Tierra de Nadie

Capítulo 1: El Último Golpe

El sol ardía en el horizonte mientras Jack y su banda cabalgaban a toda velocidad para escapar del pueblo tras el fallido golpe al banco. El eco de los disparos aún resonaba en sus oídos, y la sensación de derrota pesaba sobre ellos. El líder de la banda, Cole, había tomado una serie de decisiones precipitadas y erróneas, llevando al grupo al borde del desastre. Jack, con su rostro endurecido por años de vida al margen de la ley, sentía el peso de cada error como si fuera suyo.

Mientras cabalgaban, Jack miraba de reojo a sus compañeros. Red, con su cara enrojecida por la ira, cabalgaba cerca de Cole, sus ojos lanzando dagas. Mary, con su cabello suelto al viento, mantenía a su hijo pequeño, Billy, abrazado a su cintura mientras sostenía las riendas con una mano firme. Los niños de la banda, asustados, intentaban no caerse de los caballos que compartían con sus madres. Jack sabía que cada uno de ellos contaba con él para encontrar una salida.

"¡Más rápido! ¡Nos alcanzarán si no nos movemos!" gritó Cole, su voz llena de pánico y desesperación.

Jack frunció el ceño. "Cole, necesitamos pensar. No podemos simplemente correr hasta que nos caigamos muertos."

"No tenemos tiempo para pensar, Jack," respondió Cole con una mirada furiosa. "Sigue cabalgando."

Mientras cabalgaban, los pensamientos de Jack iban y venían, mezclados con el dolor punzante de la herida en su costado. Recordó el caos en el banco: los gritos, los disparos, la gente corriendo por sus vidas. "¿Cómo llegamos a esto?" pensó. "¿Cuándo se convirtió en esto nuestra única opción?"

Red, cabalgando a su lado, murmuró: "Esto es una locura. Nos vamos a morir todos por culpa de las estupideces de Cole."

Jack apretó los dientes, sabiendo que su lealtad a Cole era lo que lo había mantenido vivo todos estos años. "Lo sé, Red. Pero necesitamos mantener la calma. Encontraremos una solución."

Los caballos, exhaustos, comenzaban a ralentizar su paso. Jack sabía que debían encontrar un lugar para descansar y reorganizarse. "Chicos, hay una montaña más adelante, escondida entre árboles," dijo Jack, levantando la voz para que todos lo escucharan. "Podemos refugiarnos allí por un tiempo."

La banda finalmente llegó a la montaña, oculta entre los árboles frondosos. El polvo se asentó lentamente mientras desmontaban, jadeando y revisando sus municiones y heridas. Cole intentaba mantener el control, pero la desconfianza era palpable.

"¿Qué demonios pasó, Cole?" rugió Red, rompiendo el silencio. "Nos dijiste que el banco estaría vacío, ¡pero nos esperaban con rifles cargados!"

Jack observó desde un rincón, su mente trabajando en silencio. Las malas decisiones de Cole estaban desmoronando la banda desde dentro. La lealtad que una vez había sido su fuerza se estaba convirtiendo en su mayor debilidad.

"Calma, Red," respondió Cole con dureza. "Alguien debe haber hablado. Alguien nos traicionó."

La tensión creció mientras las acusaciones volaban. Mary, intentando calmar a su hijo, susurró: "Shhh, Billy, todo estará bien." Pero su voz temblaba, y Jack podía ver el miedo en sus ojos.

Jack se adelantó, su voz grave cortando la discusión. "Red, no es momento de buscar culpables. Necesitamos un lugar seguro para curar nuestras heridas y pensar en el siguiente paso. Seguir peleando entre nosotros no nos llevará a ningún lado."

Red miró a Jack con resentimiento. "¿Y qué sugieres, Jack? ¿Que sigamos las órdenes de alguien que nos ha llevado directo a una trampa?"

"Estoy diciendo que necesitamos un plan," respondió Jack con firmeza. "Un plan que no nos mate a todos."

Cole miró a Jack, agradecido por su apoyo. "Gracias, Jack. Siempre has sido mi mano derecha. Escuchen a Jack, él sabe lo que hace."

Mientras descansaban en la montaña, el ambiente estaba cargado de tensión. Jack observaba a sus compañeros, sus rostros marcados por el cansancio y la desesperación. Mary cantaba suavemente para calmar a Billy, mientras otros forajidos murmuraban entre ellos, susurrando planes de escape y traición.

Jack sabía que la situación era crítica. Tenía que apoyar a Cole y mantener unida a la banda. Sin embargo, no podía ignorar la creciente tensión y desconfianza entre los miembros.

"Jack," llamó Red en voz baja, acercándose. "Necesitamos hablar. No podemos seguir así. La banda se desmorona y Cole no tiene un plan."

Jack asintió lentamente, su lealtad hacia Cole intacta pero consciente de los problemas. "Lo sé, Red. Pero debemos ser inteligentes. No podemos simplemente abandonar a Cole. Hemos estado juntos desde que éramos niños. Lo apoyaremos y encontraremos una solución juntos."

Red apretó los dientes, la frustración evidente en su rostro. "Entonces, ¿qué propones?"

Jack miró a su alrededor, observando a los demás miembros de la banda. "Propongo que mantengamos la calma y que juntos encontremos una forma de salir de este lío. Cole siempre ha tenido nuestro respaldo, y no vamos a cambiar eso ahora. Pero también necesita saber que estamos aquí para ayudarlo a tomar mejores decisiones."

La situación en la montaña se volvía cada vez más tensa. Los miembros de la banda comenzaban a dudar de Cole y de sus decisiones. Jack, decidido a mantener la lealtad y la unidad del grupo, buscó una manera de apoyar a Cole mientras buscaba soluciones.

"Cole, necesitamos hablar," dijo Jack con firmeza, su voz calma pero llena de determinación. "La banda está preocupada, y necesitamos un plan claro para seguir adelante."

Cole, con los ojos llenos de preocupación, asintió. "Lo sé, Jack. He cometido errores, pero no podemos rendirnos ahora. Confío en ti para ayudarnos a salir de esta."

Jack puso una mano en el hombro de Cole. "Juntos, encontraremos una manera. La banda aún cree en ti, pero necesitamos mostrarles que tenemos un camino a seguir. Debemos ser inteligentes y pensar en cada movimiento."

Y así, llego la hora de dormir, cada quien se fue a sus tiendas para descansar, fueron unos días muy duros, muchas cosas podrían esperar para el día siguiente, lo mejor era dormir lo más que se pueda.

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Bueno, aquí termina el primer capítulo, pronto publicare el otro así que no se desesperen.