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Había un filósofo, muy filosófico, que decía algo como "Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti" no sé que tenga que ver, pero mientras las canciones se reproducían en la televisión salieron unos cuantos anuncios de c...

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Había un filósofo, muy filosófico, que decía algo como "Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti" no sé que tenga que ver, pero mientras las canciones se reproducían en la televisión salieron unos cuantos anuncios de comida. Con dos pares de ojitos azules y verdes de unos lindos cachorros, Rusia y México se quedaron absortos viendo los alimentos sagrados, no tardo cuando el rugir de su panza empezaba a hacer ruido.

Con la vergüenza a más poder, pero el hambre ganando, Rusia fue con el gato.

—китайский лорд (Señor china) —. Llamo el ruso, la respuesta fue solo una mirada —Я голоден (Tengo hambre) —. Continuó hablando Rusia más bajito, con la cara juzgona que solo un gato podría tener China contesto —我不是冰箱,去那里拿食物吧,你又不是小孩子。(No soy el refrigerador, ve a buscar comida. No eres un niño).

Mientras la conversación del chino y el ruso empezaba, México ya había buscado toda la casa; no había nada bajo la luz blanca del refrigerador, ni un mísero bote de yogurt con frijoles... cansado, sin ilusión, sin una pizca de esperanza y muriendo de hambre, el cuerpo peludo del perro cayó al piso.

—Китайский господин, просто... ничего нет (Señor China, es que... No hay nada).

Fue la frase que hizo abrir los ojos del gato, rápidamente volvió a su semblante mamón e hizo un ademán con su patita.

—然后食物就会到达 (Luego llegará la comida) —. Respondió despreocupadamente, volviendo a su pose de descanso... Lo que no sabía China, es que Estados Unidos nunca volvió.

La sensación del vacío en el estómago era un tormento, era como un abismo. La tortura de no tener comida era dolorosa.
Con la desesperación llegando incluso al riguroso China...

Un siglo paso cuando finalmente el ruido del timbre de la casa del americano inundó las orejas de las mascotas.

Afuera, un chico delgado, con una expresión nerviosa por ser su primer trabajo, esperaba a que se abriera la puerta y cuando el sonido rechinante llegó al pobre jovén sus manos temblaron y su piel se volvió pálida.

Un hombre no muy alto abrió la puerta, con pantalones que le quedaban grandes, casi cayéndose, acompañado de una sudadera roja y un cubre bocas, pero a pesar de tener la (supuestamente) cara tapada, sus ojos azules... Esos ojos azules se sintieron como congelarse, el joven estiró la caja de pizza, pero cuando el hombre le iba a dar unos cuantos billetes notó sus manos, no, eso no eran manos, eran patas de cabra, perro, disculpen. El grito resonó y el joven le tiro la pizza, huyendo de la casa que ahora recordaría toda la vida como la casa del diablo.

—Ay cabron.

—呃,我告诉过你这是个坏主意 (Te dije que era mala idea).

—Chingue a su madre, comida grátis a la verga.

El ruso, con la carita triste vió al joven correr despavorido, dejándolo con la pata estirada, sintiéndose abandonado... Rusia no pudo continuar sintiéndose mal, pues el otro perro le arrebato la caja de pizza, casi comiéndose el cartón, cuando pensó que China regañaria al mexicano, el gato también ya se estaba atragantando con una rebana, con gesto indignado Rusia ni siquiera se molestó en quitarse los pantalones y la sudadera del gringo y también empezó a comer.

Dos horas habían pasado desde que USA había salido de su casa para hacer las compras...

Estoy bien emputada por la pinche ia no me deja hacer mis mamadas, ay no 🙄🙄🙄

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Estoy bien emputada por la pinche ia no me deja hacer mis mamadas, ay no 🙄🙄🙄

La vida de una mascota || Countryhumans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora