Lágrimas de sangre •°|kirikami|°•

VI

|☆Para mejor experiencia ponga la musica de fondo☆|

|°•- ⚠️Este contenido se puede considerar inadecuado o sensible para algunas personas, vendrán palabras fuertes y temas de abuso y violencia, si usted es una persona sensible porfavor no lea esto⚠️-•°|

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Denki se despertó lentamente, sintiendo el rayo de sol que se filtraba a través de las cortinas. Abrió los ojos, una mezcla de confusión y alivio invadiendo su pecho al darse cuenta de que Kirishima no estaba en la cama a su lado. La ausencia de su esposo, en aquel momento, era un pequeño respiro en medio de la tormenta que había sido su vida. Sin embargo, el alivio pronto se tornó en un recordatorio doloroso; su cuerpo aún estaba marcado por los golpes de la noche anterior.

Se sentó en la cama, la sábana arrugada a su alrededor, y miró sus manos. Las marcas de los dedos de Kirishima quedaban impresas en su piel; una señal de lo que había sucedido, un testimonio de los momentos en que el amor se convertía en algo oscuro y temido. La tristeza se apoderó de él mientras recordaba las promesas de amor y protección que una vez resonaron entre ellos, ahora desgastadas por la violencia y el miedo.

-"¿Por qué no puedo dejarlo?", se preguntó Denki en voz baja, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. Había intentado muchas veces salir de aquel ciclo de dolor, pero algo siempre lo detenía. El recuerdo de los buenos momentos, los instantes en que Kirishima era el chico amable y dulce que se había enamorado, lo mantenía atado a una ilusión que ya no existía.

-Deja de llorar idiota..- se dijo a si mismo

Denki se sentó en el borde de la cama, las lágrimas resbalando por sus mejillas. Cada una de ellas era un recordatorio doloroso de los abusos que había sufrido a manos de su esposo, Kirishima. La memoria de los gritos y las manos levantadas lo atormentaba, pero Denki sabía que no podía dejar que el dolor lo consumiera. Cerró los ojos, respiró hondo y decidió no pensar más en ello, al menos por un rato.

Se levantó y se dirigió al baño. El agua caliente que caía sobre su piel era un alivio momentáneo. Mientras se duchaba, trató de dejar que las gotas se llevaran sus pensamientos oscuros, pero cada vez que cerraba los ojos, las imágenes volvían. Se sacudió y se puso una ropa baggy, buscando ocultar los moretones y golpes que aún marcaban su piel. No quería que nadie notara su sufrimiento.

Después de vestirse, se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Mientras los olores del café y la comida invadían el aire, su mente seguía atrapada en un ciclo de sobrepensamiento. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Por qué no podía encontrar la manera de escapar? Se detuvo un momento, sintiendo el peso de la tristeza en su pecho, pero se obligó a concentrarse en lo que hacía.

Finalmente, decidió que necesitaba despejar su mente. Caminó a la sala de estar y encendió la televisión. Se sentó en el sofá, tratando de sumergirse en la trama de una serie, pero los pensamientos oscuros seguían acechándolo, como sombras en la penumbra. La risa de los personajes en la pantalla era un eco lejano de la felicidad que una vez conoció.

Denki estaba sentado en la sala, con la luz matutina filtrándose a través de las cortinas entreabiertas. Eran alrededor de las 10 de la mañana, pero su mente no encontraba paz. Los pensamientos tumultuosos sobre el daño que su esposo Kirishima le causaba lo atormentaban constantemente.

Intentó distraerse, desviando su atención hacia un libro en la mesa de café, pero la angustia persistía. Cerró los ojos con fuerza, intentando encontrar un atisbo de calma en medio de la tormenta de emociones que lo envolvía.

Pasaron unos minutos que para Denki se sintieron como una eternidad, hasta que finalmente logró aquietar su mente agitada. Sin embargo, su precaria tranquilidad se vio interrumpida abruptamente cuando escuchó la puerta abrirse y la voz  de Kirishima resonar en la habitación.

Denki sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que debía actuar normal, sonreír y hacer como si nada pasara, pero el miedo se apoderaba de él. Kirishima era encantador ante los demás, pero detrás de esas puertas, el amor se había transformado en una pesadilla.

Denki se puso rígido, sintiendo un nudo en la garganta al escuchar la despreocupada salutación de su esposo. Tragó saliva con dificultad y respondió con un débil saludo, luchando por mantener una apariencia de normalidad.

—Buenos días —dijo Kirishima pero Denki sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—Ah..h-hola —respondió, esforzándose por mantener la voz firme.

 Denki se aferraba a la falsa normalidad

 Mientras Kirishima se acercaba, Denki se sintió atrapado entre dos mundos: el del amor que una vez sintió y el del miedo que lo mantenía cautivo. Se preguntó si algún día podría encontrar la fuerza para liberarse de esta oscuridad. Pero en ese momento, solo podía esperar que la luz regresara a su vida.

Así, Denki permaneció allí, entre los escombros de su valentía y la fragilidad de sus ilusiones rotas, anhelando encontrar una salida de aquel laberinto de miedo que amenazaba con devorarlo por completo.

-Hiciste el desayuno?-Pregunto el mayor mirando hacia abajo, donde se encontraba su esposo

-E-eh..c-claro, lo deje en el micro-

-Ve a calentarlo, ire a ducharme y hazme el favor de no estar de tacaño y ponte a limpiar, si no que es estas aqui acostado como si no tuvieras nada que hacer

-Disculpa..ya limpio- Dijo el menor levantandose del mueble a calentar la comida del mayor

Mientras tanto Kirishima se dirijio hacia la parte de arriba para ducharse

-Al carajo con este idiota, tsk..

Luego de haberse terminado de bañar, se alisto y fue hacia el primer piso, miro a su esposo de re-ojo mientras limpiaba y se sento a comer

-Denki, ven aqui 

El menor se acerco, algo confundido -Q-que pasa? No te gusto? Q-quieres que te prepare algo m-

-Ya callate, mucho hablas - Dijo mientras lo calló con un beso, el menor se sorprendio pero hizo como si nada

-Gracias por la comida, te amo ok? ahora..sigue limpiando

-A-ah..s-si..

Denki sabía que detrás de esa fachada de afecto se escondía la manipulación de un abusador.

A pesar de las palabras de amor de Kirishima, Denki no podía ignorar los constantes maltratos y humillaciones a los que era sometido. El conflicto interno de Denki se intensificaba a medida que intentaba reconciliar los gestos cariñosos de su esposo con la realidad de su relación tóxica.

En medio de la dualidad emocional que embargaba a Denki, recordaba momentos de bondad y ternura en su relación, lo que complicaba aún más su percepción de la situación. Sin embargo, los recuerdos de los abusos no podían ser eclipsados por estos destellos de cariño fingido.

¨Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen mas tarde pero de peores formas¨

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VOLVI, ya se q me desapareci por un chingo, pero aqui estoy, y voy a andar actualizando, perdon por haberme tardado kajkjsas

>:D 

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