(2) bathtub

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El agua caliente golpea mi espalda, ya es costumbre, ya es rutina. Mi piel ya no duele como lo hizo la primera vez, aprendió a soportar el dolor, a anhelar el ardor, a amar la quemazón.

Hay un fantasma conocido bailando sobre mi cuerpo, trae consigo la sensación de tus labios sobre los míos, las puntas de tus dedos presionando mis caderas, tus dientes rozando mi cuello, tus palmas en mi pecho. Me hace temblar, me asusta.

Lo siguiente que sé es que la presión de la ducha aumentó, a orden de mis manos.

Pero el fantasma no se va, no se derrite, no se evapora; más bien toma más forma, se hace más fuerte. Ahora puedo sentir tu aliento en mi boca y el movimiento de tus propias caderas, puedo escuchar tus susurros.

No sé cuándo empecé a llorar pero no parezco capaz de dejar de hacerlo, mi pecho se siente minúsculo, mi corazón va a salir desbordado de ahí.

¿Por qué no puedo simplemente quemar cada parte de mi qué hayas tocado? ¿Cómo consigo limpiarme si no es así? ¿Por qué tengo que limpiar algo que no quería ensuciar en un principio?

Te recuerdo tomando todo lo que querías de mí sin preguntar ni pedir permiso, tomando más de lo que merecías, más de lo que yo quería darte. No hay amor en tus acciones, nunca lo hubo; y eso te vuelve un mentiroso.

El recuerdo de mi cuerpo siendo más tuyo que mío me quema más que el agua que cae sobre mi. Y la culpa es mía por seguir volviendo a vos creyendo que no voy a ducharme al volver.

Jisung siempre pregunta si estoy bien cuando tengo la valentía de salir del baño, no sé por cuánto tiempo más pueda mentirle.

cicatrices de humo ⋆ hyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora