la primera vez que te vi.

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Hanni era una chica tímida, siempre lo había sido. Con una melena negra que le caía en suaves ondas hasta los hombros y unos ojos marrones que parecían esconder un mundo de pensamientos, Hanni prefería la compañía de los libros y sus propias reflexiones a la de la multitud bulliciosa de su escuela secundaria. En el último año de secundaria, su rutina tranquila se vio interrumpida por la llegada de una nueva estudiante que rápidamente se convirtió en el centro de atención.

Minji, en contraste, era todo lo que Hanni no era. Extrovertida, carismática y siempre con una sonrisa en el rostro, Minji tenía la capacidad de iluminar cualquier habitación con su presencia. Su cabello castaño claro, siempre perfectamente peinado, y sus ojos brillantes reflejaban una energía inagotable y una confianza arrolladora. Además, Minji era una alfa, lo que la hacía aún más impresionante ante los ojos de todos. Desde el primer día, Minji se hizo amiga de casi todos en la escuela, salvo de una persona: Hanni.

El primer encuentro entre Hanni y Minji no fue nada fuera de lo común. Fue en la clase de literatura, donde el profesor les pidió que se emparejaran para un proyecto sobre poesía contemporánea. Hanni, que siempre prefería trabajar sola, levantó la vista al escuchar su nombre junto al de Minji. La mirada cálida de Minji encontró la suya y, por un momento, Hanni sintió como si el tiempo se detuviera.

-Hola, Hanni, ¿verdad? Soy Minji. Estoy deseando trabajar contigo- dijo Minji con una sonrisa deslumbrante.

-Hola… sí, soy Hanni,-respondió ella en un susurro, sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban ligeramente.

El proyecto las obligó a pasar tiempo juntas fuera del horario escolar. Al principio, Hanni estaba incómoda y nerviosa; no sabía cómo comportarse alrededor de alguien tan diferente a ella. Minji, en cambio, era paciente y no se desanimaba por la timidez de Hanni. Con el tiempo, las barreras empezaron a desmoronarse.

Minji descubrió que detrás de la timidez de Hanni había una mente brillante y una persona increíblemente amable. Hanni, por su parte, se dio cuenta de que la extroversión de Minji no era superficial; Minji era genuinamente interesada en los demás y tenía un corazón de oro. Se encontraban a menudo en la biblioteca, donde trabajaban en su proyecto y, eventualmente, comenzaron a hablar de sus vidas, sueños y miedos.

Una tarde, después de una sesión particularmente productiva, Minji sugirió tomar un helado en una heladería cercana. Sentadas en una mesa junto a la ventana, conversaron sobre todo y nada. Minji compartió historias divertidas sobre su infancia, haciendo reír a Hanni como nunca antes.

-Hanni, eres una caja de sorpresas. Cada día me asombra lo inteligente y divertida que eres- comentó Minji, observando cómo el rostro de Hanni se iluminaba con una sonrisa tímida.

-Gracias, Minji. Tú eres… increíble. No sé cómo haces para ser siempre tan alegre y optimista- respondió Hanni, jugueteando nerviosamente con su cuchara.

“-Es fácil cuando tienes una amiga como tú-replicó Minji sin dudarlo.

A partir de ese momento, su amistad se fortaleció. Minji se convirtió en la defensora de Hanni, alentándola a salir de su zona de confort, mientras Hanni le mostraba a Minji la belleza de la tranquilidad y la reflexión.

El proyecto de literatura llegó a su fin, pero su amistad apenas comenzaba. Empezaron a pasar tiempo juntas fuera de la escuela, explorando nuevos cafés, viendo películas y, a menudo, simplemente disfrutando de la compañía mutua en silencio. Minji se volvió una figura constante en la vida de Hanni, alguien en quien ella sabía que podía confiar.

Sin embargo, Hanni comenzó a notar algo diferente en su relación con Minji. Cada vez que Minji le sonreía o le tocaba el brazo de manera casual, Hanni sentía un cosquilleo en el estómago. Se encontraba a sí misma pensando en Minji constantemente, deseando estar cerca de ella. Estos sentimientos la confundían y, a veces, la asustaban.

𝕵𝖊𝖋𝖆 / kittyz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora