Capítulo 28

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╰─▸ ❝ @[La Revelación]

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Mis oídos contemplan una melodía exquisita, como si se tratara del canto de una sirena.

Mi cuerpo intenta salir a flote mientras que mis brazos y piernas intenta sepultarme.

La falta de oxígeno empieza a molestarme cuando sigo sin encontrarlo pero no puedo parar, no ahora.

Sigo sumergiéndome bajo una presión y una desesperación que jamás he experimentado, he pasado por miles de momentos tensos pero ninguno como este.

Pronuncio su nombre en medio de la oscuridad, intento llamarlo entre gritos y lamentos pero no sirve de nada, no aparece en ningún momento, lo que me frustra aún más.

Necesito que me guíe, que me ayude a encontrar el camino correcto entre tantas opciones, que me expliqué en qué momento el mundo se puso en mi contra, que me diga en qué momento me quede sola.

Fue como una montaña rusa, subidas y bajadas tan abruptas que consiguieron dejarme sin aire.

Maldiciones que me dejaron apartada del resto y profecías a medio contar.

Rebusco entre la arena sin éxito, quiero llorar pero el lago no me lo permite.

Es como si una onda magnética impidiera la presencia de pequeñas lágrimas.

Finalmente, un pequeño resplandor se anima a alumbrar las profundidades del lago negro.

Visualizo la locación del pequeño objeto brillante y no dudo a nadar para llegar hasta el cuando dos manos recaen sobre mi cintura con firmeza y tiran de ella.

Doy patadas que no llegan a golpear a nadie y muevo mis brazos tratando de volver a sumergirme pero no sirve de nada, cada vez estoy más cerca de la superficie.

En cuanto mis pulmones vuelven a entrar en contacto con el oxígeno empiezo a toser de forma desesperada, escupo pequeñas partículas de agua mientras que mis ojos se libran de las lágrimas cautivas.

-¡¿Te has vuelto loca?! -Los gritos de Enzo consiguen sobresaltarme aún más, miro hacia atrás para encontrarme con su rostro lleno de preocupación -¡¡Te estabas ahogando!!

-¿Q-qué haces aquí...? -Un murmuro entrecortado por repentinos temblores, veo su rostro con mayor detalle y consigo notar como sus labios tiritan.

-¡¡Eso debería preguntarte a tí!! -Sus brazos se aferran a mi cuerpo con mayor fuerza, como si tuviera miedo de que me caiga -¡¡Son las tres de la mañana!! -Su flequillo mojado se pega en su frente y, para estar temblando del frío, aseguro que sus mejillas están completamente enrojecidas -¡¿En qué estabas pensando?!

Paseo mis ojos a lo largo de su cuerpo para luego mirar el agua, el pequeño brillo volvió a desaparecer.

-Lo estoy esperando -Murmuro en un hilo de voz sin despegar mi vista de la oscuridad sin fondo.

Siguiendo Tus Latidos (P2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora