1. Las fotos

57 3 0
                                    

Paul se despertó por culpa de la vibración de su móvil. Alguien insistía en llamarle aunque no fueran ni las 8 de la mañana. De mala gana, por fin, acertó a coger el móvil y a contestar como pudo.

-¿Qué quieres?-contestó de mala gana, sabiendo que tenía confianza suficiente con su representante como para hacerlo-Hoy se suponía que podía dormir.

-Deduzco que no te has metido en redes entonces-dijo en un tono impaciente la voz al otro lado del teléfono.

-No son ni las 8, ni siquiera yo estoy tan enganchado-resopló, incorporándose un poco en la cama para intentar despejarse.

-Te doy media hora para que lo hagas y te vuelvo a llamar para hablar de la estrategia-

-¿Qué tengo que mirar?

Nadie le contestó al otro lado. Su representante ya había colgado. Pese al ultimátum que le había dado con la hora, el chico se levantó hasta el baño para lavarse un poco la cara y así despertarse un poco más. Se había acostado tarde después de una noche que se había alargado como amigos puesto que no tenía que trabajar al día siguiente.
Una vez listo, se preparó un zumo y unas tostadas mientras abrió Twitter, obedeciendo a su representante. Las notificaciones le echaban humo. Era TT y una serie de fotos se repetían en su Para ti. Tragó saliva al reconocer el momento.
Irene y él no llevaban mucho tiempo saliendo. Ni siquiera estaba seguro al 100% de que lo estuvieran haciendo. De momento, se conformaba con saber que los dos se sentían muy bien juntos y que las cosas fluían entre ellos sin complicaciones. Había conocido a Irene hacía unos meses en una fiesta con amigos. La chica era una cantante emergente que había tenido un hit al hacer una colaboración con Aitana y ahora todo el mundo sabía de ella. Así que entendía el revuelo de las fotos al ser los dos famosos.
Lo que no entendía eran las cientos de notificaciones que tenía, ocultando, de nuevo, una parte de su sexualidad. De nuevo, como años anteriores, un nudo se le instaló en la garganta, indicándole que la ansiedad quería hacerle compañía. Estaba cansado o más bien, estaba harto, de tener que justificar su bisexualidad cada vez que no seguía unos estereotipos o lo que la gente esperaba. Le acusaban de aprovecharse del colectivo, de mentir, de estar jugando con la gente para ganar fama y eso era algo que le provocaba un profundo dolor.
El teléfono volvió a sonar con el número de su representante en la pantalla, pero esta vez no tardó tanto en cogerlo.

-¿Ya lo has visto?-esta vez fue al grano.

-¿Cómo puede volver a salir esta mierda? ¿No fue suficiente la bandera en los conciertos de OT? ¿Que lo diga con naturalidad cada vez que me preguntan del tema?-Paul soltó un bufido- ¿Qué es lo que esperan? ¿Que me vaya liando con un tío y una tía a la vez para poder incluirme?

-No te sulfures, no vas a conseguir nada -trató de tranquilizarle el hombre -Ya sabe cómo funcionan las redes. Ya sabíamos que esto iba a salir en algún momento.

-No, esperábamos que saliera la noticia de Irene, no que se me atacara de nuevo con la misma mierda. ¿Has leído lo que me están poniendo? Me están acusando de muchas cosas.

-Por eso quería hablar contigo de la estrategia a seguir.

-¿Ya habéis pensado en algo?

-Trabajamos rápido.

-¿De qué se trata? ¿Otra entrevista?-resopló cansado.

-Sí y no... No creo que te vaya a hacer mucha gracia, pero creo que es lo mejor para todos y no se hablará más sobre el tema.

-Ahora me estás asustando. ¿Cuál es el plan?

-¿Te acuerdas de la entrevista de Ibai de hace unos meses y lo que pasó?-preguntó con cuidado el hombre.

-La que yo pensé que no estaba grabando, pero al final sí y decidimos cortar esa parte ¿No?

-¿Te acuerdas de lo que hablabas?

-No, no y no-se negó en rotundo el chico al ser consciente de la estrategia-No voy a exponer así una parte que decidí no contarle a nadie en su momento y que puede reabrir viejas heridas.

-Paul... Ibai ha dado su consentimiento, lo subiría él, como si fuera algo ajeno a ti para darle más naturalidad y tu no tendrías que pronunciarte.

-¿Y Álvaro?

-¿Qué pasa con él?

-¿Nadie ha pensado en cómo va a afectarle a él esta noticia?-dijo cabreado el chico-Por fin se ha dejado de hablar de él y de su chico después de todos los problemas y no me gustaría ponerle en esa posición. Además, él no sabe nada.

-¿Nunca se lo dijiste?

-No-Paul resopló-Fue... Complicado.

-No me gusta ser así, pero tienes hasta esta noche para contárselo tú si es lo que quieres, pero no hay marcha atrás en esto.

-¿No tengo ni voz ni voto o cómo va esto?

-Lo siento, colega, pero los medios se están haciendo eco y me temo que pueda afectar de manera grave en tu imagen y en las marcas y sus publicidades.

-No me puedes estar hablando en serio.

-Estamos en el mes del Orgullo, Paul, ¿Qué esperas? Las marcas aprovechan para lavar su imagen estos días y la posible noticia de que alguien al que apoyan ha estado engañando a la gente, pone el foco sobre ellos de forma negativa y no es eso lo que quieren.

-Hace mucho que no hablo con Álvaro.

-Pues es un buen momento para retomar el contacto y poneros al día. "¿Qué tal? Yo muy bien, ¿Te acuerdas cuando me enamoré de ti? Ah, que no lo sabías, qué gracioso".

-No tienes ninguna gracia, espero que lo sepas.

-Lo siento si estoy siendo un poco cínico, Paul, pero la industria funciona así, ya deberías saberlo-el manager del chico estaba realmente apenado por su cliente, era un buen chico y no se merecía el hate que estaba recibiendo y que se viera obligado a tomar esas medidas, pero él tampoco tenía otra opción-Voy a colgar y llamar a Ibai para acordar qué parte debe subir y qué debe decir. Tú puedes llamar a Álvaro... O no, eso ya es decisión tuya.

Su representante colgó, dejándole solo de nuevo con los ruidosos pensamientos de su cabeza.
No podía decir que Álvaro y él no eran amigos... O quizá sí y ahora eran conocidos. Las cosas se habían ido emborronando después del final de la gira. Las quedadas habían disminuido, al igual que lo habían hecho los mensajes... Se felicitaban por cumpleaños y logros, pero casi nunca en conversaciones privadas... Lo que sabía de él era sobre todo por Bea y Ruslana y aunque al principio había sido realmente doloroso, había empezado a hacer las paces con ello.
Pero tenía clara una cosa: Álvaro no podía enterarse que había estado enamorado de él por un tweet de una persona ajena a ellos.

Timing is a funny thingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora