La chica mala (+18)

Capítulo 4: Larissa enamorada.

Nahomy.

Larissa y yo estamos en el recreo, sentadas en un rincón del patio de la escuela. Mientras me esfuerzo por escuchar la conversación de ella, Larissa parece estar en otro mundo, hablando de Stefano, en serio que le ve a ese tipo es otro creído al igual que Steven y lo peor eso dos son amigos.

―No puedo creer lo que Stefano dijo hoy en clase, era tan gracioso. Y ni hablar de cómo se veía en su chaqueta nueva. Qué estilo tiene―dijo Larissa con una sonrisa.

―Sí, parece que está bastante bien.―dije en tono aburrido.

―¿Y cómo se reía cuando la profesora le dijo que entregará el trabajo? Era adorable. ¿No crees?―continuo Larissa.

 ―Sí, definitivamente―dije revirando los ojos.

―Y luego Stefano me dijo que el proyecto de ciencias se podía hacer de esta manera, y era tan brillante no puedo creer lo atento que es―continuo Larissa emocionada.

―Sí, parece que realmente tiene muchas ideas.―dije mientras forzaba una sonrisa.

―Exactamente y hoy en clase, cuando se rió de algo que dijo el profesor, era tan encantador. ¿No crees que tiene un gran sentido del humor?―dijo Larissa con una risita.

―Sí, tiene un buen sentido del humor. Pero, Larissa, ¿no hay otras cosas que te interesen además de Stefano?―

―Nahomy, no puedo evitarlo. Estoy completamente enamorada de Stefano. Cuando te enamores de alguien, entenderás cómo me siento.―dijo Larissa con emoción. 

―Supongo que sí, pero yo no pienso enamorarme en otras palabras Lari sinceramente yo no creo en el amor, además de ¿Quien me voy a enamorar? en esta nueva ciudad―respondí con sinceridad. 

―Hay vamos el amor es tan lindo y además ¿Que hay de Steven?―dijo Larissa con una sonrisa burlona.

 ―¿Te volvistes loca o que Larissa? yo con ese Steven jamás prefiero estar muerta a estar con ese tipo―dije enojada.

―Ay exagerada no hacen mala pareja―respondió Larissa con una sonrisa.

 ―Ya Larissa mejor cambiemos de tema―dije intentando calmar mi enojo.

―Claro invadiendo la verdad―dijo Larissa con una risita burlona.

―Ya cállate si no quieres que te de con la cuchara―dije amenazándola pero ellas solo se rio