Capítulo 1

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Aquellos dos suaves y rosados par de manos temblaron bajo la mirada de Charlotte. A lo cuál ésta última las tomó con más cuidado y cariño antes de dedicarle una pequeña sonrisa al pecador araña frente a ella. Casi cómo si le alegrara que alguien la percibiera con algo más que no fuera burla y desconfianza.

—¿Qué tal ha ido ésta semana, Angel? —Charlotte lo cuestionó, tratando de encontrar algún indicio en sus ojos de que ésta vez él no le mentiría.

—Bueno, brillitos, no te mentiré está vez... —él retiró sus ojos de los suyos un momento antes de atreverse a sonreír —La semana fue dura, sin embargo, consumí un poco menos que la semana pasada y no bebí una gota de alcoh...

Los ojos de Charlotte brillaron con intensidad. ¿Podía ser posible? Retiró las manos de un tirón y se lanzó a su amigo, a la joya de su corona.

-—¡Oh, Dios mío, Angel! ¿Es de verdad? —se retiró unos centímetros y lo miró a la cara —¡No bebiste nada, nada de alcohol! ¿Y encima consumiste menos droga que la semana pasada?

Tenía las piernas cargadas de energía, quería brincar al cielo y llevarse a Angel con ella. Soltó un chillido antes de siquiera permitirse recuperar el aire.

—Oye, oye... —él bufó apartándose los rulos dorados de la boca —No fueron más que unos pocos gramos a lo que renuncie, y la semana pasada también me abstuve de la bebida —La apartó con cuidado, incluso teniendo que usar su par extra de brazos. Sólo para contemplar unas finas lágrimas deslizándose por esas mejillas de marioneta —Oh, no...

—¡Oh, sí! —ella lo retuvo una vez más, pensando en todo lo que conllevaban para él unos pocos gramos y nada de alcohol —Angel, ésto es un gran avance, cuándo comenzamos hace casi cinco meses no podías imaginarte pasar un sólo día completamente sobrio y sin droga —él dudó. ¿En serio habían sido sólo cinco meses? —Y ahora puedes pasar una semana entera casi limpio, yo sabía que podías lograrlo.

Él la miró. Ella lo miró a él.

De un segundo a otro, la realidad golpeó a Angel, pero no cómo estaba acostumbrado a sentir el cubetazo de agua fría. Ahora era diferente. Era cómo sentir a Charlie abrazándolo por detrás, cómo eso que ella llamaba sorpresa.

Y era real. Estaba dejando la droga, poco a poco. Y aunque aún sentía que podía matar al mismísimo rey del infierno por un miserable shot, sabía que no valdría más que esa brillante sonrisa en la cara de Charlie. Más que estár con su hermana otra vez... Quizá ella tenía razón, quizá si podía hacerlo, quizá... Había una oportunidad.

Charlie no era más que su amiga, pero deseaba verla feliz.

—Tú... Tienes razón, ricitos —se permitió volver a sonreír y ella lo imitó cómo un espejo —Supongo que uno no puede disfrutar por completo éste tipo de cosas hasta que las entiende.

Charlotte carcajeó y abrazó de nuevo a su amigo.

—Todo estará bien, Angel. Mereces tu segunda oportunidad y la vas a tener.

—Eso no sería posible sin todo lo que has hecho por mi— dijo él devolviéndole el abrazo— Nunca hubiera podido salir de ese estudio en primer lugar...

—Yo no hice nada— le permitió un poco de espacio y lo apartó para poder verlo a los ojos —Ahora te ganas todo tu sustento de manera honrada y lo mejor es que también puedo protegerte.

Un último atisbo de felicidad se abrió paso entre las facciones de Angel y aterrizó en el corazón de la princesa. Su sueño plasmado en éste único y maravilloso pecador.

—Bueno, princesa... —Angel subió un poco más la voz, consciente de que ya había pasado mucho tiempo allí con ella —Si no hay algo más en lo que disponga mi presencia, me retiro.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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