(1) i don't smoke

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La primera vez que Hyunjin lo besó fue en la parte trasera de un bar al que Minho ni siquiera quería ir en un principio. Fue rudo y hambriento, rozando lo hostil. Hyunjin mordió sus labios como si quisiera arrancarlos, probablemente lo decepcionó solo poder romperlos. Minho solo se permitió suspirar de vez en cuando, el sonido de su voz se mantuvo guardado en el fondo de su pecho como algo prohibido. El contrario confundió su nombre exactamente ocho veces mientras se besaban, pero estaba bien, a Minho nunca le molestó ser un reemplazo.

Su primer beso tuvo sabor a sangre, a cigarro y a traición.

La segunda vez que ocurre es en el sofá de Hyunjin; “va a ser un sábado de amigos” había sido la excusa que usó con su novio esa vez, o al menos eso fue lo que riendo le contó a Minho al recibirlo. A los veinte minutos de llegar ya estaba siendo acorralado contra el sofá por el dueño de la casa, en segundos tenía manos ajenas bajo su camisa y labios carnosos sobre los suyos, guiandolos a separarse para que una lengua conocida explore donde quiera. Fue rápido e intenso, a Minho nunca lo habían besado así antes, se sintió especial al reconocerlo. Se le escapó un jadeo al sentir los labios ajenos bajar a su cuello, pero no había de qué preocuparse, una mano cubrió su boca al instante. Hyunjin sólo confundió su nombre cinco veces esta vez.

Su segundo beso tuvo sabor a complicidad, a cigarro y a mentiras.

La tercera vez ocurre en la habitación de Minho. Hyunjin apareció en su casa llorando como si no hubiese un mañana, contando entre sollozos que Jeongin se había enterado de lo que pasó entre ellos y lo había dejado, que ahora estaba solo y que nunca más iban a amarlo. Y aunque Minho sintió que el mundo se le venía abajo no dijo nada, no debía hacerlo ni tampoco serviría; su papel en todo esto solo fue el de utensilio y lo sabe. Hyunjin lo besa apenas la puerta de la habitación se cierra, lastimándolo de dos maneras al empujarlo contra la pared y al pegar sin cuidado alguno sus labios, parece estar buscando con urgencia algo en los adentros de Minho. Cuando se le escapa un sonido Hyunjin no le tapa la boca, ni tampoco cuando pasa de nuevo, y eso lo pone feliz; por primera vez siente que no está fingiendo que es a otra persona a quien besa, que realmente quiere besar a Minho.

Su tercer beso tuvo sabor a lágrimas, a cigarro y a intriga.

Este beso también pasa a ser algo más, Hyunjin ya no se limita a besar solo su rostro y cuello, también recorre con la boca su pecho, abdomen y muslos. Le dice a Minho que él no tiene permitido hacer lo mismo con su cuerpo, y el no se queja; si Hyunjin no quiere, entonces no tiene porqué hacerlo. Cuando se aburrió de los besos, Hyunjin no dudó dos veces y desvistió su mitad inferior en un segundo. Desde donde se encontraba usó el muslo derecho de Minho para su propia satisfacción y, al terminar, se despidió. Dejó a Minho sucio, paralizado y con una culpa abrasante.

Se entera que el día del tercer beso Hyunjin no solo lo usó, sino que también le mintió. Cuando Jisung le cuenta que Jeongin jamás se enteró, que jamás terminaron y que, de hecho, habían viajado por su aniversario un día después de lo sucedido, Minho pierde la capacidad de respirar correctamente por unos diez minutos. La culpa solo lo carcomía a él; quien ni siquiera quería dos de los tres besos que Hyunjin le dió pero no fue lo suficientemente valiente para pararlo. Nunca quiso ser la segunda opción, nunca quiso ser la persona por la que traicionaron a Jeongin, nunca quiso que Hyunjin lo besara fuera de ese bar o en su sofá, pero sabía que no podría llegar a más entonces eligió ser un cobarde, y su cuerpo reaccionaba de maneras agradables entonces supuso que tal vez no estaba tan en contra después de todo. El tercer beso fue diferente porque pensó que Hyunjin finalmente lo quería a él.

Hyunjin desaparece por un tiempo y Minho comete un error más al extrañarlo. Extraña la pizca de esperanza que esos besos le dieron, extraña sentir que al menos servía para ser besado y tocado, extraña pensar que realmente lo desea por lo que es.

Minho no fuma, y aún así se encuentra a sí mismo con un cigarro entre los dedos, tomándose su tiempo entre caladas para recordar sus besos con Hyunjin; el sabor es el mismo, es casi como tenerlo respirando sobre sus labios una vez más.

Los besos se vuelven rutina una vez que Hyunjin decide volver a la vida de Minho, lo sigue lastimando como siempre lo ha hecho, sigue siendo rudo con él, sigue demostrándole que solo está hecho para ser usado; pero Minho ya lo acepta. Acepta toda la maldad que Hyunjin la entrega y se la guarda para sí mismo, deja que lo moldee y utilice a su gusto, permite que lo rompa a él junto a su corazón cuando y sí quiere, acepta cuando se va de su vida por meses, también cuando vuelve sin avisar.

Fuma cuando lo extraña, para recordar sus labios y lo que puede llegar a percibir cuando Hyunjin lo usa de otras maneras, aprendió a bloquear sus otros sentidos más el olfato no es tan fácil de controlar. El olor a cigarro no solo le recuerda a Hyunjin, sino también a lo más cerca que estará de ser amado por él mientras viva; pero él está bien con eso.

cicatrices de humo ⋆ hyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora