1

464 18 0
                                    

Milán, dom 09.45 a.m

Me despierto con mucha sed y un dolor de cabeza bastante fuerte, reviso mi teléfono a ver si tengo alguna notificación importante pero nada del otro mundo.

Sigilosamente me levanto de mi cama y abro la puerta de mi habitación cuando escucho unas voces con tono de agobio

— Mejor ir despertando a Madison antes de que lleguemos tarde— escucho decir a mi padre.

Me apresuro a bajar las escaleras para que sepan que sorprendentemente estoy despierta un domingo a esa hora

— Buenos días —digo con voz ronca.

Mi padre me mira y encarna una ceja mientras le da un sorbo a su café expreso.

¿Ocurre algo? — pregunto mirándolo

— Espero que tu cara de resacosa se te quite en el vuelo, nos vamos a Brasil — me responde con una falsa sonrisa, se ve que el tampoco estaba muy emocionado

—¿Brasil? que se te ha perdido allí —bromeo

—Tenemos que ir a ver el partido de mañana y luego si ganan acudir a la fiesta, tengo que promocionar algunos productos.

Pestañeó rápidamente ya que por un momento pensaba que estaba gastándome una broma, asentí poco ilusionada

—Seguro ves algún futbolista guapo —dice mi hermano mientras entra por la puerta

Se acerca a mi para darme un beso en la frente y me aparto rápidamente

— No es gracioso, llegue de la fiesta hace 3 horas y no se que carajos hago despierta —grité

— Ya basta los dos, maximiliano si te vas a venir prepara todo, cogemos el jet privado en 1 hora y media —interrumpe mi padre.

Yo simplemente subí a mi cuarto de nuevo y empecé a ver que podría llevarme a brasil, la verdad que con el dolor de cabeza no pensaba mucho, así que cogí ropa básica, un conjunto de falda y camisa blanca y si necesitase algo ya vería que decirle a mi padre para que me prestase su tarjeta.

Una vez todo listo, me duché, me lavé los dientes y me puse un poco de rímel y corrector en las ojeras para no tener cara de no haber dormido, pues me esperaban unas 11 horas de vuelo y sinceramente no estaba muy preparada para ello.

São paulo, lun 13:24 pm

Después del largo viaje en el cuál me pase la mitad durmiendo ya estábamos en Brasil, São paulo específicamente. Por suerte estaba descansada ya que una vez llegue al hotel obviamente me volví a dormir

— Tengo una reunión con el entrenador de palmeiras, no es necesario que vengáis pero si vais a estar en Brasil y no disfrutar no sería mala idea que al menos os vengáis conmigo —dijo mi padre entrando en la habitación de hotel donde nos quedábamos mi hermano Maximiliano y yo

— Yo voy—respondió maxi levantándose de la cama

— No me voy a quedar sola aquí — continúe

Rápidamente me puse el conjunto blanco, era lo más normal que me había traído ya que no tenia mucha intención de arreglarme, me retoqué el maquillaje y en poco tiempo ya estaba lista para irme

INSTAGRAM

@Madisonbacandi: Brasil!!❤️1658💬236

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

@Madisonbacandi: Brasil!!
❤️1658
💬236

Llegamos al estadio donde esperaban a mi padre para la reunión, ahí le estaban esperando el entrenador y gente del equipo

— Abel Ferreira, un placer —se presenta y le extiende la mano a mi padre

— Nicolás Bacandi, un placer, ellos son mis hijos Madison y Maximiliano

Ambos sonreímos tímidamente mientras por lo menos yo me arrepentía de estar aquí, ni me gusta el fútbol

— Tenga cuidado señorita Madison, me va a distraer al equipo con su belleza —bromea Abel

— No tiene que preocuparse, no vine aquí a enamorarme — Le seguí la broma

—Bueno chicos, a nosotros nos queda un rato, ir a dar una vuelta y en cuanto os llame nos vamos a la zona vip a tomarnos unos cócteles — nos interrumpe mi padre

Maxi y yo nos despedimos rápidamente y salimos de ahí.

— ¿Habrá chicas guapas aquí? —pregunta mi hermano

— Supongo, pero cuidado "no vayas a distraerles" —reí

Nos estábamos dirigiendo hacía los vestuarios solo por que a maxi le hacía ilusión ver como era por dentro, total a esa hora quien iba a estar ahí ¿no?

— Se supone que aquí no se puede entrar pero tu como siempre sáltate las normas

— Madison hija que tengo 17 años que esperabas que sea una vieja amargada como tu —dice maxi mientras me pega en el hombro

— Perdona guapo pero tengo 20, de vieja y amargada no tengo nada —volteé los ojos mientras abría la puerta

—Mierda  —escuché de una voz masculina y rápidamente cerré

desculpe — respondí avergonzada en portugués, era lo único que sabía decir

Mi hermano solamente se reía de mi y yo estaba roja como un tomate, ósea no llegue a ver nada pero acababa de abrir una puerta que no podía y encima había alguien dentro

cuando salga el sol-Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora