𝐈𝐋𝐄𝐆𝐀𝐋𝐄𝐒 -- 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 - 𝐂𝐇𝐀𝐄𝐒𝐎𝐎 ‖𝐀𝐔‖

༶•┈ 𝟸𝟻 ┈♛

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POV JISOO.

Hace media hora que habíamos salido del cine y ahora nos encontrábamos en la casa de Rosé. Decidimos venir ya que las dos realmente no queríamos hacer nada más, sólo queríamos estar juntas.

La rubia se encontraba sentada en el sofá mientras que yo estaba en el piso.

Ya que desde que llegue un perrito había saltado sobre mí y hasta ahora no me soltaba. Era tierno.

―Hank me cambió ―dice haciendo un puchero la rubia.

Río.

―Todos caen en mis encantos ―digo mientras acaricio al perrito acostado en mis piernas.

Ella suelta una sonora carcajada.

―Si claro, romeo ―habla haciendo que la mire con una ceja levantada.

― ¿No es cierto? ―me levanto lentamente de dónde estaba y me siento a su lado acercando mi rostro al suyo. Al instante veo cómo se pone nerviosa. ―Responda señorita ―hablo.

―Quizás ―dice acercando más su cara.

Esto es una tortura.

A los segundos siento como algo se monta encima de mí, haciendo que me separara y prestará mi atención a él.

Sonrió mirando a Hank.

―Creo que realmente te caí bien.

―Él es una masita ―responde su dueña.

―Es precioso ―digo dándole un besito en la frente tiernamente.

Veo por el rabillo del ojo como Rosé sonríe y luego bosteza.

― ¿Tienes sueño? ―le pregunto rápidamente.

―No, tranquila. Es sólo que no dormí muy bien ―responde encogiéndose de hombros.

― ¿Puedo saber por qué? ―hablo preocupada.

Ella suspira.

―Últimamente he tenido un sueño o más bien una pesadilla que no me deja dormir.

― ¿Tan malo es?

―Horrible... Creo que tiene que ver con mi pasado ―dice mientras se queda mirando a la nada.

Yo la observé preocupada, ella jamás había mencionado que algo en su pasado le podría hacer pesadilla que no me deja dormir.

Ella me miró.

―Soy adoptada ―soltó dejándome boquiabierta.

Me acomodé mejor y Cuando estaba a punto de hablar ella continuó.

―No conocí a mis padres de sangre, todo lo que sé, es que murieron en un accidente de tránsito Cuando yo tenía apenas nueve meses de nacida...

―No tienes que contarme esto si no quieres ―hablé, no quería que se sintiera presionada.

Sonríe un poco.

―Si quiero ―dice y yo asiento. ―Pasé la mayor parte de mi infancia en orfanatos, no recuerdo nada de esos momentos de mi vida siendo sincera. Luego Cuando tenía ocho años fui adoptada por mis padres, ellos me llevaron a vivir a Australia y ya lo demás es felicidad...