⦻ 𝐒𝐈𝐗 ⦻

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Contemplé con desgana la lasaña enlatada que Toby había traído para mí, a pesar de que carecía de apetito y mi estómago parecía haberse cerrado por completo. Aun así, me esforcé por ingerir lentamente aquel alimento. Ya había transcurrido una semana, y con cada día, mi desesperación por regresar a mi hogar aumentaba sin descanso. En diversas ocasiones, había considerado la posibilidad de huir, mas Masky mantenía una vigilancia constante, y cuando éste no se encontraba presente, la tarea recaía en Toby o Hoodie.

No podía arriesgarme, por lo que me resigné a permanecer recluida en aquella cabaña descuidada que servía de refugio a esos hombres.

En cuanto al "jefe", aún no había dado señales de vida, lo cual avivaba aún más mi angustia.

La vieja puerta se entreabrió con un leve crujido, permitiendo que mi mirada se elevara para encontrarse con la figura que acababa de irrumpir en la habitación. Toby, con paso cauteloso, echó un vistazo general al lugar, antes de que sus oscuros ojos se posaran en mí por lo que pareció una eternidad. Durante aquellos días, apenas habíamos cruzado palabra; él simplemente se limitaba a traerme las comidas, deteniéndose unos pocos instantes a observarme en silencio antes de retirarse sin dignarse a ofrecer explicación alguna sobre las razones de las por qué estaba aquí.

—Te traje esto—

Sus pasos fueron lentos, acercándose a donde yo me encontraba. Y extendiendo la mano, me entregó una bolsa con varias cosas dentro 

Pude percibir cierta tensión en su semblante, los pequeños tics que delataban un evidente nerviosismo. Dejé a un lado la lasaña y lo miré con atención antes de examinar el contenido del paquete.

Se trataban de algunas cosas personales.

—S..s..sup..supongo que vas a necesitar eso— habló con un tic de por medio, su voz ligeramente temblorosa.

—Gracias—

Respondí casi en un hilo de voz, dejando la bolsa de lado y mirando la lata con lasaña que apenas había probado. No quería estar allí, envuelta en este tenso intercambio, ni tenía ganas de hablar con él, no ahora, cuando mi mente y mi corazón estaban a mil por hora.

—Tienes que comer, Sienna—

Su tono de voz parecía denotar preocupación, y eso me hizo cerrar los puños con fuerza, mordiéndome la lengua hasta casi hacerme sangrar para no decir nada al respecto y armar un problema mayor.

—No tengo hambre...— musité sin dirigir mi mirada hacia él, y pude percibir cómo se aproximaba hacia la cama, tomando asiento a mi lado.

La cama crujió suavemente cuando él se acomodó, y sentí sus ojos fijos en los míos, a pesar de que yo me rehusaba a encontrar su penetrante mirada.

—S-sé que debes tener muchas perguntas, pero...— tartamudeó.

—¿Preguntas que nadie en esta maldita cabaña se digna a responder? ¿Preguntas que tú no quieres contestar?— finalmente dejé escapar lo que venía acumulando durante días, y mis ojos se posaron con notoria molestia en los suyos, lo cual pareció sorprenderlo.

Creo que era la primera vez que Toby me veía tan visiblemente contrariada.

—¡Me has traído a este lugar! No, técnicamente me has raptado de mi propio hogar y me has traído a este sitio en medio de la nada, con esos dos hombres que no parecen ser muy amigables, por cierto, ¡y ni siquiera me ofreces una maldita explicación!— alcé el tono, poniéndome de pie —¿¡por qué carajo estoy aquí, Toby?! ¡Estoy asustada, muy asustada. No sé qué va a pasarme, no sé si saldré viva de aquí y estoy perdiendo la cabeza!—

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⏰ Última actualización: Aug 16 ⏰

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𝐇𝐄𝐋𝐋. 𝐓𝐢𝐜𝐜𝐢 𝐓𝐨𝐛𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora