[3]

117 9 5
                                    

Lo primero que podríamos ver, era la ropa regada por el piso de la habitación de... Sera. La ropa formaba un pequeño camino rumbo a la cama, mientras que se escuchaba diversos ruidos que resonaban por la amplia habitación.

Uno de los primeros ruidos, era el crujido y rechinar de la cama. El segundo, eran los gemidos que provenían de Sera, acompañada de jadeos. La Serafín Mayor, suplicaba entre los gemidos:

"Rosie... n-no sigas"

¿Rosie?. Si, al parecer los jadeos provenían de Rosie, una de las soberanas del infierno más temida y respetada, la cual profanaba el cuerpo de la Serafín, con un juguete sexual en forma de miembro masculino. ¿Cómo acabaron así?, su trato no era para nada sexual, así que... ¿por qué estaban es esta situación?.

Bueno, tendríamos que retroceder el tiempo, unas horas atrás, para poder explicar mejor esta situación.



Rosie, estaba sentada en un sofá, esperando pacientemente que Sera este lista, pero también estaba perdida en sus pensamientos, ¿por qué sentía culpa?, ¿por qué le dolió verla llorando?. Esas preguntas resonaban en la cabeza de la caníbal. ¿Por qué le importaría esa Serafín?

"¿Por qué le importaría sus sentimientos?"

Esa era un buena pregunta, la cuál no podía responder aún, sus sentimientos estaban confusos, tal vez demasiado confusos.

Esos pensamientos, se desplomaron al escuchar que alguien baja por las escaleras. Se paro al instante de su asiendo, esperando que fuera la Serafína, pero no fue así, los pasos que escucho eran de Charlie y Vaggie, que conversaban alegremente.

— ¿Rosie?, ¿que hace aquí? — pregunto, la princesa, percantandose de la presencia de la overlod caníbal — Oh, nada en especial. Sólo estoy esperando a Sera — dijo, haciendo unos movimientos con sus manos — ¿Por qué a Sera? — añadió, la mujer púrpura.

— Le daré un recorrido por casi todo el pentagrama. ¿Le molesta eso princesa? — dijo, acercándose a Charlie — No, para nada. De echo es una buena idea, pero... ¿podría no enseñarle lugares específicos a Sera? — dijo con un tono preocupado — ¿Qué lugares? — dijo, con una sonrisa — No se... lugares no tan sádicos y sangrientos... ¡Mucho menos sexo! —

— ¿No tan sádicos y sexuales?. Eso será difícil, pero lo intentaré — respondió con una sonrisa sincera — ¡Excelente! Trate que Sera, vea lo mejor del infierno — dijo, con un brillo de felicidad en sus ojos — No te preocupes, querida. Deja esto en las manos de la tía Rosie — dijo, pellizcando los cachetes de Charlie, pero no con mucha fuerza.

Aflojó su agarre en los cachetes de Charlie, cuando oyó unos tacones bajar por las escaleras. La caníbal, giro su cabeza para ver quien de quién se trataba, y era la Serafín. Rosie se quedó boquiabierta al ver a Sera, simplemente se ve veía hermosa con esa vestimenta.

Una camisa blanca de manga larga con las mangas aremangandas; la camisa estaba fajada. Con un pantalón negro, que lo sostenía un cinturón, también de color negro y unos tacones igualmente de color negro que hacia crecer más la altura de Sera.

— Le pido disculpas, señorita Rosie — dijo, bajando el último escalón, dirigiéndose hacia la caníbal — Por hacerla esperar — se disculpo, viendo que la overlod, no estaba sola — Charlotte, buenos días. Saldré un momento con Rosie — lo último, lo dijo con un tono molesto — Claro, no hay problema — dijo con una sonrisa ¿coqueta?.

Sangre dorada/SeraxRosieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora