* Valhalla *
Pasé el fin de semana en mi habitación,era la única forma en que podía ser yo misma y no usar la máscara que últimamente no abandonaba. Fui a la universidad el lunes en la mañana, pero antes pasé frente al apartamento que solían compartir Natalia y mi hermano, pero seguía inhabitado. Supuse que no quería regresar ahí y se quedaba con sus padres. Cada vez que me prohibían hacer algo, era cómo si me estuviesen tentando a hacerlo ,y algo me decía que Natalia sabía algo que yo no.
Santiago,un compañero de la agencia de acompañantes, me esperaba en la entrada junto a su novia.
-¿ Qué tal tu fin de semana? Estuviste fuera del radar- él siempre me estaba controlando porque decía que yo no tenía vida fuera del trabajo,y para mi suerte o mi desgracia, estaba en lo cierto.
- bien- siempre cortante.
Su novia rodó los ojos ante mi antipatía, pero era más insistente que él mismo.
- pareces un zombie,eres muy linda para estar siempre tan seria,te vas a arrugar antes de los treinta- negaba con la cabeza haciendo hincapié en la última frase acariciando mi rostro.
- ya quisieras tener tú, su piel perfecta- Lucía hizo su entrada cómo siempre, molestando cada que podía a Mica.
Se enfrascaron en una tonta discusión sobre cuidado facial hasta que Santiago las mandó a callar antes de que me alejara para entrar sola.
Ésa mañana estaba particularmente malhumorada. El cliente del viernes había sido muy aburrido y para colmo el desconocido de ojos azules y mala educación se paseaba por mi cabeza sin autorización.
Pasé el día lo más sola que una universidad repleta de personas me permitía.
Entré a mi casa tratando de pasar inadvertida porque mi padre estaba de viaje y era él único que podía mantener a mi madre a raya, al menos un poco.
A las nueve tenía una fiesta en una mansión cerca de la playa, salí casi a escondidas y por fortuna mi madre no me vió. Le dejé una nota diciendo que no iría a dormir porque estudiaría con Lucía, para que al menos no llamara a la policía, porque después de lo de Ragnar se había convertido en una controladora obsesiva. No importaba que yo fuese adulta, sí quería mi herencia tenía que condenarme a seguir en casa de mis padres y obedecer sus normas como una adolescente.Llegamos a la fiesta y era más de lo mismo; hombres hablando de negocios,mujeres tratando de enredarse con algún galán, hombres en busca de una tonta que creyera sus mentiras para pasar un buen rato ,y nosotras...regias,seductoras,a la espera de la próxima víctima. Lucía tenía que entretener a un chico que había recibido su compañía como regalo de cumpleaños de parte de su padre,un banquero que insistía en que la primera vez debía ser con una profesional, para iniciar la vida sexual con una experiencia inmejorable.
Yo no sabía aún quien sería mi cliente, la mayoría de las veces, los hombres veían mi foto y me escogían por mis atributos, pero ésta vez sería diferente. Ésa noche, cómo cada fin de mes, las que no estábamos reservadas de antemano, éramos colocadas en fila en una habitación y los hombres sentados en una sala frente a nosotras,sin que pudiésemos verlos, decidían a quién preferían para pasar toda una noche con ellos.
Nos colocamos en nuestros lugares cinco muchachas y yo, pero en cuanto miré al frente,un hombre se acercó a Ana y le habló al oído mientras me miraba de soslayo. Ésta asintió y me habló.
- Val, espera en la otra habitación.
Asentí desconcertada, éso no me había sucedido nunca, normalmente le gustaba a los clientes y el hecho de que no me diesen tiempo a acomodarme me intrigaba.
Esperé en la habitación contigua con un enojo que iba en aumento. Pocos minutos después ,Ana vino a mí y me dijo que un cliente muy especial me había reservado y que un auto me esperaba fuera de la mansión para llevarme al lugar donde nos veríamos.
Nunca un cliente había sido tan exigente,ni tan misterioso, casi siempre usábamos las habitaciones de los lugares donde se hacían las fiestas. Salí y el chofer de un Rolls Royce muy lujoso abrió la puerta para mí. El camino fue relativamente corto y el auto se detuvo frente a una mansión apartada de el resto de casas de la playa. Definitivamente el cliente no quería ser visto.
Entré y el mismo hombre que habló con Ana me indicó una puerta y me dijo que me pusiese cómoda.
Me preparé mentalmente para rechazar al cliente,no iba a pasar la noche con un viejo asqueroso o con un loco con fantasías exóticas. No teníamos clientes así ,pero el misterio que envolvía a éste estaba empezando a asustarme.
