A MI AMADA PERDIDA

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Delicada flor hermosa,
me hiciste sentir mariposas
con tu manera de ser bondadosa
y tu alegría contagiosa.

Me hubiera gustado darte una rosa,
pero en ese tiempo, mi adorada diosa,
¿cómo hubiera sabido que tu belleza
no la volvería a ver jamás?

Y heme aquí, querida,
escribiendo para recordar
tu dulce y amable personalidad.
Tristemente, ya no sé dónde estás.

Y dondequiera que estés, mi vida,
por el amor que te tengo, he de jurar
que en algún momento de mi existencia
nos volveremos a reencontrar.

Y cuando eso ocurra, amada mía,
sin miedo ni pena, te he de besar,
y probablemente un golpe me vayas a propinar,
pero no me importará porque aún te amo, Vamila.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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