Tema 4: Un Amanecer Diferente

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El sol comenzaba a despuntar sobre los tejados de Nueva Orleanscuando Jack McAllister salió del Club Blue Note por última vez.Había sido una noche de reflexión, mirando al pasado con una mezclade melancolía y determinación. La música de jazz aún resonaba ensu mente, evocando recuerdos de casos resueltos y otros aún sinresolver.

En la puerta del club, Jack se detuvo un momento, observando lacalle desierta que poco a poco cobraba vida con los primeros rayosdel sol. Una figura se acercó desde la sombra, una silueta quereconoció al instante.

—Evelyn, murmuró Jack con sorpresa y un toque de cautela en suvoz.

Evelyn Monroe, la mujer enigmática que había desaparecido de suvida tan abruptamente como había aparecido, sonrió con una mezclade complicidad y tristeza.

—Jack, sabía que te encontraría aquí, dijo, acercándose conpaso decidido.

—No pensé que volvería a verte, admitió Jack, observando cómola luz del amanecer delineaba los rasgos de su rostro. —Pensé queeras solo un capítulo en mi pasado.

Evelyn asintió, tocando ligeramente su brazo como si buscaraconsuelo en medio de su propia tormenta interior.

—Tienes razón en muchas cosas, Jack. Pero hay asuntospendientes que necesitamos resolver.

Jack frunció el ceño ligeramente, su mente revolviéndose conpreguntas y recuerdos de los días turbulentos que habíancompartido. —¿Qué quieres decir?

—La verdad, Jack. Hay más en esta ciudad de lo que crees. Mássombras, más historias entrelazadas, respondió Evelynenigmáticamente.

Antes de que Jack pudiera responder, un sonido resonó desde ladistancia: sirenas de policía. Ambos se volvieron hacia el sonido,compartiendo un momento de complicidad silenciosa.

—Debe ser algo grande para que te involucren de nuevo, comentóEvelyn con un destello de ironía.

Jack asintió, la adrenalina comenzando a bombear por sus venascomo lo hacía en cada caso importante. —Parece que el pasado noestá listo para dejarme ir, murmuró.

Evelyn le dio una mirada significativa, sus ojos claros brillandocon una mezcla de emoción y advertencia. —Nueva Orleans es así,Jack. Nunca puedes escapar completamente de su hechizo.

Ellos caminaron juntos por las calles familiares, hacia eldestello de luces de patrullas que se acercaban rápidamente. —¿Quéharemos ahora? preguntó Jack, su tono mezclando preocupación ycuriosidad.

—Lo que siempre hacemos, detective, respondió Evelyn, con unasonrisa misteriosa.

—Resolveremos el misterio, enfrentaremos las sombras, y quizás,solo quizás, encontraremos respuestas que ni siquiera sabíamos queestábamos buscando.

Jack asintió, aceptando el desafío que el destino parecíalanzarle una vez más. En su mente, las palabras de Evelyn resonaroncomo una promesa y una advertencia: en Nueva Orleans, donde lasmelodías de jazz y las sombras bailan juntas, la verdad nunca essimple ni segura.

Y así, mientras el sol ascendía sobre la ciudad que nuncadormía, Jack McAllister y Evelyn Monroe se adentraron una vez másen las profundidades ocultas de Nueva Orleans, donde cada amanecerprometía un nuevo misterio por resolver y cada sombra guardabasecretos que esperaban ser revelados.



Sombras en el jazzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora