Campamento Desventura: Cazadora de Estrellas

«Las Estrellas caen para Ganar» (3/3)

   Ambos equipos emprendieron viaje a sus campamentos, tantas personalidades diferentes tuvieron una interesante interacción. En el equipo Amatista:

—Ugh, no puedo creer que me tocara con puros perdedores.— se quejó el bailarín profesional

—Mira quién habla.— le enfrentó el otro azabache del grupo

—Hunter, tranquilo, solo ignóralo.— intentó calmarlo la de lentes

—No puedo, ¡es Yul de quién hablamos!.

—Viejo, no es bueno que gastes tus chakras en peleas que no ganarás.— el de coleta verde se acercó a la pareja y expresó: —Lo mejor es guardar esas energías para actividades más positivas.

—Exacto, como caminar, ¡oh~ me encanta caminar!, aunque a veces me canso y llego a sentirme mareada.— habló la morena de ojos verdes animada

—Avisa si necesitas parar, no es bueno sobre esforzarse con este clima.— dijo el mayor limpiando su falda gris

—Como dije, estoy con perdedores.— soltó rodando los ojos

—¿Sabes?, pensé que con la paliza que te dieron te calmarías un poco.— opinó el de piel morena sin verle

—¡Pues te equivocas, solo provocaron más mi furia!.— entonces miró a la de cabellos grisáceos y le dijo: —Para tu mala suerte, ese estúpido gótico no está aquí para cuidarte de mí

—¿Me estás amenazando?.— cuestionó ella mirándole a los ojos

—¡Muy bien, Yul, ya fue suficiente!.—
intervino el de tatuajes escondidos

—Eres irritante, ¿lo sabías?.— le dijo la morena de jeans azules

—Lo que sé es que he visto mejores actrices en la industria del porno.

   Los dos se vieron fijamente y, antes de que la mujer hiciera algo contra el chico, alguien habló:

—¡BASTA!,— todos detuvieron sus pasos y pusieron atención —Con este comportamiento no llegaremos muy lejos, todos aquí somos de un mismo equipo, debemos dejar nuestras diferencias y peleas de lado para que el otro equipo no nos hagan pedazos.— clamó con seriedad la de zapatillas verdes

   El silencio inundó el ambiente hasta que una joven rubia, quién tenía el mapa y los guiaba, habló con calma:

—Ya estamos cerca, síganme.

   Todos caminaron callados con un poco de vergüenza al ser regañados por una señora mayor, a muchos les trajo el recuerdo de una abuela y como los trataría de estar decepcionada. Por más que sus nacionalidades, historias y experiencias no sean iguales, hay muchas cosas que compartían y no lo sabían.

—Ese fue un buen discurso.— le halagó el de barba canosa a la mayor

—Gracias, ya conviví con mocosos, sé cómo tratarlos.— dijo con una sonrisa

—¿Te duele mucho?.— preguntó señalando su brazo herido

—Un poco, pero solo necesito mojarlo para limpiarlo.— respondió acariciando la zona lastimada

—Cuando lleguemos podemos ir al lago, es lo más limpio que hay aquí, supongo...— propuso no muy seguro

—Descuida, sabía que estas cosas podrían pasar, así que traje alcohol en gel y banditas.— reveló entre risas