𓏲 🏀 ࣪˖ Capítulo 02 ⊹

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Lisa se encontraba sentada en las gradas mientras veía a Jennie entrenar. Ella no iba a mentir, tenía sueño, pero le había prometido a su novia estar en todos los entrenamientos y partidos que pueda.

Sus ojitos se estaban cerrando y los volvió a abrir de golpe cuando el silbato del profesor de Jennie sonó. Hizo un pequeño puchero y su mirada se dirigió hacia novia, quien recibía un regaño por el maestro, Kim solo asentía a lo que le decía.

Ya después de eso vio que la chica se encontraba caminando hacia ella.

—¿Por qué te regañaron? —le preguntó una vez Jen llegó a su altura.

—Me distraje un poco— le dio un trago a la botella de agua que le dio Lisa.

—¿Con qué? —cuestionó curiosa.

—Desde allá estaba viendo que te estabas durmiendo, bebé —le dijo para luego sentarse en las piernas de la menor.

—Perdón, es que terminé cansada con la plática que tuve con mis compañeros, alfa.

—¿Cómo te fue con ellos?

—Son unos inútiles —fue lo único que respondió—. Ey, ya la vergüenza se te está pasando —abrazó la cintura de Jennie.

—Estoy sudada, Lisa.

—No importa.

—Espera, ¿por qué dices que ya se me está pasando la vergüenza? —murmuró dejando un beso en los labios de su omega.

—Te sentaste en mis piernas sin pedir permiso y hace un tiempo te sentías apenada cuando alguien te veía en mi regazo.

—Oh, eso... Estuve pensando, si un omega lo puede hacer, ¿por qué un alfa no?

—Bueno, tienes razón —su mirada se dirigió al cabello de su chica—. Creo que ya hay que cambiarte el color de cabello.

—Uhm... ¿ya te quieres cambiar el tuyo también?

—No, solo lo voy a retocar, se está volviendo al castaño. ¿Quieres que lo cambiamos de color? —su cabeza se pegó al pecho de la mayor.

—No, me gusta como se me ve con el naranjo, solo que también me tengo que retocar las raíces —le dijo y Lisa asistió.

—¿Terminaste de entrenar? —le preguntó mientras cerraba sus ojos.

—Sí, ¿por? —acarició la cabellera de la extranjera.

—Quiero irme a casa a dormir.

—Está bien, vamos —se paró de su regazo.

Esperó a que Lisa se levantara para irse a la casa de la omega, pero esta no se movía.

—Cárgame, Nini —estiró sus brazos hacia la mayor, quien sonrió y la cargó.

La cara de la pelinegra se escondió en el cuello de Jennie, cerró los ojos y solo sentía los movimientos que la alfa realizaba al caminar.

Lisa, que todos la llamaban problemática, se dejó llevar por los brazos de Morfeo.

[...]

Jennie se encontraba apreciando a su omega, que todavía se encontraba durmiendo en la habitación.

Se había bañado y ya no tenía sudor.

A la alfa le estaba dando sueño también, así que se acomodó para dormir un rato con su omega; abrazó su cintura y la cabeza la recargó en el pecho de la menor.

Le dejó un pequeño besito en el pecho antes de cerrar sus párpados que pesaban.

Unas dos horas después, una Jennie un poco desorientada se levantó, algunos de sus cabellos estaban en su frente, así que con su mano los llevó para los lados. Su mirada se dirigió hacia donde ella sabía que había dejado a su novia.

Al no verla allí, hizo un puchero, se paró de la cama y se dirigió hacia la cocina, sonriendo al escuchar la voz de la tailandesa.

—¿Qué haces, Lili? —le preguntó mientras abrazaba la cintura de la chica.

—Intentando hacer la cena para las dos, pero no puedo —hizo un puchero y se dio la vuelta para quedar cara a cara.

—No te preocupes, yo puedo hacerla —le ofreció Jennie mientras se separaba del abrazo.

—Bueno... si tú insistes —dicho eso salió de la cocina dejando sola a Jennie para que arreglara lo poco que alcanzó a cocinar.

No pasaron ni cinco minutos cuando música se escuchaba desde la sala. Después Lisa entró cantando la canción que había puesto.

—Nini, ahora que termines de cocinar, ¿podemos bailar?

Jennie sonrió.

—Ahora que dices bailar, recordé que tienes que hacer tarea. ¿Ya la hiciste? —le preguntó con una tierna sonrisa.

El ceño fruncido de Lisa se hizo presente al escuchar la pregunta.

—Bailar y tarea no es lo mismo como para que te recuerden una y la otra —sus brazos se cruzaron.

—No la has hecho —aseguró, rodando los ojos.

—Bueno, no, pero es porque quiero pasar más tiempo contigo —sonrió con dientes.

—Prácticamente vivimos juntas, claro, en la casa de nuestros padres —le dijo y la omega se llevó una mano a su pecho.

—¿Qué quieres decir con eso? —le cuestionó ofendida—. ¿Ya no quieres pasar tiempo con esta bella y frágil omega? —habló en un susurro.

Jennie sabía que Drama Lisa, como la apodaba, estaba de vuelta.

—Yo no dije eso. No me gustan los omegas frágiles y mi omega, mi pareja, es la más fuerte de todas, esa que le gusta andar en peleas y la que me defiende cada que puede —sonrió al ver que Drama Lisa se había sonrojado un poco.

—Me hubiera gustado ser alfa —soltó la extranjera—. ¿Me hubieras amado aún si las dos fuéramos alfas? —le preguntó acercándose a ella.

Kim volteó a ver la comida que se estaba cociendo todavía y lo apagó cuando vio que ya estaba listo, así que volvió a ver a Lisa.

—Claro —se relamió sus labios—. Seríamos la pareja más envidiable que verían —dicho eso Lisa se rió y Jennie la acompañó.

—Te amo mucho, Nini —afirmó para después darle un beso en los labios.

—Yo también te amo, Lili.

La tierna basquetbolista | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora