Sorbe el jugo de fresa minuciosamente, atendiendo con curiosidad a su amigo que le informa acerca de la nueva novedad; y consiguiendo que Taehyung discrepe al instante, ¿cómo le creería tal barbaridad? Más que un chisme, es tan perjudicial para ambas partes. Basándonos en el rumor, supuestamente Jungkook y el profesor de matemáticas están en una relación romántica, aquello confirmaría las excelentes notas del chico en aquel curso; incoherencia total.
Uno ya no puede matarse estudiando para lograr buenas notas y ganar merito por el esfuerzo propio porque comenzaban a surcar habladurías en cada rincón, pobre Jungkook.
Rápidamente Taehyung va hacia la esquina y tira la cajita dentro del tacho de basura para volver a acomodarse en su pupitre.
La puerta del aula es abierta, el señor Peterson ingresa con un semblante imperturbable tras ella, escuchándose el suave eco que produce la suela de sus zapatos negros bien lustrados en cada pisada que da. Acomoda su maletín en la mesa y comienza a rebuscar un par de hojas y apuntes dentro de ella.
—Bien. —Alza la mirada y recatadamente examina los rostros llenos de lasitud de los adolescentes, dan la impresión de querer salir corriendo— Hoy la clase será corta, además el tema que nos toca es fác-
La puerta se abre de golpe y una ráfaga de palabras formulándose con suavidad y una pizca de timidez interrumpen al docente, diciendo:
—Perdone la demora, maestro.
—Oh, no hay problema. Adelante, pase, joven Jeon. —El señor Peterson no muestra indicios de estar enojado, simplemente lo deja pasar por alto como si no hubiera sido interrumpido.
Todas las miradas recaen sobre Jungkook, aquello no le afecta como para que se sintiese demasiado incomodado, pero sí le hace sentir nervios en pequeña magnitud. Aun así pasa en silencio entre los pupitres hasta ubicarse en el suyo.
Taehyung se fija en el collar con un dije de luna que adorna el cuello del chico, se acomoda un par de mechones rubios que invaden su frente y aquellos ojos café pillan los verdes observándole, al instante Taehyung evade el contacto visual volteando el rostro hacia la pizarra.
[...]
Esta vez se ha quedado solo en el receso, Hans desapareció en compañía de Jungkook. Hablando de Grace y Frank, no sabe de su paradero.
Taehyung pasea por los pasillos viendo a sus compañeros en sus respectivos grupos de amigos. Por mera casualidad, escucha la conversación entre dos chicas, que ha logrado atrapar su atención completamente.
Prioriza esconderse bien detrás de la pared para no ser visto por ellas. El tema central consiste en el mismo maldito rumor sobre Jungkook, sigue pasando de lengua en lengua, también tergiversándose.
Taehyung prefiere mantenerse incrédulo, él tiene una imagen diferente acerca del muchacho, aunque solo sabe de la participación de Jeon Jungkook en un comercial de leche, y que por ello lo fastidiaban, también de su regreso a la escuela en Boston, donde ya estuvo años estudiando, solo que debido al trabajo de sus padres tuvo que mudarse a otro estado; sin embargo, no se enteró de aquello por el mismo chico, sino por Hans.
Desde su perspectiva personal, solo se trata de envidia hacia Jeon. Además, con los argumentos dados por los estudiantes lo hacen ver como un asunto fútil y fementido. Pese a tantas hablillas, Jungkook conserva su popularidad. Asimismo, muchas chicas siguen adorándolo.
—Dios, qué asco si es cierto —comenta una castaña.
—Exacto, ¿acaso no tiene pudor? —le responde la otra chica, disgustada.
El soplo cerca de su oreja provoca un sobresalto en Taehyung, casi grita de la impresión.
—¿Qué diablos haces aquí? —pregunta Hans, susurrante.
—Nada, ya me iba —musita Taehyung.
—Entonces vámonos juntos. —Ladea el rostro.
Taehyung asiente.
Se encaminan a las gradas tomando asiento en el segundo escalón, Hans se peina el cabello hacia atrás con los dedos, mientras Taehyung se acomoda los lentes.
