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“Ramé: Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo”
Narrador omnisciente.
Aquella chica estaba totalmente perdida mientras pintaba la arrasadora puesta de sol, se había teletransportado a su escape del mundo, su pequeña bola de cristal personal, un mundo que poco a poco ella había construido usándolo como un escape de la realidad.
Para el resto de la sociedad era un secreto los fuertes golpes que le había dado el destino llegando a un punto donde, aprendió a sonreír así estuviera completamente quebrada y rota, a llorar en la soledad de su recámara sin hacer ningún ruido, aprendió que solo existen conocidos, ya que en Elysiumburg todos buscaban reconocimiento y estatus, en menos de lo que esperarás te apuñalaran por la espalda. A través de experiencias había descubierto a lo malo todo esto.
Elysiumburg un pueblo donde habia una población estimada de 1500 personas de la alta élite, dónde solo un cierto número de familias estaban permitidas.
Por otro lado justo ahora estaba bajando en la pista de aterrizaje de Elysiumburg la familia Müller, caracterizados por sus carismáticas sonrisas engañosas y todos los secretos guardados, su sola presencia generaba intriga y su llegada desataria el caos, corrección, el caos había llegado y su nombre era Vladimir Müller.
