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Las miradas de chicas y chicos del West Valley High School se centraban en una sola persona

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Las miradas de chicas y chicos del West Valley High School se centraban en una sola persona.

Carmen Stonem, de 16 años paseándosepor los pasillos como si fuera la dueña de estos.


Caminaba con un vestido vino con mangas cortas el cual le llegaba por los muslos.

Movía lentamente su cabello castaño el cual se encontraba ligeramente decorado por una diadema color negra. Y algunos accesorios extras como su collar y par de pulseras.

Todos la conocían, pues, era una de esas personas las cuales al llegar a un lugar se hacía notar. Tenía una confianza en si misma que le ayudaba demasiado en su día a día.

Y junto a ella, se paseaba su mejor amigo. Nate Harrison.

Un chico muy apuesto para todos, perteneciente a la familia amiga de los Stonem. Los Harrison.

Se sabía con exactitud que probablemente Nate y Carmen se conozcan desde que ambos llevaban pañales. Se criaron uno junto al otro, logrando que ambos conocieran al otro exactamente como la palma de su mano.

Carmen, a comparación de Nate no había salido con nadie. A sus 16 años nunca tuvo ni siquiera un quedante, pero no por que ella quisiera. A ella jamás le faltaron muchachos rogando por su amor, estaba tan acostumbrada a los apodos dulces y los tratos de princesa que recibía. Pero ella jamás aceptó ninguno.

Pues, Nate se daba su tiempo de disfrutar con algunas chicas. Para eso era la adolescencia¿no?

Pero esa solamente era su opinión, Carmen por su parte, sabía perfectamente lo que valia, pues los chicos todos los días se lo dejaban en claro. Por esta razón, ella sabía que no cualquiera estaría a su altura.

Y ella tenía claro algo una sola cosa.

Nadie se burlara de ella, jamás.

— Pues alguien volvió a ser la sensación de la escuela. — Nate camina tomando a su amiga por sus hombros —Desde que te fuiste a París y me dejaste sin compañera en química, conseguí un amigo. Es nuevo en la escuela

—Oh, ¿El latino? Escuche de el en mi clase de física, se sienta a mi lado. — Explica la castaña.

— Si, se junta con Elí y Demitri. Son buenos amigos, al parecer.

— ¿Los losers? — Hace una mueca.

— Exactamente ellos. — Ríe ante la cara de su amiga

— Tu eres amigo de ellos, ¿no?

— Antes, luego me volví atractivo y deje de hablarles. Aun que de vez en cuando hablamos.

— Mi querido amigo del alma... ¿Que sucedió con Rachelle desde que me fui? — toma con fuerza los hombros de este y los sacude ligeramente

CARMEN ║▌robby kenneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora