Los personajes del anime/serie/Manga de BNHA no son míos son del mangaka/autor Kohei Horikoshi.
La película de ''50 sombras de grey'' no es mía es de Sam-Taylor-Wood.
Tampoco los libros son míos, son del escritor E. L. James.
No gano dinero haciendo...
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-OH SANTO CIELOS-. Pensó, mientras miraba aquella gran empresa del CEO multimillonario y joven Izuku Yagi Midoriya, hijo de la grandiosa actriz Inko Midoriya e hijo de su prestigioso padre CEO retirado Toshinori Yagi.
Tembló un poco al ver aquella empresa, sentía que se lo iban a tragar, miro su ropa y aunque no era tan mala, sabía que no se compraba a nada con las señoritas tan hermosas que llevaban sus hermosos trajes de secretarias y unos hermosos tacones de PRADA y CHANEL
―Disculpe―. Dijo en un pequeño susurro Bakugo, mientras miraba a aquella secretaria.
―¿Si?―. Dijo/Preguntó la secretaria, mientras miraba de arriba a abajo a aquel muchacho.
―Vengo a hacer una entrevista al señor Midoriya―. Dijo Bakugo, un poco molesto por haber sido escudriñado por aquella mujer.
―¿Tiene cita agendada?―. Nuevamente preguntó aquella mujer, mirando a Bakugo de reojo y rodando los ojos, mientras tecleaba algo en su computadora.
―Si―. Dijo. ―Vengo a nombre de la universidad UA ―. Termino por decir Bakugo, mirando como en aquel silencio dejó de escuchar a aquella muchacha el teclear contra su teclado y luego mirarlo.
―¿De parte de quien?―. Dijo, un tanto extrañada y con un toque de cinismo y burla en su voz al verlo nuevamente y ojearlo de arriba a abajo.
―De parte del profesor/ periodista Shota Aizawa―. Dijo Bakugo, moviendo su pie impaciente. ―¿Acaso usted siempre le hace estas preguntas a los demás periodistas incompetentes o es simplemente a mi?―. Pregunto al final, mientras la miraba de arriba a abajo como ella lo había visto.
―S-si―. Dijo. ―Es protocolo de nuestra empresa―. Termino por decir mas seria y recomponiéndose de aquella reprimenda de aquel muchacho de ojos rojos.
―Entonces―. Dijo Bakugo mirándola con una ceja alzada. ―¿Me dará mi cita para la entrevista con el señor Midoriya?―. Pregunto al final con una sonrisa de lado y sus brazos cruzados, mirándola a los ojos.
―Ho tendré que decirle a tu jefe lo incompetente que eres para tu trabajo―. Dijo/Pregunto, sin haber escuchado como en algún punto todo el ruido de aquella empresa y de los trabajadores habían cesado.