En medio de la cancha, Jungkook pasa con una amplia sonrisa y charlando animado junto a un grupo de chicas, suspiran y le sonreían bobas. Disculpándose, él se distancia dejándolas solas, llama a Hans gritando su nombre con algo de fuerza.
—Regreso en un momento. —Avisa Hans, dedicándole una mirada corta a su amigo y poniéndose de pie rápidamente.
[...]
Frank sumerge en ketchup una papa y se la lleva a la boca, sin duda es una exquisitez y ni hablar de la hamburguesa que sencillamente se puede equiparar con el manjar del que se alimentan los dioses.
En las bocinas del comedor del mall se reproduce Atlantis is Calling de Modern Talking para animar el ambiente; aquella tarde el comedor luce lleno, repleto de adolescentes reunidos en grupos.
—Bien, no es que haya estado alejado del grupo —barbulla, limpiándose los restos del ketchup.
—¿Entonces? —Taehyung le da otro gran mordisco a su hamburguesa.
Siendo honestos, Taehyung está más enfocado en degustar ampliamente el sabor del queso, la carne y el tocino que en escuchar a Frank dialogar. Y es que la comida es sagrada para él.
—Eh, te contaré, pero es secreto. —Baja el tono de su voz considerablemente.
—Está bien, ¿qué es? —Taehyung se relame los labios para quitar la salsa que ha quedado— Espero que no sea nada malo. —Se acomoda los lentes y se prepara mentalmente por si las dudas.
—Eh... pues... yo... —Las mejillas de Frank se encienden de un suave carmesí que contrasta bastante bien con su cabello pelirrojo— Estoy saliendo con Madeline —Confiesa y automáticamente sus manos van a parar a su rostro, cubriéndoselo.
«Excelente, ahora me siento más ridículo por seguir sin experimentar el contacto femenino», piensa Taehyung.
No supo cómo reaccionar, o si sentirse feliz. En parte sí lo está, pero a la vez se siente un poco triste por no tener una persona especial como el resto de sus compañeros.
—Te felicito, Frank. —Congratula, dándole otro mordisco a la hamburguesa— Era de esperarse.
—Muchas gracias. —Bebe un poco de jugo— Por eso cancelé el sábado de apuestas en mi casa, acompañaré a Madeline a su tienda de maquillaje favorita y luego la llevaré al cine.
—Nos vas a abandonar, así como Hans siempre lo hace. —Entona con dramatismo.
—No me compares, yo no voy a fiestas todos los fines de semana, ni soy alcohólico —bromea.
Ambos ríen hasta que sus voces se disipan al punto de perderse en el entorno, aprovechan el silencio para acabar de comer. Se limpian con las servilletas y suspiran al mismo tiempo.
—¿Y qué tal tú? ¿Te gusta alguna chica? —Frank alza las cejas cómicamente y Taehyung se burla de su gesto.
—No, aún no me gusta alguna chica. —Taehyung tensa su mandíbula y traga en seco.
—Todo a su tiempo, Tae. Ya conocerás a alguien especial —le alienta él.
—Ojalá, esperemos que alguna chica sea capaz de fijarse en mí.
—No seas así. —Frank le da un pequeño golpecito en el brazo en protesta.
—Ya, Frank, no se acabará el mundo si me quedo solo. No importa. —Niega con su cabeza más para sí mismo que para su amigo.
—Bueno, si es lo que tú crees. —Rueda los ojos con diversión— ¿Tienes un tipo ideal?
Taehyung respira profundo y hace una pausa para cavilar en ello. La verdad no tiene un tipo ideal totalmente determinado, es más volátil.
—Pues, me gustaría que sea carismática, que además me haga reír mucho y tenga buenos gustos musicales. —Sonríe levemente.
Frank suspira y le da un par de palmadas en el hombro a manera de aliento.
—Vas a ver que pronto la conocerás —le motiva.
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you suck too! › taekook
FanfictionA través de mentiras, Taehyung logra convertirse en mejor amigo del afamado y soberbio Jeon Jungkook, con la intención de descubrir el trasfondo de un rumor patético. Desafortunadamente (o afortunadamente), es descubierto por error; por consiguiente...