Leyendas urbanas

UNO

¿No se supone que deberia estar emocionada de cualquier día escolar? Eso me han dicho, tengo amigos con los que disfruto pasar, pero no es tan divertido como estar en la casa. Me llamo Abigail Spears, no soy la persona más amistosa, o al menos es lo que dicen mis ex-amigos. Aunque ahora tengo a mi grupito de tres. Alice y Caroline, le solemos llamar Cory. Las dos tienen al "amor de su vida" ni tanto. Solo son hombres que no les hacen caso, quizá en algún momento les hagan, pero ellos son muy idiotas para ver la belleza en ellas, o en cualquier cosa. Son malos. Al menos eso es lo que veo.
Entro otra vez a la secundaria de mi... ¿pesadilla? ¿Sueño? Es buena, pero la gente es asquerosa. La puerta es de color naranja con una estructura de concreto simulando una puerta. También tiene portones que podrían parecer de película de terror. Arriba esta la placa de nuestra institución. Con bronce ya muy desgastado. Entras a un piso con símbolos matemáticos, no entiendo porque los hay. Solo son suma, resta, multiplicación, y división, ya no estamos en primaria. A los lados en los pasillos hay vitrinas llenas de trofeos con premios de mayormente participación, o tercer lugar. Hay escaleras gigantes que guían hacia el tercer piso, con los salones de secundaria. Camino por esas escaleras de concreto pulido. Con mi mochila que me hace sentir que me voy a caer. Hasta que un chico mas grande que yo se me atraviesa, yo me agarro de la pared para no tropezar, pero el sigue su camino rápido. Su cabello era marrón claro, no se peinó, eso es obvio, tenía prisa, su mochila era roja con franjas negras, su piel era color vainilla. ¡Y era un grosero! ¿Porque se atraviesa?

Llegando al tercer piso note que estaba metiendo cosas en su locker, el tercer piso era un piso más de cerámica, no había vidrio en las ventanas, era caída libre. Los salones estaban ordenados por pasillos. Al final de todos, había una gigante ventana donde los pre-adolescentes solían amenazar con tirar sus lonches si los castigaban. Cada pasillo tenía salones de todas las materias que había, otros simplemente eran de maestros o de personas de mantenimiento. Los lockers están justo en la entrada. Pero, ¿Cual es su problema? ¿En que se mete? Fui hacia el buscando pleito con el, pero me detuve rápido, me iba a meter en más problemas yo que el. ¿Detención por una semana? Era una opción, pero no la iba a tomar. Achique mis ojos con furia al verlo, aunque fui caminando indignada hacia mi clase. Estaba al principio del pasillo, desde la ventana podía aún ver al chico. Como mi asiento estaba al lado de la ventana podía ver al ingrato desde ahí.
"¿Que haces, Abii?" Voltee rápido al ver a Alice hablándome, ella puso su mano en mi hombro, y se apoyó en mi, Cory llego a su lado y cruzo los brazos mientras me miraba.
"Ah.. solo estoy viendo a la ventana. ¿Saben quien es el de allá?" Mencione, apuntando al chico.
Cory se apoyo en la ventana para ver mejor, Ana y yo la mirábamos.
"... ¡Ahg! Hazel Harvey." Dijo con un gruñido Cory.
"Que nombre tan elegante." Agregó Alice.
"Y raro." Hablé yo.
"De echo... Hazel es el mejor amigo de adivina quien..."
"¿De?"
"¡De jasper!"
Alice y yo nos miramos extrañadas.
"¡Jasper!"
Ese nombre de fantasma era del amor de Cory. Jasper, un raro. A lo que he escuchado, el pone la leche antes del cereal, y tiene gustos raros, por ejemplo, le sigue gustando dora la exploradora. No tengo nada en contra pero, raro, ¿no?
"Si, su amigo es medio raro." Menciono Caroline
"Yo creo que el es peor." Replico Alice.
Estaba distraída viendo a la ventana donde estaba el, el caminaba a su clase con un paso desequilibrado, se iba a caer del peso de los 4 libros que tenía encima. Un tonto por no ponerlos en su mochila.
"tiene una muy mala reputación entre esta escuela." Mencionó coraline.
"Tu y yo estamos en la misma. No te comas la lengua."
A un punto, sí, tenía razón, todos nosotros estábamos en la ruina en un punto de reputación. ¡Somos idiotas!

Antes de terminar retrocedimos por una chica de un curso menor mirándonos desde el otro lado como si estuviéramos locas Nos sentamos y discutimos sobre el tema un poco más. Mis ojos merodeaban por el aula en completo desinterés. Realmente ya no me interesaba tanto quién era quien. Deseaba seguir pensando en que quería hacer después de terminar mi legado en basquetbol. Me incriminaban por mi salida. ¿O quizá yo lo hice? Me estoy arrepintiéndo.

Las tres nos reímos, las cosas que contábamos solían ser estupidas, o más que nada. Raras, como nos llaman. Un grupo de chicas mucho más arregladas que nosotras, más lindas, más populares, nos miran mientras susurran. Caroline y Alice no lo notan, pero yo si. Siempre fui la única que lo notó, desde mis entrenamientos, yo juré que había mejorado mi status social en este infierno de gente, aunque con el apodo que te dejan es con el que te quedas. Sonrió hacia el grupo, y ellas continúan mofándose. Son tontas, o quizá esto es algo normal que yo.. no entiendo. Repetidas veces hago trabajos con ellas, no por decisión mía, si no por la decisión del docente, ellas son amables, pero jamás puedes confiar en un adolescente popular, más si ya han hablado mierda de ti.

Va a ver un momento donde yo me destruya a mi misma, no físicamente, aquí. Pero eso será en un largo tiempo, cuando muera o antes. El universo o algún Dios que haya me va a dar la respuesta a esto. Nunca he cargado con culpas y quizá será hoy, mañana o quizá nunca que lo haga. Estoy pensando meterme a la clase de arte, es un nuevo reto y nueva habilidad que puedo desarrollar. No tengo tanta motivación, mas tengo que hacer algo, o mi propio subconsciente me llamará "floja."

Me despierto de mi burbuja de pensamientos, sigo viendo a las chicas susurrando, ya no me prestan atención pero saben que las estoy viendo. Miro a mi alrededor, sigo en la misma aula. Faltan 2 horas para el descanso.

-♡︎-

Estoy sentada en un banco alejada de la gente,. me gusta así... no.. no me gusta. Abrazo mis piernas con mis brazos, mi garganta se siente seca, y me siento cansada, mientras como el lonche que nos dan en el comedor, no nos dejan salir de ahí, pero a nadie le importa esa regla. Como la mayoría de las que la institución convence a los alumnos a seguir. Antes de darle un mordisco a el pedazo de pastel red velvet que conseguí, un balón vuela por encima de mi cabeza, yo me cubro con mi brazo libre para detenerla. Cuando la pelota pasa volteo mi mirada a quien sea que la aventó.
Es Jasper.
Enchino mis ojos con una mirada furiosa, pero no digo nada más, a Jasper se le acerca el mismo chico que me había empujado antes, Hazel, el no me mira a mi, mira a la pelota, en el suelo y a punto de entrar al pavimento donde carros pasan cada minuto. Van a arrodillarla. Ninguno de los dos se disculpa y solo corren hacia esta desesperados mientras gritan como si el balón los escuchara.

Les saco mi lengua con irritación, mientras continúo comiendo. Caroline y Alice se quedaron a ver el partido entre dos clases, es un evento ruidoso y molesto. Pero siempre será mi punto de vista. Al terminar mi comida tiro el plato de plástico y dejo la bandeja en el lavabo del comedor, escindiéndome de los cocineros para no recibir una platica sobre si no me gusta estar en el comedor.

Las clases empiezan otra vez, Caroline y Alice me cuentan cómo fue el partido, no puedo estar más desinteresada, pero aún lo escucho, no quiero ser mala. Quizá si iré a la clase de arte. ¿Donde estará el aula de arte?

Las clases acaban y yo me dirijo a donde me dijeron que estaba. Mi mochila rebota con mis movimientos de pasillo en pasillo, camino rodeando a todos, los maestros me saludan y yo los saludo de vuelta. Siempre fueron los únicos que lo hicieron. Mis pisadas se vuelven más rápidas hasta que alcanzó el último pasillo del piso uno, yace una puerta junto a la pared "salón 34." Recita. Pego mi oreja a la puerta, para escuchar si hay alguien dentro, al menos si entro y estoy equivocada puedo preguntar dónde está la verdadera aula de arte. Puedo escuchar instrumentos de saxofón en el otro salón, debe ser aquí.

Abro la puerta, mi corazón esta temblando. El profesor que estaba hablando detiene su discurso al verme en la puerta.
"¡Bienvenida! ¿Vienes por las clases extras de expresión artística?" El profesor es alto y flaco, su cabello es gris y tiene una barba gigante, parece el hermano perdido de Albert Einstein. Tiene un delantal lleno de pintura de diferentes colores y pantalones de mezclilla holgados.
"Si.. ¿aquí es?" Sonrió mientras sigo agarrando la hebilla de la puerta, con firmeza. Miro a las sillas. Hay solo cuatro personas en la clase. Tres mujeres, un hombre.
Dos mujeres, sentadas alado, otra sentada atrás de ellas y un hombre en la primera fila...
¿Esa cara es conocida? Oh no..
Es Hazel.

-♡︎-