Capítulo I

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—¿Segura de que llevas todo?

—Si mamá —repetí por enésima vez.

—Ya sabes, tus botas deportivas, tus lentes, ¿tu sudadera favorita?...

—Si, si y si, estoy  más que segura de que llevo todo.

Bueno siendo sincera, no tenía ni la menor idea de que había en mi maleta y que no, no tenía cabeza para pensar en eso, solo podía pensar como sería la residencia en la que viviría a partir de ahora o en mi compañera de habitación o mi nueva universidad o que haría al llegar...

—¿Katherine me estás escuchando? — dijo mi madre interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.

—¿Eh?

—Agh, bueno no tiene caso — hizo un gesto para restarle importancia —  solamente cuídate ¿Ok?

—Si mamá.

—Ah y no quiero que te metas en travesuras ¿ok?

—Si mamá...

—Más te vale. Y no se te ocurra...

—Marie — desde la cocina la voz de papá hizo presencia y para mí fue la salvación del sermón de mamá. — No la agobies déjala vivir su vida recuerda que ya no es una niña.

Eso, eso, hazle caso cariño.

—Ay... es que... No puedo con ésto... — dijo mamá mientras le empezaban a brotar lágrimas de los ojos.

Oh, no, aquí viene.

—Es que... mi niñita se va a la universidad — siguió mi madre con tono dramático — Crecen... Tan rápido.

Y dale con la niñita.

Puse los ojos en blanco mientras mi madre terminaba con su drama de telenovela y papá le daba un abrazo reconfortante para que se calmara.

—Vamos Katherine — avisó mi padre al separarse de mi madre — Nos esperan unas largas horas de viaje.

Me dirigí al auto de papá antes de que mi madre cambiara de opinión y no me dejara ir.

***

Al entrar a la residencia vi una chica que seguramente era la administradora, debía tener unos veinte años, era alta, de cabello castaño claro casi rubio y ojos verdes. Se parecía a alguien pero no recuerdo muy bien quien, se veia bastante familiar, pero eso no es lo que  importa ahora.

De su oreja colgaban diversos piercings y además llevaba un maquillaje que era tan natural que casi no se notaba, era delgada pero muy guapa.

—Bienvenida, Soy Ashley, ¿en que puedo ayudarte? — se presentó la chica con una gran sonrisa, la verdad que para hacer lo mismo todos los días no parecía cansada ni aburrida más bien parecía que le gustaba lo que hacía.

Qué buena eres disimulando.

—Encantada, Ashley soy Katherine Roberts.

—No eres de por aquí ¿verdad? — preguntó Ashley sin mirarme mientras tecleaba en su computador.

—La verdad no, soy nueva.

—¡Oh! Aquí estás — dijo Ashley entregándome las llaves en mano — Tu número de habitación es la...

— ¡¡¡AHHHHH!!! — solté un grito que seguramente toda la residencia escuchó, cuando sentí que alguien se lanzó sobre mi, el golpe al caer fue aún peor.

—¡¡¡KATIIII!!!

—¿¡ES QUE ACASO QUIERES MORIR O QUÉ!?— reclame al percatarme de la presencia que ahora quizá era culpable de una costilla rota.

Siempre Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora