ki mientras reía, dejando de hacerle cosquillas a Sunoo y acercándose a el para darle un beso en la frente y después abrazarlo.
— Como me caes mal.— Sunoo abrazó de regreso a Ni-ki y esta vez, juntó sus labios en un suave beso que los hipnotizó a ambos.
— A ver pues ya besucones, calmense un ratito.— Dijo Heeseung mientras jalaba del pelo a Ni-ki para separarlo de Sunoo, viendo como este se quejaba y le tronaba la lengua.
