i

733 56 0
                                    

𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐕𝐈𝐕𝐈𝐀 𝐄𝐍 𝐄𝐊 𝐕𝐀𝐋𝐋𝐄 conocía a Carmen, la hija de unos empresarios ricachones que tenía absolutamente todo lo que quería. Una niña linda y educada, pero ante todo muy guapa e inteligente.

Cuando la conocías solo tenias dos opciones, la amabas o la odiabas, no existía ningún punto intermedio. Muchos amaban su forma de caminar, su inteligencia y belleza. Algunos otros odiaban su seguridad, el que siempre tenía todo lo que quisiese y que siempre fuera el centro de atención.

Pues, cuando la conocías lo primero que notabas antes de que te dieras cuenta de que era una privilegiada, notabas que su seguridad hablaba por ella, en ningún momento se mostraba inútil o tímida. Siempre tenía las mejores respuestas y acciones ante todo.

Pero su vida no era lo mejor a pesar de sus lujos.

—¡Levantate! — Entró su padre azotando la puerta de su habitación

—Ya voy — Dijo parandose algo adormilada

— Te quiero abajo en 10 minutos—  Dijo mientras cerraba su habitación de aún azote.

La chica suspiro levemente, definitivamente estaba molesto con su madre.

Se paró con algo de pereza y se metió a bañar con agua helada para lograr despertar totalmente. Salió del baño con una toalla enrollada a su cuerpo y se dirigió a su tocador para comenzar a secar su pelo al mismo tiempo que lo estilizaba. Su ropa la había escogido el día anterior, una playera a los hombros negra con una falda de cuerdo del mismo color junto a unos tacones negros. Llevaba unas arrancadas grandes y circulares color dorado colgando de sus orejas y un collar dorado con su inicial.

Su maquillaje constaba de un labial rojo, aun que trataba que no se viera tan potente, sino más como un simple brillo natural. Se aseguraba de que sus pestañas quedarán a la perfección con su rimel y algo de rubor.

Se observó al espejo, con una gran sonrisa y se hecho de su perfume favorito. Para después bajar las escaleras. Encontrando a sus padres desayunando.

—¡Esos no fueron 10 minutos, señorita! Me acompañaras al trabajo, quiero que observes como se mueve la empresa— Explicó

Carmen rodeó los ojos levemente y desayunó rápidamente para alcanzar a cepillar sus dientes para irse.

Sus padres manejaban una gran empresa, y lo que se esperaba de Carmen era que siguiera con el legado "familiar".

Su padre solía demostrarle su amor rara vez, ya que normalmente estaba centrado en que su hija fuera perfecta, y al parecer lo estaba logrando.

Siempre tuvo una educación fuerte, a pesar de que para muchos era una ni la consentida, fue una niña a la cual le enseñaron a ganarse las cosas. Una niña que mínimo error era castigado, ya que si iba a hacer algo tenía que ser siempre la mejor.

Su madre solía ser más amorosa, era lo contrario de su padre.

Aveces se preguntaba por que seguia casada con el.

— Carmen, cariño — Llamó su madre — No te estreses, saliendo de aquí iremos al club de playa — Sonrió

—  ¡Genial! ¿Le marcó a Nate? — Saco su teléfono

—  No es necesario, los Harrison de igual forma van en camino —  Sonrió.

Paso al rededor de una hora, hora donde caminaba y observaba cada pedazo de la empresa. Muchos trabajadores conocían ya a Carmen, la hija de los jefes. Así que algunos se acercaron a saludar.

Realmente a Carmen siempre le interesó el trabajo de sus padres, le encantaba ver todo lo que hacían, los admiraba y esperaba algún día ser como ellos.

Pero su padre siempre la presionó para que ella fuera la siguiente en manejar una empresa de esa forma. Por lo cual Carmen hacia de todo para no decepcionar a su padre.

— Podemos irnos, pasaremos a casa por los trajes y luego iremos a el club.

✧✦✧

A ojos del señor Larusso, Carmen siempre fue una muchachita agradable y esperaba que algún día su hija y ella lograran entablar una amistad

Pues, a Daniel no le agradaban las amigas ricachonas y egoístas de Samantha, el siempre quiso que su hija se relacionará con alguien como Aisha o Carmen.

Estas dos compartían los mismos gustos por la inteligencia y el aprendizaje, ambas eran niñas de bien con un estatus alto. Pero Carmen no solía platicar con gente que no fuera su mejor amigo.

— Si la cosa sigue bien, me veras como la siguiente encargada de la empresa de mis padres — Hablo

— Claro, o tal vez podría ser yo — Hablo Nate con una sonrisita de superioridad

Ambos jóvenes pertenecían a clases sociales altas, los Harrison eran socios importantes de el negocio de los Williams, pero ante todo eran amigos de la infancia. Pues a lo que ambos jóvenes sabían, sus padres habían crecido juntos en el valle, y cuando crecieron los cuatro tenían grandes ideas de negocios, fundándose una empresa millonaria, donde los Williams eran los dueños y los Harrison eran su mano derecha.

Por lo que al nunca perder contacto, criaron a sus hijos como si de hermanos se tratasen. Creando una gran amistad.

—En tus sueños, Nate. — Dijo sarcástica y comenzaron a reír.

La muchacha vestía un bikini de dos piezas de color rojo, llevaba unas gafas de sol puestas y bebía una piña colada sin alcohol.

Nate por su parte llevaba su traje de baño mostrando a totalidad su abdomen.

— Anoche sali con Mayte, pero creo que me gusta más Joselyn. No estoy del todo seguro-—  Le dio un sorbo a su bebida.

—Eres un degenerado Nate, ¿Lo sabias? — Hizo una mueca ante el comentario

— No es cierto, solamente me aseguró de vivir y disfrutar la adolescencia— Río mientras posaba sus manos detrás de su cabeza.

—¿Minimo piensas formalizar con Joselyn? — Pregunto con una mueca de asco todavía en su rostro

—Neh, todavía hay Nate del pueblo y para el pueblo —Carmen solamente marco más su mueca —¿Que? Soy guapo y millonario, y sin mencionar que tengo un abdomen asombroso. Al contrario, sería egoísta de mi parte ni dejar que me disfruten- Guiño un ojo

— Si.. Claaro- Rodeó los ojos — Lo único que pido es que no se acabe el verano. No quiero regresar a la preparatoria — Dijo hechandose para atras hasta tocar el camastro y quedar totalmente acostada.

— Yo tampoco, estoy tan feliz de estar en vacaciones. — Dijo repitiendo la acción de su amiga.

Ambos quedaron en silencio un rato, Nate tomaba su celular mientras Carmen seguía disfrutando de el sol en su suave y pálida piel

— Carmen — Llamó y la chica solamente movió su cabeza — Fiesta en casa de la chica Larusso, ¿Quieres ir?

— Mmm, esta bien. —Se paró de su asiento y comenzó a tomar sus cosas.

—Falsa alarma, Kyler dice que llegó su papá y los saco a patadas — Río mientras leía el chat de Kyler.

—Genial - Rodeó los ojos.— Que terrible forma de terminar el verano, haciendo nada.


𝐂𝐀𝐑𝐌𝐄𝐍 ║▌robby kenneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora