☛☚

42 1 0
                                    


A sí paso, nadie supo, ni sabe de aquel chico, pero, ¿Qué le paso?

{ Pues al segundo día que despertó paso igual, se quejaba y forcejeaba, pero nada, y empezaba a sentirse débil, y aquí les va un dato curioso, la regla tres, o como me gusta llamarle, «los tres de la vida», tres minutos sin aire, tres días sin agua, tres semanas sin comida, y ¿cuántos días sin agua llevaba aquel chico? Exacto dos, siendo este un foco de alarma, pero por más que se quejaba, nada pasaba... O al menos eso pensó, hasta que en un momento, que estaba a punto de quedar dormido, sintió unas manos ajenas en su cuerpo, siento como lo tocaban, como recorrían su cuerpo, el chico aprovecho y empezó a quejarse, eso provoco que las manos se detuvieran, y se acercaran a quitar la mordaza }

— A-ayuda... N-necesito... Agua...-

{ Eso fue suficiente para sentir como le pasaban un popote, empezó a sorber y pudo por fin sentir algo de agua, se sentía mejor, tenuemente, ya que beber agua le recordó lo hambriento que estaba, pero no tuvo tiempo de quejarse o decir algo, cuando le volvieron a poner la mordaza, trato de negarse y quitársela, sin éxito, solo sintió, que lo cargaban y lo acosaban en una superficie diferente, esta era como la de una cama, pero, se sentía vieja, fue cuando sintió que desataban sus manos, trato de defenderse, pero la persona ajena lo tomo de las muñecas fuertemente y las ato en lo que probablemente era la cabecera, el chico trato de pelear, pero no pudo hacer nada, después ya no paso nada, de nuevo se aburrió y se quedó dormido, no le quedaban muchas opciones }

{Tercer día, tercer tormento, cuando despertó, noto que no tenía la venda, por fin podía ver algo, lo que fuera, y se dio cuenta de que estaba encerrado en un sótano, era lo primero que pensó, hasta que vio con más detalle el techo y vio que era como de madera, parecía un ático más bien, después se fijó en sus ataduras, las muñecas estaban atadas a la cabecera con esposas, era algo curioso, pero después se fijó en las ataduras de sus tobillos, y ahí fue cuando acabo de despertar y forcejear fuertemente, ya que sus tobillos estaban atados con cuerdas, pero estaban cada uno atados a una extremidad de la piecera, o sea abriendo las piernas, y lo que lo perturbo, fue notar que no tenía pantalón... }

SecuestradoWhere stories live. Discover now