“Sempiterno: Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin”
Vladimir Müller pov's
Allí estaba yo de nuevo cerrando con broche de oro el domingo dando lo mejor de mí en la toma del día de hoy. Pude ver por una mínima fracción de segundo su cara en la ventana tomándome una foto.
Era muy idiota al creer que no me daría cuenta, fuimos entrenados para estar preparados para todo tipo de situaciones agudizando nuestros sentidos. Hoy había subido al techo sin camisa, y pude sentirlo no fueron una, dos ni mucho menos fueron tres, llegó el momento en que perdí la cuenta, la pequeña espía se estaba obsesionado de una manera insana.
—Vlad— escuché su voz en mi cabeza logrando que me colocará de pie y apagara el cigarrillo.
—¿Dónde estás?— respondí con calma.
Algo me decía que mi madre por alguna razón estaba furiosa, el tono de voz que usó no era el que usualmente usaba.
—Cocina— escuché de nuevo su voz.
A paso lento y con desgano me dirigí a la cocina, mientras intentaba escuchar algo de música con mis audífonos. La casa era bastante grande y espaciosa, decorada en tonos blancos negros y rojos, a petición de mi madre.
—¿Dónde está Keria?— pregunto algo molesta.
—Definitivamente en mis bolsillos no está— digo entornando los ojos.
Si su mirada matará ya estaría muerto.
—No sé madre, pregúntale a Volkam— digo tomando una manzana saliendo de la cocina.
Nuestra relación no era totalmente perfecta, aún existía cierto resentimiento y odio hacia lo que había hecho, que hacía que actuará de manera lo suficientemente fría con ella justo en el punto de lastimarla para que la culpa nunca la abandonara, recordándole una y otra vez que las mierdas que hizo aún no se las perdono.
—Keria— digo entrando en su mente.
No podía huir de mí, ninguno de ellos puede hacerlo, ya que, si lo hacen sería su fin.
—Quiero estar sola— escuché su voz en un susurro.
Algo no andaba bien.
—Keddan está preocupada por tí, ve a verla y luego haces lo que se te antoje— dije a medida que caminaba hacia mí habitación.
—Anda— dije de manera fuerte.
Ellos sabían que no podían hacer nada en contra de mí, mucho menos contradecirme.
—Como digas— dijo molesta.
Pasaron horas de insomnio en las que no pude dormir haciendo que saltará de la cama me pusiera una camisa y fuera a explorar por sexta vez los alrededores.
Las calles tenían una perfecta iluminación varios niños jugaban en ella, me coloqué mis audífonos y seguí caminando. Un auto se estacionó justo a mi lado y una chica asomó la cabeza.
—¿Necesitas un aventón?— preguntó con una sonrisa coqueta.
No me era indiferente simplemente no me apetecía añadir otra persona obsesiva que me espiara, aparte estaba bastante tomada podía intuir que era la típica hija caprichosa.
—No— dije de mala gana a medida que caminaba ignorando su aparición.
El auto arranco fuertemente haciendo que su auto se estrellara con un poste eléctrico, ella no había salido del auto, pero lo sabia no estaba viva, no podía oir sus latidos.
Ignorando el accidente me devolví caminando a casa, los vecinos empezaron a salir y me miraron de forma extraña a lo que entorne los ojos, ese accidente no era algo que fuera de mi interés o mucho menos que me relacionara de alguna forma, fue un arranque de una chiquilla imprudente y sentimental.
Las ambulancias y patrullas podía observarlas a medida que caminaba, se dirigían hasta el sitio donde había ocurrido el accidente.
—Vla...
—¿Que mamá?— se estaba volviendo mala costumbre meterse en mi cabeza.
—Ven a casa— ordenó.
—En un rato— dije algo molesto.
No tenía derecho a ordenarme nada, solo le mantenía un mínimo gramo de respeto porque Vlad me lo pedía solo por eso.
Al venir aquí nos habían ordenado no llamar la atención y justo ahora estaba haciendo todo lo contrario, sin más empecé a correr fuertemente luego de estar lo suficientemente alejado.
Everest Diums pov's
El fin de semana llegó con un horrible sol, estábamos a 34° salí al patio, desde aquí podía ver por la reja el de los vecinos, estaba solitario, seguí caminando, atrás había demasiados árboles y sin más ingresé a ellos, me gustaba la soledad.
Los árboles me daban sombra a medida que me ingresaba en su espesura, si caminaba como 10 minutos más encontraría un pequeño pozo con unas hermosas aguas cristalinas.
Luego de un rato llegué y me dediqué a dibujar la naturaleza, este desde muy pequeño siempre fué mi pasatiempo favorito, solo que me fue prohibido ya que según mis padres no serviría de nada, lo sigo haciendo claro está que contra su voluntad.
Luego de despojarme de mi ropa me metí en el a medida que observaba mis alrededores, disfrutaba mucho los alrededores y el sonido de los pájaros por quién sabrá dónde.
A medida que fueron pasando las horas ya había sido suficiente, luego de volverme a vestir y relajarme decidi caminar un poco más allá, había algo que alunbraba parecía el reflejo de un espejo cuando se refleja el sol en él.
Estaba más lejos de lo que pensé a medida que caminaba veía que estaba más lejos, llegué luego de un rato y sí era un espejo, lo tomé a medida que lo examinab se veía viejo, y desgastado, probablemente el sol la lluvia y esas cosas.
A medida que caminaba de regreso un desagradable olor inundó mis fosas nasales haciendo que me tapara la nariz mientras buscaba de dónde provenía.
Necesitaba encontrar al animalito para sepultarlo.
—¿¡Dónde demonios estás!?— pregunté a la nada molesta.
De mala gana iba camino de regreso cuando sentí que mi zapato tocó algo duro, al mirar el suelo de tierra se asomaba un dedo haciendo que soltara un gran grito de horror, antes de que mis ojos se cerraran de miedo y mi cuerpo se desconectara de su alrededor y todo se sumiera en una absoluta oscuridad.
Att: Queen of Darkness
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Amor entre lineas
Teen FictionUn pueblo pequeño lleno de secretos, una nueva familia, la llegada del caos, conocido mejor cómo: Vladimir Müller. Iniciada: 15/6/24