Me senté tratando de parecer tranquila, cuando una puerta se abrió y entró el hombre más sexy que había visto en mi puta vida. Fuerte, más de metro ochenta, manos grandes, piel clara, con cabello muy negro y brillante, cejas pobladas,y labios totalmente comestibles. Su actitud, además del traje de diseño,dejaba ver que era alguien con recursos y que sabía lo que hacía. Todo él emanaba virilidad. Me quedé mirándolo mientras se adentraba en la habitación sin reparar en mí. Clavó la mirada en mi rostro y los mismos ojos azules del maleducado que no salía de mi cabeza me hicieron sentir un escalofrío.
¿ Por qué los ojos de ése hombre tenían ése efecto en mí?
Su rostro no mostraba emoción alguna, se detuvo a unos centímetros de mí y se sentó.
Odiaba la forma en la que me hacía sentir. Siempre fui sensual y sonriente, conocía perfectamente el alcance de mis encantos y aunque fingía ser alguien que no era,se me daba muy fácil mi trabajo, pero éste hombre me ponía nerviosa, me desconcentraba.
- Hola, un placer conocerte,soy Val- estaba consciente de que alargarle la mano como hacía con otros clientes, esperando que la tomara haciéndome un cumplido, era algo estúpido, él no era como otros.
- Sé quién eres- su voz era grave, profunda e imponente.
Sus palabras me descolocaron y me molestó sobremanera el que me dejara con la mano extendida. Estaba siendo arrogante y me encantaba tener competencia.
Coloqué la mano que había extendido encima de mis piernas y le contesté.
-¿ Ah sí?, Pues estoy en desventaja porque no sé quién eres tú- hablé despacio, haciendo énfasis en cada palabra- además,no sabía que era necesario conocer a alguien cuando vas a tener sólo sexo- añadí.
- hum- nuevamente la actitud que me había estado mortificando- yo siempre sé con quién me relaciono, además,no pago por sexo.
Su prepotencia me estaba incordiando,nunca un hombre había sido tan descortés.
- muy bien, no me interesa tener sexo contigo, ésto es trabajo, pero si no es sexo lo que quieres, entónces debo saber quién eres y qué quieres conmigo, además,sospecho que no sabes quién soy realmente.
- Valhalla Emerson,segunda hija,futura heredera de la empresa pesquera familiar en Dinamarca, veintitrés años,soltera,vives con tus padres y estudias administración, y eres acompañante de lujo a espaldas de tu familia.
Tuve que disimular mi asombro. Cuando me llamaban Val, todos creían que era por Valeria o Valentina, jamás nadie adivinó mi nombre real. Mi madre me puso así por una estúpida obsesión por la religión vikinga,lo más chistoso del asunto es que Valhalla no era una persona; era un lugar. Me hacía gracia que no le hubiese puesto Odín o Thor a mi hermano,al menos no me había llamado Freya. Odiaba mi estúpido nombre y me hacía llamar Val; sólo pocas personas sabían mi nombre. En la agencia no revelaban datos personales, pero de alguna forma él sabía todo éso.
- muy bien, pero aún no sé nada de tí- intenté sonar despreocupada.
- por ahora sólo necesitas saber que tengo una propuesta para ti,muy jugosa por cierto.
- no me interesa nada de lo que puedas ofrecerme, espero que entiendas que no hago ésto por dinero,es sólo diversión, y por lo visto tú eres muy aburrido- me había menospreciado y provocarlo me divertía.
Su rostro no se inmutó cuando habló- te equivocas yo sé divertirme y tengo muy buen gusto, espero que entiendas que por éso es que no tengo intención de acostarme contigo,no eres mi tipo- el muy cabrón sabía cómo herir el orgullo. Traté de aparentar indiferencia pero no estaba segura de lograrlo.
- mi interés en ti es sólo por negocios,escucha mi oferta y después decides si no te importa - se recostó en el sillón esperando una respuesta de mi parte.
No quería darle la satisfacción de parecer intrigada, pero mi curiosidad era mayor que mi orgullo.
- muy bien, pero si acepto tendrás que decirme quién eres- usé mi cara de póker y me recosté imitando su pose despreocupada.
- cómo sabes, hasta los veinticinco no puedes reclamar tu parte de la fortuna familiar( estaba en lo cierto y no tenía idea de cómo lo sabía), pero seguro no sabías que si te casas, recibes toda la herencia.
Mi interés creció de golpe con sus palabras.
Al ver mi tranquilidad continuó .
- Debes estar casada al menos por un año para que todo sea válido,y después de ése tiempo puedes divorciarte sin problemas.
Lo miraba fijamente y al parecer le incomodó porque se levantó y empezó a pasearse por la habitación mientras yo lo escuchaba atenta.
- éste es el trato: nos casamos, tú obtienes la independencia que quieres,y después de un año, cada uno por su lado. Lo único que tienes que hacer es casarte conmigo, y puedes firmar un contrato prenupcial para asegurarte de que tu fortuna esté a salvo.Su idea, aunque novelesca, me interesaba, el asunto era otro.
- Muy bien todo éso, pero no me has dicho que ganas tú, tengo suficientes neuronas para saber qué algo así no es un simple favor, sé muy bien que el trato funciona para los dos, hay algo que esperas ganar de ésto, al menos sé directo,no me asusto con facilidad- el hecho de que hubiese mostrado sólo mis ventajas, me hacía prender las alertas , quizá era de los que creían que las rubias eran tontas,le demostraría que no era mi caso.
- por supuesto que ganaré algo,¿ Acaso crees que voy a buscar a una mujer sólo para hacerle un favor? Lamento decirte que no soy una ONG,ejecuto mis proyectos conforme a mis intereses,no pensando en los demás-.Era terriblemente atractivo, hacía gestos con la mirada que lo volvían irresistible y la vez insoportable. Definitivamente era un imbécil, pero un imbécil al que podría comerme sin remordimientos.
- el asunto es que necesito una esposa para el próximo año, soy dueño de una marca de vinos exclusiva,mi familia es muy tradicional y necesito una imagen que proyectar. Tengo treinta y dos años y no está bien visto que siga soltero. Ésto sería sólo para calmar a las fieras, después del año que necesitas, nadie puede juzgar a un divorciado cuyo matrimonio no funcionó.
Podré seguir como hasta ahora y tú serás libre para continuar con tu vida.La idea me parecía interesante, pero no estaba segura del todo.
- Supongamos que acepto, ¿cómo vamos a hacer las cosas? No puedo llegar a casa y decir hola, éste es mi esposo,mis padres no lo creerían, mi madre especialmente.
- necesito saber si aceptas, luego nos pondríamos de acuerdo - su rostro seguía siendo una hoja en blanco.
-¿ Y si no acepto?- me aventuré a preguntar.
- Pues busco a otra y dejo que olvides que tuvimos ésta conversación.Me molestaba la facilidad con que me hacía enojar,a mí, que llevaba mucho tiempo jugando a no sentir nada.
Algo me decía que había algo especial en mí,si me había escogido exclusivamente,no pasaría a otra tan fácil.-¿ Por qué yo?- le interrogué.
- Simple, quieres algo,y yo puedo ayudarte a conseguirlo- se creía muy imprescindible.
- podría conseguir que cualquiera se case conmigo si le ofrezco una parte. Así que si lo piensas,no te necesito- siempre me había jactado de ser buena haciendo negocios.
- No sabes todo acerca de tu familia, pero adelante,puedes intentarlo con alguien más, yo no tengo nada que perder- su seguridad me hacía flaquear.
¿ A qué se refería con que yo no sabía todo de mi familia?¿ Sabía algo que yo no?
Desde que entró no hizo más que molestarme,y cada vez que sus ojos chocaban con los míos me hacía estremecer. Ése hombre era una incógnita, me propuso matrimonio y ni siquiera me dijo su nombre.
Así que volví a la carga.
-¿ Por qué no buscaste a otra desde el principio?- Porque tiene que ser una mujer con tus características- habló rápidamente,como si no quisiera aceptarlo.
- Vaya,¿ Y cuáles serían ésas?- volví a mi modo zorra, él me ponía en automático.
- No te emociones- fue cortante- me refiero a que tienes modales,buena educación,vienes de una familia adinerada y eres atractiva- lo dijo con desgana, como todo lo que decía.
Ésa noche había lastimado mi orgullo más que en toda mi vida, pero no me rendía.- al menos aceptas que soy atractiva- le sonreí descaradamente.
- nunca dije que no lo fueras, sólo que no pago por tener sexo y no mezclo placer con negocios.
Siempre directo,sin anestesia.- Ésta conversación ha durado demasiado,tienes dos días para pensarlo, entonces me pondré en contacto contigo y si aceptas ya nos veremos-.
Sin darme tiempo a contestar salió de la habitación sin mirarme.
Primera vez en mi vida que un hombre tan ... como él,se me resistía. Definitivamente tendría que volver a verlo, independientemente de aceptar el trato o no , me lo llevaría a la cama.
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Contra las Cuerdas
RomanceValhalla Emerson odiaba su nombre. Siempre había formado parte de una familia extravagante y su vida estaba por distorsionarse. Un hombre llegaría hasta ella para hacer sus días un caos. ¿ Acaso toda su existencia había sido un espejismo? ¿ Sería...