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Él folla en tu agujero mojado y necesitado, con una mano agarrando tu cabello con fuerza en el cuero cabelludo y con la otra moviendo tus caderas con dureza. Se impulsa hacia arriba, mirando tus senos mientras rebotan debido a sus movimientos. Su polla va profunda y dura, saliendo por completo antes de volver a hundirse en ti.
"No puedo soportarlo, ¿eh?" Él gruñe, continuando golpeando tus entrañas como si no fueras nada. gimes y te quejas, tratando de retorcerte para librarte de sus implacables golpes en tu punto G. Se burla, azotándote el trasero mientras intentas retorcerte. "¡Sé una buena chica y quédate quieta!" —lo regaña, ahora asegurándose de inclinarse para alcanzar todos tus puntos buenos. él sabe exactamente lo que está haciendo, quiere verte llorar y rogarle que se detenga y disminuya la velocidad. Tus ojos se ponen en blanco mientras él se inclina, te sientes eufórico mientras él continúa empujando su dura y gorda polla dentro de ti.
sonríe para sí mismo sabiendo que es el único chico que puede conseguirte así, lo que hace que te folle más rápido. Tus paredes estaban tan apretadas alrededor de su gorda polla. se aferraron a él tan desesperadamente. podías sentir cada vena, su calidez… simplemente todo. él siempre te hacía sentir tan lleno.
"muy apretado…! Joder, sigue así y me correré pronto”, advierte, con voz ronca y ronca, tratando de no darte la satisfacción de hacerlo gemir o gemir.
Después de follar más duro, te suelta el pelo, te agarra las caderas con ambas manos y te golpea contra su polla. No perdió el tiempo, mientras bajaba tus caderas, follándote hacia arriba. Él iba a un ritmo loco, ambos movimientos sincronizados mientras tú gritabas de placer. Fue lo más rápido que pudo, persiguiendo su subidón. El sudor cayó de su rostro mientras dejaba escapar profundos gemidos de satisfacción.
"Joder... voy a llenarte- ugh... qué bien. Mierda, me estoy acabando…” dijo, cerrando los ojos mientras bajaba más tus caderas. "¡Corriendo! ~", gritó por última vez, el grito fue un poco más agudo mezclado con un suave gemido. Disparó su semen caliente dentro de ti, quitó las manos de tus caderas y respiró pesadamente. "Buena chica... buena chica..." murmuró, sus caderas bajaron gradualmente. Se recostó para ver cómo te temblaban las piernas, tú simplemente sentada allí con una expresión aturdida mientras tu polla lo calentaba.
