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Narra Zenitsu


Inosuke, Tanjiro y yo estábamos en la cafetería de la universidad. Ese día solo teníamos dos clases y estas transcurrían desde las 11 de la mañana hasta las 2 de la tarde. A la segunda hora debíamos hacer un examen de matemáticas, el cual obviamente no entendía. Había estudiado, sí, pero eso no significaba que entendiera una mierda. Puse bruscamente mi cabeza encima de mis apuntes haciendo que me choque y me duela, sin embargo, no levanté la cabeza.

-- ¿Por qué tiene que existir los exámenes? -- pregunté en un reclamo largo girando mi cabeza. Estaba muy cansado. Escuché la risa de Tanjiro.

-- Pues, ¿si no para qué existirían las clases? -- preguntó Genya riendo.

-- Por mí que no existan, mejor.

-- Agh, ni me importa -- comentó Inosuke levantándose bajo la mirada de nuestro grupo: Nezuko, Tanjiro, Genya, Kanao y yo. -- Me largo a comprar algo en la máquina -- informó yéndose sin esperar respuesta con las manos en sus bolsillos.

-- Ese sí que no ha estudiado -- aseguró Genya.

-- ¿Lo dudabas? -- reí levantando mi cabeza sin ganas algunas. -- ¿Y tú qué? Tu hermano es el profesor de matemáticas. Te lo sabes, ¿no?

-- No, Nemi me va a matar.

-- ¿No habéis tocado el libro o qué? -- preguntó Kanao juzgándonos con la mirada.

-- Sí, pero ni idea de qué ponía... ¡No lo entiendo! -- me desesperé empezando a sollozar.

-- Concuerdo con Zenitsu -- dijo Tanjiro.

-- Y yo -- se unieron Nezuko y Genya.

Todas las miradas se dirigieron a Kanao, la cual estaba mirando el libro sin echarnos cuenta, pero cuando sintió nuestros ojos enarcó una ceja y suspiró.

-- Yo estoy igual...

-- ¡¡Estamos jodidos!! -- exclamé llevando mis manos a mi rostro.

-- Vocabulario, Agatsuma -- oí detrás mío la voz del profesor emo de educación física, Tomioka. Me giré y me disculpé enrabietado. -- ¿Qué se supone que os sucede? -- preguntó poniendo sus -manos en su cadera.

-- Ehm... tenemos un examen y no entendemos nada... -- Tanjiro seguía avergonzado por lo del show, me hacía bastante gracia, pero no me reía porque yo estaba igual.

-- ¿De qué? -- Tomioka se acercó a los dos hermanos y se colocó entre ellos en sus espaldas. Nezuko le mostró el libro y él lo observó curioso, luego hizo una mueca de diversión. -- Ese tema es facilísimo, ¿os ayudo?

-- ¿¡Enserio!? -- a Tanjiro se le iluminaron los ojos. -- ¡Muchas gracias! ¡Eres nuestra salvación! -- Tomioka le sonrió cálidamente.

Entonces el profesor se hizo un hueco entre los hermanos y colocó un libro en medio para que todos podamos ver y comenzó a explicar a detalle cada uno de los puntos. Tomioka y Tanjiro parecían muy cercanos y en más de una ocasión se ponían un poco cariñosos, aunque eso era costumbre ya. Yo me limitaba a intercambiar miradas divertidas con Genya y Kanao, los cuales estaban confusos ante la situación.


Narra Inosuke


Me encontraba dando vueltas por los pasillos en busca de la máquina de comida, tenía hambre, aunque había comido bastante, era un glotón, pero bueno. Cuando la encontré saqué monedas del bolsillo de mi pantalón y las introduje en la máquina tras poner el código de la comida que quería. Un sonido se oyó y saqué la comida de la máquina y comencé a masticarla. Miré a mis alrededores y visualicé un banco que se hallaba al lado de un árbol del patio de la universidad. Pensé en volver con mis amigos, pero pasaba de estar allí estudiando matemáticas.

Doble vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora