Lisa se encontraba esperando a su novia que saliera de las duchas, acababa de terminar de entrenar en dos semanas, era la final y estaba emocionada.
La omega estaba segura de que iban a ganar.
El esfuerzo que estaban haciendo el equipo de basquetbol era tan grande que Lisa los admiraba, estaban siendo serios y eso es lo que le gustaba.
Sonrió levemente al ver salir a su alfa, pero soltó una risita al ver la cara de Jennie, venía con un leve puchero y con su nariz roja.
Se paró de la banca para bajar de las gradas y empezar a caminar hacia su novia.
—¿Pasa algo? —preguntó al ver que Jennie se pegaba más a ella.
—Nada, solo que mi celo está cada vez más cerca y sabes como soy —abrazó la cintura de su omega.
—¿Vamos a pasar tu celo juntas, verdad?
—Sí, bueno, solo si estás dispuesta a ayudarme, aunque no tienes que hacerlo si no quieres, bebé —dejó un pequeño beso en su cuello.
—Claro que quiero ayudarte —murmuró con una sonrisa.
Una vez llegaron al estacionamiento de la universidad, Jennie tomó rumbo hacia la casa de la menor.
***
Eran aproximadamente las cinco de la tarde y Lisa estaba acostada en la cama mientras soltaba pequeños jadeos.
Jennie estaba sobre ella mientras restregaba su entrepierna ya dura sobre su muslo.
La habitación de Lisa estaba llena del aroma de la alfa, pues su celo se había adelantado.
—Nini —se estremeció cuando la alfa le empezó a quitar el short y agachó su cabeza.
Los labios de Jennie estaban cerca del ya desnudo coño de su omega.
Dejó un pequeño beso en su monte de venus y bajó la lengua hasta adentrarse en sus paredes, la pelinegra gimió cuando Jennie empezó a hacerle un oral.
Una de las manos de Lisa fue hacia la cabellera de la alfa y formó un puño. Pasaron unos minutos más mientras la coreana hacía su trabajo allí abajo.
—M-me voy a correr —le avisó y cuando vio que Jennie no se quitaba intentó mover sus caderas hacia atrás para quedar lejos de la boca ajena, pero la alfa solo reforzó el agarre en sus muslos y aumentó la estimulación—. Ya no puedo más, Nini... —dichas esas palabras se corrió en la boca de la mayor
—Sabes dulce —la alfa habló después de tragarse sus fluidos.
—Tu celo se adelantó —le informó y Jennie asintió.
—Me estoy dando cuenta de ello —suspiró—. Voy al baño —se paró de la cama.
Pero se detuvo, ya que Lisa agarró su muñeca.
—Yo te ayudo —los labios de Kim se fruncieron al escuchar esas palabras—. Sí, vamos a hacer el amor ahora —eso sonaba más a una orden.
—¿Segura?
—Sí, ahora que todavía eres consciente,
porque siempre que pasamos el celo juntas cuando tu loba sale solo le gusta hacerlo una vez, ya que después le gusta dormir toda la tarde —miró los ojos de su alfa—. Y no me molesta eso, pero me gustaría que esta vez estés presente tú.Jennie se sentó en la cama y sonrió.
—Siento no poder hacer más de una vez cuando estoy en celo, pero sabes que casi no me gusta hacer el amor mientras está mi loba únicamente, soy más de dormir en ese momento —se inclinó y la agarró por los muslos para alzarla.
La dejó sentada en el escritorio y se abrió paso entre las piernas de la tailandesa.
Acercó dos dedos en su entrada mientras besaba a su omega e introdujo sus dígitos.
El lubricante natural de la extranjera ayudó a la pelinaranja cuando hundió sus dedos y eso lo hizo menos doloroso.
Los gemidos de la menor eran callados por la boca de Jennie.
Lisa gimió cuando se sintió vacía, ya que Jennie había sacado sus dedos.
La mano de Kim alineó su pene en la entrada de la omega y jadeó cuando las paredes de la pelinegra la apretaron tan bien.
Las embestidas eran rápidas y profundas.
Lisa se encontraba gimiendo sobre el oído de su alfa.
—Y-ya... ya me voy a correr —susurró Jennie. Lisa se empezó a quejar cuando las embestidas de su novia se pararon de golpe y salía de su interior—. Todavía no es tiempo...
La tailandesa entendía esas palabras.
Jennie se masturbó hasta que se corrió y dejó caer todo su semen en el estómago de Lisa.
La omega se vino por segunda vez cuando sintió toda la esencia de su alfa en su estómago.
Nuevamente, Jennie la cargó y la acostó en la cama para después acostarse sobre el pecho de su omega y dormir un rato.
Tenían que descansar, ya que el celo de Jennie apenas estaba empezando.
—Te amo mucho, bebé —murmuró sobre el pecho de Lisa.
—Yo igual lo hago, te amo más de lo que alguna vez he amado a alguien —susurró, para después cerrar los ojos dispuesta a dormir.
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La tierna basquetbolista | Jenlisa
RomanceJennie Kim, una alfa que todos la catalogan como la tierna basquetbolista. ➼ Jennie G!P ➼ Adaptación © luvsran ➼ Prohibido copiar o adaptar mi versión