Your Voice

Lunes: Parte 1

Siento la luz se filtra a través de la ventana de mi habitación, recuerdo no haberla cerrado anoche después de ordenar la presentación de hoy. Me remuevo una y otra vez tratando de reconciliar el sueño aunque se me es imposible. Tomo la sábana blanca de mi cama para cubrirme por completo mientras me hago un ovillo, sigo incomoda, entonces giro y quedó boca abajo en mi almohada y ahí estoy realmente convencida que no podre recuperar el sueño.

No sé cuánto tiempo estoy así pero cuando alzo la vista para encarar el despertador me encuentro que son las siete menos quince, resoplo y me levanto de la cama, ese simple movimiento hace que instantáneamente la extrañe.

Y así empieza el día para Savanna Meyer

▪ ▪ ▪

- Santa mierda – Me escucho decir mientras derramo café en la camisa blanca que decidí usar hoy para la presentación.

Me encuentro en la sala de empleados terminando mi desayuno, preguntándome como moje mi camisa con café oscuro. No creo que tenga a más nadie que culpar que no sea al día lunes y al terrible sábado que acabo con mis nervios.

En menos de cuarenta minutos es la presentación, razón por la cual me levanto y busco a Christie para pedirle que arregle la sala de conferencias con bocetos que pedí imprimir varios minutos atrás, mucho antes de tener una mancha de café en mi camisa, creo que ese hecho nunca lo voy a superar y menos que la mancha tiene la figura exacta del estado de Texas en pequeña escala.

Visualizo a Christie en su escritorio ubicado fuera de mi oficina con una de las chicas de contabilidad, Jenna, casi nunca socializamos y no por no ser mala compañera, es el simple hecho de que ella pertenece en contabilidad, horas y horas trabajando y yo normalmente estoy en la área de edición y publicidad, no podríamos hablar aunque quisiera, es más me parece extraño verla fuera de su piso.

- Christie – saludo animadamente a mi secretaria y luego poso la vista a la peli rojo que como si tuviera rayos laser ciento que me atraviesa con la mirada – Jenna, un gusto verte – ella da una sonrisa y no sé como denominarla pero no es muy agradable.

Recorre mi cuerpo con la mirada y al verme a los ojos me da otra sonrisa y esta si se denominarla.

¡Es una arrogante!

Inmediatamente siento mi cara arder y sé que me ruborizado ¡Maldita sea! Estoy tan avergonzada, creí esta mañana que estaba presentable. Tome una camisa blanca holgada manga corta, una falda de lápiz negra y tacones negros.

¡Hasta me coloque un collar lo suficientemente grande de platino!

No pensé que me veía realmente mal cuando sujete mi cabello en una cola alta, hasta ahora.

Christie incomoda por el descaro de su amiga se aclara la garganta y casi al instante mi atención estaba puesta en ella.

- Buenos días Señora Meyer – dice educada, pero no me pasa desapercibido la patada que le propina a Jenna – ¿Me buscaba para algo?

- Si – digo agitando brevemente mi cabeza para aclarar mis pensamientos y enfocarme – Necesito que me ayudes a preparar la sala de conferencias y coloques unos bocetos que pedí en el cuarto de copias – doy una sonrisa tensa, porque así es como me siento, tensa.

- Claro – dice y luego ve mi camisa - ¿Quisiera algo para su mancha? – pregunta casi temiendo a mi reacción

- Se nota mucho ¿Cierto? – asiente y le regalo una sonrisa – Si, me gustaría mucho que hicieras eso por mí.

- Venga – hace un gesto con la mano para que la siga y voy tras ella dejando en un segundo plano a Jenna – Aquí tiene Señora Meyer – dice pasándome un bolso de mano – Dentro tiene una de esas barras que desmancha – me da una sonrisa que yo podría considerar maternal, lo que raro ya que su expediente dice que tiene treinta y cinco años