El miedo me nubla la vista
Se siente casi como culpa
Se esconde
Pero está, siempre presente
Te da escalofríos
Y te susurra al oído
Las cosas que menos
Necesitas escuchar.
No desaparece.
Creo que está siempre esperando
Que me derrumbe
Que se me caiga la fachada de "normal"
De decente.
Creo que voy perdiendo cosas por el camino
Partes de mi ropa, de mi aspecto, de mi voz.
Creo que mi instinto se va alterando,
Está enfermo, ahogado en alcohol,
Ahogado en los espejos,
Perdido en mis caras todas distintas.
Los colores se están saturando
Y yo no puedo salir.
Una fuerza dentro de mí
me provoca espasmos.
Quiero correr pero hay
Demasiado ruido, demasiada gente
Demasiado obstáculo
Y mis latidos se están aterrorizando.
Mis oidos se están aturdiendo.
Y me llega la pregunta.
Vos sabés, la de siempre.
La que nadie, ni mis mil caras, puede responderme:
"¿Qué hago? ¿Cómo escapo?"
Es el miedo puro, insano.
Se te instala como un veneno, te enferma como un virus, y crece.
No desciende. Crece.
Planta raíces en las venas,
Construye casas en la piel.
Es el proyector de los sueños.
El proyector del mañana.
Ese que da tanto miedo.
Pero nunca llega, siempre es hoy.
Y aunque el mañana nunca llegue
El miedo no desciende
No decrece
No puedo ignorarlo
Evitarlo, fingir que no existe.
De una forma u otra
Todo lo que me da miedo
Va a terminar pasando.
Y todo va a ser
Mí culpa.