nanai ; le normand

intro

Miro el móvil de mi hermano con incredulidad, giro un poco la cabeza y le veo a él sonriéndome mientras lo apaga, pero en mi cabeza solo se queda el mensaje que me ha enseñado.

Claro Álvaro! Asegúrale a tu hermana que el puesto es suyo, yo muevo hilos para que mañana tenga un mensaje en su correo con el contrato.

—No me puedo creer que hayas hecho esto Álvaro.—Le miro con seriedad y veo como su sonrisa desaparece.

—Pero... ¿no era eso lo que querías? Cambias de aires y haces lo que te gusta, lo he hecho con la mejor intención...

—No joder, te lo agradezco muchísimo pero es que quería conseguir esto por mis propios medios, no quería sentirme una enchufada.—Él me pone cara de perrito triste y no puedo evitar reírme.

—Sabes que lo habrías conseguido igual, yo solo he acelerado un poquito el proceso...

Hace un par de semanas me enteré a través de mi hermano de que la selección buscaba alguien que pudiera cubrir el puesto de esteticista y eché el currículum sin avisarle , quería conseguirlo por mi misma. Simplemente cometí un error del que no fui consciente hasta que Álvaro se presentó en mi piso, se lo conté a su mujer.

—Da igual, te lo agradezco mucho, pero dile a Alice que es mujer muerta porque esto no se lo voy a perdonar.—Mi hermano pone cara de sorpresa fingida y empieza a dar vueltas por mi salón mientras yo me empiezo a reír.

—¡No Lola, piensa en mis pequeños hijos, se quedarían huerfanitos!—El sonido de mis carcajadas aumenta tanto que opaca las de Álvaro, que termina por mirarme con una sonrisa satisfecha.

—¡Tu también puedes cuidar de ellos si Alice no está!

—Creo que si ella deja de estar en mi vida yo me moriría de pena.—No puedo evitar soltar un awww que hace que mi hermano me de un golpe en el hombro.—Por cierto, tengo un regalo, de Alice y mío—se corta así mismo para pararse a pensar—, en verdad es más una apuesta entre nosotros pero tu lo puedes ver como un regalo desinteresado.

Frunzo el ceño mientras le veo ir a por la bolsa que dejó al lado de mi sofá al pasar. Él no me presta atención y cuidadosamente saca dos camisetas idénticas de la nueva equipación de la selección.

— ¿Para qué me traes más camisetas? La verdad es que ya tengo suficientes y, ¿una apuesta? ¿Qué clase de...—me callo cuando veo que gira ambas camisetas como puede, dejándome ver que una lleva su nombre y su número y la otra no lleva nada.— ¿Qué?

—Bueno, es que Alice está empeñada en que vas a salir de la eurocopa prefiriendo llevar una camiseta que no es la mía, ¿me entiendes?—Al entender lo que quiere decir vuelvo a reírme.

—Que se piensa que me voy a echar novio vamos.—Veo como mi hermano hace una mueca y yo solo sigo riéndome.

—Pues si pero yo le he asegurado que no, que no te vas a liar con ningún compañero mío porque los conozco demasiado a todos y no me gusta ninguno para ti.—Enarco una ceja mientras Álvaro continua hablando.—Así que si tengo yo la razón te quedas mi camiseta y si no pues le puedes poner el nombre que quieras a la de Alice, pero te advierto que no te líes con ninguno de mis compañeros porque...

—Para para, que te vas.—Me río levemente y le corto, intentando que deje de irse por las ramas.—Tengo una edad Álvaro, se lo que hago ¿si? De todos modos no te preocupes por eso, no tengo yo cuerpo para hombres.—Veo como mi hermano suelta el aire que estaba conteniendo.

—Pues menos mal porque no quiero problemas con ninguno de ellos.—Los dos nos reímos cuando empieza a vibrar su móvil, Alice le llama.—Tengo que irme, ¡nos vemos en unos días!

Sale por la puerta y yo me levanto del sofá para acercarme a la mesa donde ha dejado las dos camisetas, riéndome por los líos en los que mi hermano y mi cuñada me meten.